¿Por qué la OMS considera prematuro calificar a la COVID-19 como enfermedad endémica?

La incertidumbre relacionada con el coronavirus, la alta transmisibilidad de la variante Ómicron y la carga hospitalaria.
EFE y Redacción Vistazo

La incertidumbre relacionada con el coronavirus, la alta transmisibilidad de la variante Ómicron y la carga hospitalaria derivada de ésta hacen que sea prematuro pensar en tratar la COVID-19 como una enfermedad endémica, resaltó este martes la oficina regional para Europa de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

La endemia se refiere a la “aparición constante de un virus, enfermedad, trastorno o agente infeccioso nocivo en un área geográfica o grupo de población”. Esto significa que la población aprende a vivir con el virus. Por ejemplo, la malaria es endémica en muchos países de África, Asia y América.

Mientras que en una pandemia este fenómeno se produce a lo largo de varios países. Ocurre cuando un virus está presente en un área muy amplia que cruza las fronteras internacionales y que generalmente afecta a un gran número de personas. Según la OMS, “la pandemia es la epidemia en su máxima expresión”.

"Hay que ser muy precavidos con las predicciones sobre el futuro", dijo en rueda de prensa el director de OMS-Europa, Hans Kluge, quien insistió en que la prioridad ahora mismo es proteger a los grupos vulnerables y al personal sanitario, así como minimizar los trastornos en la economía y las escuelas.

Kluge recordó que el coronavirus ha sorprendido "más de una vez" y que "no es buena idea" hacer previsiones, además de destacar que el objetivo fundamental para este año es "estabilizar la pandemia".

La responsable de emergencias de OMS-Europa, Catherine Smallwood, apuntó en la misma comparecencia que "no estamos en ese punto de la pandemia" y que su evolución dependerá mucho "de las acciones que tomemos de forma colectiva en Europa y en todo el mundo".

Más de 7 millones de nuevos casos han sido registrados en la región -que comprende a 53 países de Europa y Asia Central- en los primeros siete días del año, el doble que dos semanas antes, señaló la OMS, aunque los índices de mortalidad se mantienen estables y son más altos donde es mayor la incidencia y menor la tasa de vacunación.

Kluge mostró su preocupación por el impacto de Ómicron en los países del Este, donde el porcentaje de población vacunada es menor, y recordó que las vacunas continúan proporcionando "buena protección" contra los casos severos y muerte.

El director de OMS-Europa insistió en la importancia de mantener abiertas las escuelas para el bienestar mental, social y educacional de los niños y que deberían ser el último lugar en cerrarse y el primero en reabrir.

Asegurar una buena ventilación, higiene de manos y el uso de mascarillas, así como incluir a profesores y otro personal escolar entre los grupos prioritarios para recibir la vacuna y la dosis de refuerzo deben ser aspectos centrales, según la OMS.