Vacunas en Guayaquil: voces y víctimas, ¿cómo llegamos a este punto?
Vacunas en Guayaquil: voces y víctimas', es un podcast de Vistazo que retrata la pesadilla de trabajadores y comerciantes que intentan salir adelante en una de las ciudades más violentas del continente. Escucha el segundo episodio:
En medio de calles empapadas por el miedo, Ecuador lucha por encontrar la luz en su hora más oscura. El 2023 pasará a la historia como el año más violento en la historia del país. Ataques con bombas, tiroteos en locales comerciales, y la sombra amenazante de los sicarios, convirtieron a las calles ecuatorianas en una amenaza para los emprendedores, quienes buscan salir adelante en uno de los territorios más peligrosos de América Latina.
Detrás de esta escalada de violencia se esconde un oscuro sistema de extorsión conocido como "vacunas". Cuotas impuestas por bandas criminales a comerciantes y empresarios, a cambio de la promesa de protección. Pero esta promesa se desvanece rápidamente en el aire, dejando tras de sí un rastro de sangre y temor.
El año 2024 no trae consigo un alivio para la población. Las denuncias por extorsión han aumentado en un 133% en comparación con el mismo período del año anterior. ¿Qué ha llevado a este abrupto incremento? Diez años atrás, las "vacunas" eran apenas una figura en el horizonte, ¿cómo llegamos a este punto?
A pesar del asfixiante peso del miedo, algunos comerciantes se aferran a sus negocios, desafiando a las sombras que acechan en cada esquina. Otros, sin embargo, se ven obligados a tomar una decisión: cerrar sus puertas para siempre, rendidos ante la imposibilidad de luchar contra el crimen organizado.
Mario Pazmiño, analista internacional en seguridad y defensa, habló sobre la realidad detrás de estos hechos. Según dijo, Ecuador ha sido testigo de múltiples mutaciones en el funcionamiento del narcotráfico, provocando un aumento en los índices de delitos perpetrados por las redes de crimen organizado, y los “santuarios” son el mejor reflejo del alcance que las bandas alcanzaron en el país.
“Un santuario es un espacio territorial controlado por el crimen organizado transnacional en donde están las diferentes organizaciones delictivas locales, donde el Estado tiene una presencia esporádica. En estos barrios o cantones, lo que pasa es que estas organizaciones delictivas ofrecen cierto tipo de servicios de ‘seguridad’ a la población”.
