La camaleónica actriz Joselyn Gallardo: un referente dentro y fuera del Ecuador
Actriz de teatro, televisión y cine, Joselyn empezó su carrera a los 16 años en la telenovela 'Me enamoré de una pelucona'. Aquí su trayectoria.
Joselyn Gallardo es una verdadera workaholic, y entiende que actuar es también estudiar una y otra vez. Especializada en teatro por la Lynn University (Florida), recuerda con entusiasmo su materia favorita: Film History.
“Una profesora judía nos impartía la clase y fue apasionante”, cuenta. “Ella nos enseñó que un actor debe ser un lienzo en blanco. A pesar de su origen, nos hablaba del cine alemán, demostrando que actuar es despojarse de la religión, la cultura y de uno mismo para habitar otros mundos”.
Con Joselyn, no esperen papeles fáciles. Todos los personajes que ha interpretado han sido opuestos a su personalidad, y justamente ahí radica el placer que encuentra en actuar. A los 16 años debutó en la telenovela 'Me enamoré de una pelucona', y luego vinieron títulos icónicos de la televisión ecuatoriana como 'Mi recinto', 'Solteros sin compromiso' y 'Los hijos de Don Juan'.
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Su gran salto actoral llegó en 2015, cuando fue convocada en Colombia para interpretar a Martina en 'Sin senos sí hay paraíso'. Fue la única extranjera del elenco, y eso implicó un reto doble: dominar el acento paisa, entrevistar a trabajadoras sexuales y visitar prostíbulos para construir con autenticidad a la "niña mala" y proxeneta de la serie producida por Telemundo.
Con Otelo de Shakespeare llegó a la tragedia sobre los celos y la manipulación y con su rol de Rosa en el cortometraje ‘Welcome Back’ tocó el tema de la migración.
“Mi roles siempre tocan la fragilidad humana, atraigo ese tipo de personaje pero son apasionantes”, explica la 'oveja negra' de su familia.
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“Mi padre y mi hermano son asesores financieros, mi mamá ingeniera comercial y yo siempre quise pintar, bailar y ser actriz. De niña imitaba y hacía shows para ellos. Me reía y me enojaba por todo, así que cuando dije a la familia que iba a ser actriz, no fue ninguna sorpresa”.
“Un buen actor debe ser apasionado por su profesión, versátil, camaleónico e intrigante”, finaliza la actriz que soñaba con ser bailarina de ballet. “Tengo dos pies izquierdos, pero admiro esa disciplina y la fuerza mental que uno demuestra para sobrevivir”.