Paúl Guerra, el abogado quiteño que es actor en Hollywood

Redacción Vistazo
Paul Guerra (32) vive desde hace seis años en Los Ángeles. Logró ser conductor en Univisión y pudo trabajar en producciones como Ford vs Ferrari

Paul Guerra es un hombre encantador e hiperactivo. Nunca se queja y siempre tiene una franca sonrisa. Si su vida fuera el título de una película podría ser “La vida es bella” pero al conocerlo sería más justo nombrar “En busca de la felicidad”.  
 
Paul nació en Quito y a muy temprana edad se mudó a Medellín con su mamá antes de regresar a Ecuador a los tres años. De niño hacía obras en la escuela y le gustaba imitar a sus vecinos del barrio y a los políticos que veía en la TV. Tuvo una adolescencia rebelde y pasó por algunos colegios mientras estudiaba guitarra en el conservatorio.
 
Siempre fui un artista, me encanta contar historias, tuve un accidente de tránsito donde casi pierdo la vida en 2012, con lo cual tuve la epifanía de salir a luchar por mis sueños”, recuerda el eterno idealista que finalmente estudió Derecho en la Universidad San Francisco donde se graduó como abogado en 2013 e hizo una sub especialización en DDHH en American University en Washington DC. 
 
El abogado actor
Una vez graduado Paul navegó entre el mundo del derecho y la televisión. “Trabajé en RTS y Canela Tv, luego fui abogado en la subsecretaría de DDHH en el extinto Ministerio de Justicia y poco antes de mudarme a Los Ángeles, trabajé como abogado en la Senescyt”, detalla el empleado multifacético que decidió ser actor al ver Jared Leto ganar el Óscar en 2014 por su papel secundario en la película 'Dallas Buyers Club'. “Cuando ganó y agradeció a su madre por su éxito, comprendí que tenía que ser actor”, recalca el hijo de tres mamás: su madre, tía y abuelita.
 
Además de su tío materno que siempre fue como un padre para él. “Lastimosamente con mi padre biológico tuve una relación intermitente toda mi vida; estuvo ausente durante toda mi niñez y hace pocos meses falleció en España donde vivió por varios años. Nunca pudimos tener una relación buena por más que intentamos. El momento que se fue lo perdoné completamente y lo dejé ir con amor. Me hubiera encantado hacerlo en vida”. 
 
Cuando Paul decidió viajar a L.A. vendió todo lo que tenía: sus guitarras, amplificadores, pedales y hasta ropa que tenía algún valor para poder pagar su alquiler y sus tres primeros años de teatro. Allá no conocía a nadie y trabajó en todo lo que podía siendo actor, extra o modelo hasta conseguir un trabajo de presentador en Univisión.
 
 
El actor en scooter 
En Los Ángeles logró estudiar actuación en la escuela Stella Adler Academy, lugar donde también estudió Mark Ruffalo. “Nos graduamos 3 de 23, es mucho más difícil de lo que la gente se puede imaginar”, sentencia. Paul ya lleva seis años en Estados Unidos y pudo trabajar en producciones como Ford vs Ferrari, con Matt Damon; en la serie Westworld, de HBO, con Ed Harris y mientras contestaba esta entrevista estaba grabando con el actor Bruce Willis para un comercial de cerveza mexicana. 
 
Hasta el 2020 trabajaba de tres a cuatro veces a la semana como presentador en Univisión pero llegó la pandemia y su dosis de incertidumbre. “Los primeros meses me sostuve con mi trabajo en Univisión pero a medida que mis ingresos fueron disminuyendo, comencé a repartir comida con un scooter eléctrico. Me divierto tanto haciéndolo que ahora tengo dos scooters para poder hacerlo a tiempo completo cuando hay días donde no trabajo en la industria del entretenimiento. Soy muy trabajador por lo que le cuesta mentalmente quedarme en casa sin hacer nada”.
 
Desde hace poco Paul ya volvió a trabajar como actor, pero sigue repartiendo comida entre dos castings o filmaciones cortas. Bajo una máscara de The Mandalorian, personaje de Star Wars, el quiteño rueda por las calles de Los Ángeles entregando comida y mucha felicidad para los niños que lo ven llegar disfrazado.
 
“Estoy solo y tengo a mi familia en Ecuador a los que también les quiero dar una mano. Mi madre ha sido event planner por años y trabaja con mi familia en el negocio de organizar bodas y fiestas de niños, tuvieron que cerrar su oficina, tengo que ayudar”, finaliza el actor que sigue trastornándose con el síndrome del impostor. “Siento que no he logrado nada. Me cuesta darme crédito por las cosas grandes o pequeñas que logre”. 
 
Mientras tanto el actor ecuatoriano radicado en Estados Unidos aprende sobre Bitcoin, bienes raíces y la bolsa de valores, escucha podcasts y crea contenido para YouTube.
Paul se despide con una sonrisa, en su mano una cadena que le dio su mamá y el sueño de algún día dedicarle un Óscar…