¿De qué se trata la menstruación sostenible?

Redacción Vistazo
Cada vez existen más campañas sobre las alternativas de productos de higiene. Foto: Pixabay

 

Pese a las campañas y la información disponible en internet, la menstruación sigue siendo un tabú: todavía se trata con muchísimo pudor todo lo que rodea al periodo y poco se habla de las consecuencias ambientales. Los residuos que se genera el aseo durante el periodo no son reciclables y, por lo tanto, contribuyen a los índices de la contaminación ambiental.

La menstruación se da una semana cada mes (normalmente), y entre los métodos de higiene femenina más recurrentes, están los de un solo uso como compresas, tampones o salvasplis. De acuerdo a María Negro, activista y autora del libro “'Cambia el mundo: 10 pasos hacia una vida sostenible”, una mujer menstrua aproximadamente unos cuarenta años de su vida y puede llegar a utilizar entre 6.000 y 9.000 compresas y tampones desechables durante sus años fértiles.

Por esta razón cada vez existen más campañas para generar consciencia en las mujeres sobre las alternativas reutilizables de productos de higiene, en el marco de lo que Negro llama 'menstruación sostenible'.

Para conseguir reducir el impacto en el planeta durante los días de la menstruación, la divulgadora de educación menstrual, sexualidad y 'menstruación sostenible', Janire Mañes, dice que cada vez hay más alternativas que reducen la utilización de productos de un solo uso.

“Desde practicar el sangrado libre hasta la copa menstrual, pasando por compresas de tela de algodón orgánico reutilizables, bragas menstruales o esponjas menstruales” explicó.

ALTERNATIVAS
La copa menstrual es probablemente la más extendida y su popularidad no deja de crecer. Se trata de un recipiente de silicona médica 100% hipoalergénica, que respeta el ph vaginal y recoge el sangrado en vez de absolverlo, por lo que no hay problemas de irritación, hongos o alergias. Ya se puede adquirir en farmacias, ordenar en línea y, en algunos países, comprar en los grandes supermercados.

«Esta opción es ecológica y barata: ahorras un montón de dinero y de residuos al planeta ya que puede durar hasta 10 años», indicó Mañes.

También existen las compresas de tela y bragas menstruales, que las personas han encontrado útiles y cómodas; y cuya oferta cada vez crece más. Mañes vendía este tipo de productos de aseo dijo que las hay de todos los tamaños, para cada momento del ciclo, y pueden durar hasta 4 años, así como una vez acabada su vida útil se pueden compostar.

Lo mismo ocurre con la ropa interior menstrual. Marta Higuera, de la marca de ropa interior DIM Intimates, expresó que estas opciones cuentan con sistemas que evitan humedades, absorben al máximo las descargas y el tejido evita malos olores.

Por otro lado, existen las esponjas menstruales, pero son la opción menos conocida. Se trata de especies que crecen en los fondos marinos de la costa mediterránea, son muy absorbentes y antibacterianas, y su vida útil es de un año.

PRODUCTOS TRAICIONALES
Mañes le comentó al portal ABC que los productos tradicionales están compuestos por materiales derivados de plásticos que generan muchos problemas al entrar en contacto con la mucosa, como lo son el rayón, dioxinas o viscosa. Además, pueden causar picores, irritación, sequedad vaginal, alergias o infecciones por hongos o bacterias.

“Hay otros riesgos asociados al uso continuado de ellos, por ejemplo, el caso de los tampones con el síndrome de shock tóxico” señaló la divulgadora.

Además, el uso de estos productos, aunque suponen un desembolso de dinero menor la primera vez, el gasto versus el de un producto alternativo, se vuelve mayor a largo plazo.

Además, los productos tradicionales de un solo uso tampoco se pueden reciclar y aunque se desechen correctamente, estos productos acaban en vertederos donde la falta de oxígeno hace que puedan tardar siglos en degradarse, según Negro.

“Está en nuestra mano cambiar esta realidad y vivir una menstruación más sostenible y respetuosa con nuestro cuerpo y con el planeta” puntualizó.