Danny Ocean en Guayaquil: un concierto que mezcló cercanía, emoción y fiesta

El artista venezolano inició su show con Imagínate en el Coliseo Voltaire Paladines Polo.

Danny Ocean regresó a Ecuador con su Reflexa Tour y conquistó Guayaquil.
Ilse Herrera Marañón

El Coliseo Voltaire Paladines Polo fue el punto de encuentro de cientos de fanáticos que esperaban el regreso de Danny Ocean a Ecuador. El artista venezolano aterrizó en Guayaquil con su Reflexa Tour, un espectáculo que combinó cercanía, sorpresas y un repertorio cargado de éxitos.

El guayaquileño Diego Govea abrió la noche en reemplazo de Elena Rose.

La velada arrancó con la participación del guayaquileño Diego Govea, quien presentó canciones de su álbum 'Libra'. Su actuación ocupó el lugar de Elena Rose, artista que lo acompañó en Quito, pero que no estuvo presente en Guayaquil debido a compromisos personales.

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Desde sus primeras palabras, Danny Ocean conectó con los asistentes: agradeció la calidez de la ciudad, pidió dejar atrás los problemas y disfrutar del momento. Con una energía contagiosa, repasó temas como Vitamina, Volaré y Amor. El público también celebró su versión de Oye mi amor, clásico de Maná, y escuchó atento cuando el artista hizo una pausa para reflexionar sobre la libertad en el amor durante La idea de amarme.

Una pedida de mano durante Corazón se robó la atención del público.

Uno de los momentos más emotivos ocurrió con La idea de amarme, canción que el artista aprovechó para reflexionar sobre el amor libre y la aceptación. Entre bromas sobre el clima guayaquileño, comentarios sobre el jugo de naranjilla y la lectura de pancartas del público, Ocean sorprendió al interpretar Ojalá, tema que raramente incluye en sus presentaciones.

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El repertorio continuó con éxitos como Brisa, Pirata, Margarita, Pretty, Veneno y Dembow. Posteriormente, el cantante reapareció en una tarima ubicada en el centro del coliseo, más cerca de sus seguidores, donde bailó, se tomó fotos y compartió momentos únicos con ellos.

El punto más alto de la noche llegó con Me rehúso, la canción que lo consolidó internacionalmente y con la que cerró un concierto que dejó huella en Guayaquil. El público se despidió entre aplausos y ovaciones, confirmando que la conexión de Danny Ocean con sus fanáticos ecuatorianos sigue intacta.