Falta de recursos públicos trunca el camino de decenas de jóvenes deportistas en la tierra de Neisi Dájomes

Falta de recursos para cubrir salud, alimentación y educación. Pese a que la medallista Neisi Dájomes se formó en Pastaza, su logro no bastó para quitar las piedras del camino a los deportistas de esa zona.
Nicole Landín Jurado
Pastaza es la cuarta provincia del país con mayor índice de pobreza por necesidades básicas. El deporte es un vehículo para que muchos adolescentes y jóvenes salgan de esa situación.

Falta de recursos para cubrir salud, alimentación y educación. Pese a que la medallista Neisi Dájomes se formó en Pastaza, su logro no bastó para quitar las piedras del camino a los deportistas de esa zona.

En la humilde comunidad quichua de Chuya Yaku en el cantón Arajuno (provincia de Pastaza), la vida no te da muchas oportunidades. En medio de la selva, a varias horas de distancia del Puyo, capital de esa provincia, la agricultura es el método de subsistencia.

Así pasó su infancia Renny Vargas , en una familia donde sembrar plátano era parte de su día a día. Hoy Renny cambió el campo por un gimnasio. Sus herramientas ahora son las barras metalicas y las pesas.

Su sueño no es cargar racimos de banano sino sus propias medallas. Pese a tener 17 años, ya es experto en esas prácticas: en mayo del año pasado ganó una medalla de bronce en los Juegos Suramericanos en Rosario, Argentina.

Renny Vargas de 17 años entrena todas las tardes en el gimnasio de la Federación de Pastaza. Practica levantamiento de pesas desde los 10 años.

Renny salió de la comunidad por su hermano, quien viajó al Puyo por estudios. A los 10 años comenzó a practicar levantamiento de pesas en la Federación Deportiva de Pastaza , el mismo lugar que vio nacer a la campeona olímpica Neisi Dájomes .

Como Chuya Yaku (su comunidad) está a medio día de viaje en bus para llegar a la Federación, Renny estaba a vivir en el Puyo. "Somos una familia de bajos recursos y mis padres no podían darme lo que necesitaban. La Federación me da comida, vitaminas, medicina y vivo en la casa de uno de los entrenadores de lunes a viernes ", dice este joven que sueña con repetir el exito de la hija ilustre de la provincia.

Si bien el triunfo de Neisi en Tokyo, de ser la primera mujer en ganar oro olímpico en la historia de Ecuador supondría poner la lupa en estos centros de formación, no fue así. Lo único que dejó fue inspiración para chicos como Renny, quienes anhelan convertirse en campeones olímpicos, aunque muchas veces la necesidad los saca de ese camino.

Pastaza , específicamente, tiene al 52 por ciento de su población viviendo en pobreza, es la cuarta provincia del país con mayor índice de pobreza por necesidades básicas según el INEC .

¿Qué representa esto en términos de sostenibilidad? Naciones Unidas reconoce al deporte como derecho fundamental y herramienta para el progreso social, dentro de la declaración de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

Allí radica la importancia de apoyar de manera integral a estos jóvenes que no solo tienen carencias para entrenar, sino que por su situación económica, requieren ayuda para alimentación, salud, educación y vivienda.

Hacer del deporte una carrera, no es un camino fácil. A veces esas historias de superación de deportistas reconocidos en Ecuador, terminan romantizando la pobreza. La falta de recursos y apoyo son las principales razones por las que los jóvenes talentos abandonan el deporte.

"Si no hubiera entrenado me habría quedado en la finca. Hay mucho talento desperdiciado. En mi comunidad, por ejemplo, muchos chicos me piden que los traigan un entrenamiento. ", comenta Renny.

Roberto Heras, entrenador del joven pesista, coincide. Él trabaja desde 2005 en la Federación de Pastaza y siempre ha tenido que "quedarse" solo con los deportistas de mejores condiciones, no porque los otros no tengan el potencial, sino porque no tienen la capacidad financiera y técnica para impulsarlos a todos.

" En el tiempo de Neisi hubo recursos . Pero si ella en algún momento dijo que no los había, ahora es peor. Es mucho más difícil llegar al alto rendimiento".

Una estatua de Neisi Dajomes da la bienvenida a Shell, la ciudad de Pastaza donde ella vivía.

EN LA SOMBRA

Son las cuatro de la tarde de un miércoles y el sol empieza su descenso hacia el ocaso. El cielo parece una obra de arte que llama a la esperanza y es el escenario ideal cuando se mezclan los gritos y las risas de niños y adolescentes que llegan a los gimnasios de la Federación de Pastaza.

Las circunstancias austeras de esa federación son notorias al pisar esta infraestructura bastante deteriorada. Y el logro de Neisi, quien se formó en esos gimnasios, no cambió esa realidad. Si bien no es una provincia que destaque tanto en el medallero, no es que no tenga talento.

La fuga de talentos es su principal problema: varios chicos formados allí son tentados por las provincias más pudientes (sobre todo Pichincha y Guayas) para entrenar y competir con ellos. Eso pasó con Neisi, quien poco antes de ganar la medalla se instaló en Quito . “No es criticable, en lo absoluto. Ella buscó una mejor oportunidad para su vida y la consiguió”, dice alguien que la conoció en Puyo.

Otros deportistas se quedaron. Ese es el caso de Jennifer Hernández , de 28 años, nacida en Puyo. Su pasión por el levantamiento de pesas comenzó en una simple vacacional a los 10 años, y aunque no ha tenido la oportunidad de llegar a las olimpiadas, es campeona Panamericana, Sudamericana y medallista en Juegos Bolivarianos .

“Comencé desde lo más bajo y el deporte cambió mi vida totalmente. Con los 15 años que tengo practicándolo, tengo mi carro y yo mismo me solvento todo”.

Jennifer Hernández, de 28 años, es medallista Panamericana, Sudamericana y Bolivariana. Quiere llegar por primera vez a los Juegos Olímpicos, en París 2024.

Jennifer es uno de los ejemplos a seguir de los numerosos chicos que todas las tardes llegan al gimnasio. Ella está convencida de que el deporte abre muchas puertas y en su caso, siendo madre soltera, hallar la forma de salir adelante es una obligación. Pero reconoce que su caso es excepcional.

Atendemos a más de 600 deportistas. Es muy triste ver cómo muchos se quedan en el camino y que con un poco más podrían haber llegado. La ayuda pública no es suficiente y el apoyo de las empresas privadas es mínimo ”, comenta William Heredia, presidente de la Federación.

En 2022, el Ministerio del Deporte dio 700 mil dólares a la Federación de esa provincia, es decir un poco más de 58 mil por mes. Un monto que, según los voceros consultados no da muchas oportunidades para cubrir las necesidades que los padres de los deportistas no pueden costar: salud, alimentación, educación y vivienda.

La Federación Deportiva de Pastaza recibe cerca de 700 mil dólares anuales. El 75 por ciento de ese monto es destinado a gastos administrativos.

Esto es algo que afecta incluso a la autoestima, según Lorena Cuadrado, psicóloga clínica y directora del departamento de Orientación de la UEES.

“Al no tener el apoyo, se frena el proyecto de vida de estos chicos. Eso los lleva a cambiar de rumbo, que no es algo malo, pero por el tiempo libre y la escasez, pueden quedar propensos al consumo de drogas, delincuencia y otras actividades ilícitas. No son todos los casos, pero sí son más vulnerables", detalla.

Neisi es una de las deportistas que salió adelante pese a la falta de recursos. Pero con el apoyo adecuado, quizás se les daría la oportunidad a chicos como los de la Federación de Pastaza, de convertirse en representantes nacionales y construir un futuro mejor.