400 años de arrepentimiento: La tribu que ayudó a los peregrinos a tener su primera cena de Acción de Gracias

Redacción Vistazo

La tradición estadounidense del Día de Acción de Gracias nace para conmemorar lo ocurrido en noviembre de 1621 entre los peregrinos (un grupo de ingleses religiosos que llevaba a establecerse en el "nuevo mundo") y los nativos americanos.

El hecho histórico se dio cerca de la Bahía de Plymouth, en el actual estado de Massachusetts. Actualmente, cientos de turistas se reúnen en el lugar, donde los guardaparques cuentan la historia a detalle.

Colina arriba del atractivo turístico, se encuentra un pequeño tributo a la tribu de aborígenes que ayudó a los peregrinos famélicos que acababan de desembarcar.

Muy pocos se acercan a visitar la estatua de Ousamequin, el jefe del pueblo Wampanoag, cuyo integrantes alguna vez fueron aproximadamente 100.000 y sus tierras se extendían desde el sudeste de Massachusetts hasta partes de Rhode Island.

Los Wampanoags han sido marginados y mal representados en la Historia de Estados Unidos. La realidad de lo ocurrido hace varios siglos se aleja mucho de lo que se les enseña a los niños en las escuelas.

Los historiadores dicen que es muy poco probable que se haya servido pavo. Nadie uso grandes penachos y los peregrinos no invitaron a los Wampanoags al festín que ellos mismo hicieron posible.

Así como los activistas nativos americanos han exigido la eliminación de las estatuas de Cristóbal Colón y que se cambie la celebración de su día festivo por el reconocimiento de las barbaries cometidas contra sus antepasados, también se oponen a la manera tradicional de conmemorar lo sucedido en el año 1621.

Para los Wampanoags y otras tribus originarias del nuevo continente, el cuarto jueves de noviembre no es un día de celebración, sino un día de luto. Esto se debe a que, a pesar de que los nativos ayudaron a los peregrinos a sobrevivir, su apoyo fue pagado con genocidio y apropiación de sus tierras.

Para conocer la historia de los Wampanoags y qué paso con ellos en la primera cena de Acción de Gracias, un visitante debe movilizarse aproximadamente 49 kilómetros desde Plymouth a la pequeña ciudad de Mashpee, donde un pequeño letrero de "Museo" se encuentra a un lado del camino.

Ahí se puede ver una wetu, una casa tradicional Wampanoag hecha de madera de cedro y corteza de árbol de tulipán y una mishoon (canoa tradicional).

Dentro de la casa de tres cuartos se encuentra Mamá Oso, una mujer de 71 años perteneciente a la tribu, tejiendo a mano un sombrero de piel de venado.

Ella ha permanecido desde su nacimiento en mencionado pueblo y es considerado una de los guardianes de la versión Wampanoag de lo que sucedió en aquella época y cómo el encuentro se convirtió en un desastre que duró décadas para ellos, que ahora son casi 2.800.

Mientras los museos de Plymouth reciben 1.5 millones de turistas al año, el de los Wampanoag recibe alrededor de 800 visitas en el mismo periodo.