Personas con mínimo riesgo de muerte por COVID-19 deben vivir sus vidas con normalidad, sugieren expertos

Diana Holguín
La Declaración de Great Barrington propone que los espacios públicos se habiliten para las personas con menos riesgos de contagio.

 
La Declaración de Great Barrington, una propuesta escrita y firmada en el Instituto Americano de Investigación Económica en Great Barrington, Massachusetts, propone una política liberal para la pandemia de COVID-19, de tal forma que solo las personas que están en alto riesgo de morir por la enfermedad del coronavirus estén protegidas de la infección.
 
Los epidemiólogos de enfermedades infecciosas y científicos de salud pública, que suscriben la misiva recomiendan un abordaje llamado “Protección focalizada”.
 
“Las actuales políticas de confinamiento están produciendo efectos devastadores en la salud pública a corto y largo plazo”, reza el documento y explica que los efectos incluyen tasas de vacunación más bajas, empeoramiento en los resultados de enfermedades cardiovasculares, menores detecciones de cáncer y deterioro de la salud mental, lo que conducirá a un mayor exceso de mortalidad en los próximos años”.
 
La declaración  publicada el 4 de octubre pasado, sostiene que mantener estas medidas en pie hasta que haya una vacuna disponible causará un daño irreparable en los menos privilegiados, quienes terminarán siendo afectados de manera desproporcionada”.
 
De acuerdo a los expertos, a medida que se desarrolla inmunidad, el riesgo que todos tienen de infectarse, incluyendo los vulnerables, desciende. “Sabemos que, eventualmente, todas las poblaciones alcanzarán la inmunidad de rebaño, es decir, el punto en el que la tasa de infecciones nuevas se mantiene estable, y que esto puede beneficiarse de una vacuna”.
 
Los investigadores ratifican que la manera más humana de abordarlo, midiendo los riesgos y los beneficios de alcanzar la inmunidad de rebaño, “es la de permitirle a aquellos que están bajo un mínimo riesgo de muerte, vivir sus vidas con normalidad para alcanzar la inmunidad al virus a través de la infección natural, mientras se protege mejor a aquellos que se encuentran en mayor riesgo. 
 
Para ello proponen, por ejemplo, que los asilos de ancianos empleen personal con inmunidad adquirida y realizar test PCR al personal y los visitantes con frecuencia. “La rotación del personal debería limitarse. Las personas jubiladas que viven en casa deberían contar con provisiones y otros elementos esenciales enviados a sus casas”. 
 
Además menciona que las escuelas y universidades deberían abrir para una enseñanza presencial. Las actividades extracurriculares, como los deportes, deberían reanudarse. “Los adultos jóvenes de bajo riesgo deberían trabajar con normalidad, en lugar de hacerlo desde casa. Los restaurantes y otros negocios deberían abrir. Las artes, la música, los deportes y otras actividades culturales deberían reanudarse”. 
 
Concluye señalando que la gente que se encuentra en mayor riesgo podría participar, si así lo desea, mientras la sociedad en conjunto disfruta de la protección otorgada a los vulnerables por aquellos que han desarrollado inmunidad de rebaño.
 
Los críticos de las recomendaciones de la Declaración, incluidos diversos académicos y la Organización Mundial de la Salud (OMS), han declarado que la estrategia propuesta es peligrosa e inviable y que sería imposible proteger a quienes son médicamente vulnerables, y que el componente de inmunidad colectiva de la estrategia se ve socavado por la duración limitada de la inmunidad posterior a la infección.
 
La Declaración fue escrita por Sunetra Gupta de la Universidad de Oxford, Jay Bhattacharya de la Universidad de Stanford y Martin Kulldorff de la Universidad de Harvard. Fue patrocinada por el Instituto Americano de Investigación Económica, un grupo de expertos de orientación liberal que forma parte de una red de organizaciones financiadas por la Fundación Koch asociadas con la negación del cambio climático.