“Iba al baño hasta 30 veces al día”: jóvenes crean conciencia en redes sobre la colitis ulcerosa

Ailish Evans y Summer Griffiths son dos jóvenes que decidieron compartir su diagnóstico con el mundo. Ambas sufrieron de colitis ulcerosa, lo cual llevó a que los médicos les extirparan el colon, y les colocaran bolsas superficiales que recogen sus desechos.

Evans tiene 25 años y vivió con dolencias estomacales durante ocho. En 2020, los médicos le informaron que su colon, que forma parte del intestino grueso, tenía tal inflamación que podía reventar, por lo cual debían extraerlo de su cuerpo.

"Desde los 16 años sufría de malestar estomacal y tenía que planear todos mis días para saber si habría un baño cerca", dijo para BBC.

Antes de la operación, Ailish decidió buscar ayuda profesional para su sintomatología, pero debido a su edad y sexo, varios doctores desestimaron investigar lo que le ocurría.

"Debido a que me habían ignorado por tanto tiempo, no había otra opción para mí que no fuera la cirugía", contó, y añadió que, tras el suceso, decidió abrir una página para crear conciencia sobre la enfermedad.

A diferencia de Ailish, Summer Griffiths presentó molestias estomacales a los 21. Sus heces contenían sangre y no podía evitar ir al baño por lo menos 30 veces al día. Su rutina cambió por completo, y para salir de casa, necesitaba saber si habría baños cerca del lugar al que iría.

Un especialista le indicó que, para darle remedio a la problemática, era necesario realizarle una colonoscopia, y es que el dolor no la dejaba comer, o descansar, por lo cual su vida se puso en pausa, abandonó la universidad, y regresó a casa con sus padres.

"Mi reacción fue intentar impedirlo. Dije: 'No, esto no está sucediendo, ni siquiera tuve esto por un año y estás tratando de extirparme el intestino'", relató.

Aunque aceptó la situación, el terror ante la cirugía hizo que Griffiths entrara a un grupo de Facebook con personas en situaciones similares, pidiendo consejos. Ahí encontró a Ailish, quien le hizo ver que la solución no era mala.

Las jóvenes se hicieron mejores amigas, y están de acuerdo en los múltiples beneficios que la bolsa en la piel de su abdomen ha traído a su vida, como dejar de preocuparse por si hay baños cerca, y poder consumir más alimentos, mismos que antes sólo les ocasionaba irritación.

Ambas crean contenido para generar conciencia sobre la enfermedad, y permitir que otros, al igual que ellas, se sientan cómodos con la cirugía.