Universidad logra transferir patente para producción de plásticos biodegradables a empresa privada

Redacción Enfoque
La patente del desarrollo de biopolímeros a partir de almidón de corteza de yuca y cáscara de plátano de la UTPL fue transferida a una empresa privada para la producción de plásticos biodegradables.

Constantemente se ha mencionado que el desarrollo de la investigación científica en un país está ligado a su progreso económico. Sin embargo, existen muchas aristas a lo largo del camino investigativo, que permiten el alcance de verdaderos resultados, y uno de ellos es la relación entre la academia (con sus conocimientos) y la empresa privada (con financiamiento en retribución a los avances científicos recibidos).

Esta práctica es común en diferentes países como Estados Unidos, China, Corea del Sur, la cual le ha permitido alcanzar su progreso desde distintos sectores. Esta vez en el Ecuador, la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL) ha podido transferir la patente del proyecto “Desarrollo de biopolímeros a partir de almidón de corteza de yuca y cáscara de plátano” que hace 8 años fue estructurado como un proyecto de investigación por la docente Gabriela Punín Burneo y la UTPL Alumni María José Valarezo.

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La empresa South American Inspection Services Sais Ecuador S.A se convirtió en la destinataria de la patente, como una compañía que se dedica a la elaboración y construcción de planes y programas de inspección industrial e integridad mecánica.

Gabriela Scholis, gerente general de Sais Ecuador, cuenta que, a partir de la pandemia de COVID-19, la empresa empezó a buscar alternativas para evitar el uso de plásticos para utilizar materiales orgánicos. “Hicimos investigaciones y vimos que la UTPL tenía una patente para el desarrollo de fibras naturales. Nunca se había hecho la transferencia tecnológica de patentes a la empresa privada, pero lo logramos. Estamos haciendo la recepción de la fórmula y la descripción de la patente para llevar la producción de biopolímeros a nivel industrial”, relata.

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El biopolímero es un plástico obtenido a partir de productos naturales, en este caso, de la yuca y del plátano. Gabriela Punín, docente del departamento de Filosofía, Arte y Humanidades de la UTPL, fue parte de la investigación que se realizó con 60 plantas de ciclo corto (ciclo vegetativo menor a un año) y con desechos orgánicos. Así, a partir de un proceso de estudio e innovación, se identificó que la cáscara de yuca y la fibra del plátano combinada con materias primas como glicerina y ácido acético generó un biomaterial con características similares a las del plástico: resistente, flexible y elástico.

Este material puede ser usado para la fabricación de artículos como empaques y envolturas que desaparecerán entre 5 y 6 años.

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El proceso de obtención de la patente no fue corto. María José Valarezo, UTPL Alumni de la carrera de Ingeniería Química de la UTPL recuerda que la universidad le propuso iniciar el trámite para patentar la investigación y, finalmente, luego de cinco años de análisis y pruebas, el Servicio Nacional de Derechos Intelectuales (Senadi) concedió en 2018 la protección como patente de invención y emitió el título respectivo.

“Con nuestra investigación y patente aportamos a mejorar la calidad de vida de las personas y también al cuidado del medio ambiente”, expresa la profesional que actualmente se desempeña como directora del Laboratorio de Análisis Químico de la Universidad Nacional de Loja.

Ahora que Sais Ecuador ha recibido la patente de parte de la UTPL, se plantea buscar una alianza con el Gobierno para promover el proyecto. “Este desarrollo conjunto entre la academia y la empresa privada busca una alternativa para los plásticos de un solo uso que no son reciclables o que tienen una poca escala de biodegradabilidad. En adelante podremos hacer una infinidad de artículos que sean biodegradables -no solo reciclados- y que se convierta en materia prima orgánica”, concluye Mario Cevallos, director general de la empresa.