El misterioso caso de Martín Galarza: ¿cómo llegó a Ecuador y se convirtió en AU-D?
Luego de 30 años de carrera acaba de casarse, ser abuelo y obtener la nacionalidad ecuatoriana. Entre Miami y Guayaquil, AU-D ya se quiere dedicar a componer para los demás y disfrutar de su familia.
Martín Galarza Arce es más ecuatoriano que el encebollado, pero nació en el Bronx de Nueva York en el año 1968. De padre portorriqueño y de madre ecuatoriana, aprendió a crecer y a imponerse en un barrio donde afroamericanos, latinos y blancos tenían que disputarse el parque para poder jugar.
“La gota que derramó el vaso fue cuando un piedrazo entró por la ventana del cuarto de mi hermana recién nacida. Al ver los vidrios en la cuna, mi mamá le pidió a mi papá que nos mudáramos a Ecuador”, recuerda el artista, quien llegó a Guayaquil a los ocho años de edad.
DE ECUADOR A PUERTO RICO
La llegada de la familia Galarza Arce a Guayaquil fue caótica. Martín no hablaba español y su padre, Elving, tuvo que cambiar su profesión de lapeador (orfebre que trabaja en el corte de las joyas) por volquetero.
“A mi padre nunca le dio vergüenza ni miedo empezar desde cero, toda su vida ha trabajado mucho y aunque vivíamos en barrios populares siempre nos puso en buenos colegios”.
A pesar de ser disléxico y tener disgrafía, Martín fue un excelente alumno gracias a su memoria auditiva. En Nueva York había sido “el blanquito latino”, en Guayaquil era “el cholito rebelde” que no dudaba en dar cátedra a sus profesores recibiendo los aplausos de sus compañeros.
Aprincipios de los 80,Martín empezó a interesarse en la música burlándose del rock latino, pero de repente llegó la noticia que su abuelo paterno estaba prácticamente desahuciado de cáncer en Puerto Rico. Otro viaje, otro choque.
“Viajamos a un pueblito, ya no tenía amigos, me frustré mucho viendo morir despacio a mi abuelo”, relata, pero en aquel entonces no sabía que ese preciso viaje iba a cambiar su vida.
“En medio de la tristeza descubrí el rap y el break dance, me sabía todas las canciones, tenía los casetes y cuando regresé a Ecuador después de la partida de mi abuelo quise hacer
rap en español”.
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DE MARTÍN A AU-D
En el año 1989, el país ya se movía al ritmo de Tranzas y Mike Albornoz mientras Martín regresaba al Ecuador después de haber culminado sus estudios en Ingeniería de Sonido y Producción Musical.
El joven Galarza no era nadie cuando conoció a Troy Alvarado, bajista de Tranzas, quien creyó en él apenas conversaron acerca de filmar una película sobre dos bandas juveniles rivales.
“Tenía 20 años, mi novia estaba embarazada y necesitaba hacer algo de mi vida. Troy me había ayudado para que conozca algunas disqueras y radios, pero nada... Decidí adaptar el rap para los ecuatorianos ¿y qué somos los ecuatorianos? Románticos, llorones a muerte y felices con el sufrimiento... compuse “Tres notas” en 15 minutos y fue una locura”.
Tres meses después, ya casado y con un hijo, Martín abría el concierto de los Prisioneros en la Plaza de Toros ante 18 mil personas. Había nacido el fenómeno AU-D, un ser descomplicado que hacía una música que nadie conocía y todos amaban, un rap positivo que desempolvaba el rock latino, el pop y la música folclórica.
El chico estaba de moda y cada canción que componía era un hit, lo mismo con los grupos que producía. Hace poco AU-D hizo una recopilación de los éxitos de su carrera: ¡fueron 33 canciones!
Su carrera fue meteórica y pronto se multiplicaron los conciertos en Estados Unidos, Colombia, Bolivia, Perú, España, Italia y Bélgica; representó al Ecuador en Viña del Mar en 1998 llegando a ser semifinalista. Se dedicó también a prestar servicios de grabación y producción a otros artistas como Tranzas, Rubén El Rey y Van Mozart, entre otros. AU-D se ganó un espacio en el corazón de los ecuatorinos y pese a que también hubo una época de vacas flacas a principio de 2000, el artista siempre supo reinventarse.
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ENTRE GUAYAQUIL Y MIAMI
A principios de 2021, Martín Galarza recibió la noticia que esperaba desde hace tanto tiempo: le otorgaron la nacionalidad ecuatoriana por “sus servicios relevantes en el campo cultural”.
“Tengo una mezcla de emociones, toda la vida me he sentido ecuatoriano, orgulloso e identificado con mi país, pero serlo oficialmente me llena de mucho orgullo”, revela el cantante.
Este año será definitivamente inolvidable para Martín. “En esta pandemia, a mí me ha tocado reinventarme, he vendido camisetas, hice bingo y videos de saludos, pero no me quejo”, explica añadiendo que a partir de ahora se dedicará a la producción musical entre Guayaquil y Miami.
“Estoy almacenando un banco de datos de canciones y colaboraré con artistas y compositores de Estados Unidos y Ecuador. Pronto empezaré a ofrecer material a Publisher y disqueras”, anuncia el flamante abuelo y esposo que no quiere perderse un momento más de la vida familiar.
En este momento AU-D está en Miami con su esposa Gisella, su hijastro Sebastián, sus hijos Martín y Simuy, y sus padres. “Yo en Ecuador viví la migración al revés. Yo era el que estaba solo en Ecuador y toda la familia en Miami. Hace 11 años emigraron mis hijos después les si- guieron mis hermanas, mis sobrinos y hace un par de años mis papás que decidieron jubilarse allá”, comenta.
En Miami, Martín disfruta de su familia; todos viven cerca y en ese momento de incertidumbre necesitaba ese calor. A sus 52 años, parece no envejecer. “Mis papás son come años, pero creo que tiene que ver con el estilo de vida. Mi papá sufre del corazón y siempre se tuvo que cuidarse con la comida e hicimos lo mismo”, acota el eterno adolescente que debe su carrera a tres notas y miles de fans.