¿Cómo perder tres horas en el Ministerio de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana?
* OPINIÓN
La viven muchos a diario. Pese a "virtualizar" varios procesos, se insiste con algunos de forma presencial y con pésima atención. ¿Contagiarse? Quién sabe.
Es la época del COVID-19, en la que las aglomeraciones no son permitidas. Pero en los exteriores del edificio zonal 8 del Gobierno Nacional, al norte de Guayaquil, pareciera que no es así. Desde antes de las 8 de la mañana, una larga fila de personas empieza a formarse en uno de los costados del edificio.
Desde que inició la pandemia he evitado las aglomeraciones, los espacios cerrados donde puedan estar más personas. Hoy no lo logré.
Estoy obligado a hacerlo. Necesito apostillar (legalizar) un documento de mi hija y el único camino es este. Aclaro: es un trámite pospuesto desde el inicio de la pandemia, ya que mi hija nació tres meses antes de esta nueva normalidad.
El proceso inició con un trámite virtual para sacar cita. Hasta allí todo bien. La programé para hoy en el rango de las 08h30 a 09h30. "Se solicita estar 15 minutos antes de la cita", señala el archivo digital que te envían al correo electrónico.
Llego 08h15 pero ingreso al edificio a las 08h45. La fila tiene más de 60 personas. En los 30 minutos previos al ingreso, otras 60 personas como mínimo esperaban detrás. Hay voluntad de quienes están en el sitio y ayudan en el proceso. Quizá la decisión de que este trámite sea así recae en otras manos.
En época de pandemia se mantienen los trámites presenciales, que pueden convocar, como es este caso, más de 100 personas en un lugar cerrado.
¿No es factible implementar un sistema no presencial para este tipo de trámites? ¿Por qué exponer a gente que necesita, sin otra alternativa, realizar estas diligencias? Buzón de entrega de sobres, envío del archivo escaneado, entre otros.
"Es la segunda vez en el mes que vengo porque me piden documentos apostillados para trámites personales. Así como lo ve es siempre", reconoce Gabriela, de 43 años.
"Apenas dos ventanillas para atender estos trámites. Y ni siquiera se respeta el distanciamiento", cuestiona Carlos, mi compañero de banca. Y es verdad: entre filas hay menos de los dos metros de distancia que se señalan en todos los protocolos, incluidos los que el Gobierno promueve por sus canales oficiales.
Ya es mi turno, son 10h10, técnicamente 40 minutos después del rango de atención que me habían dado. Pero allí no termina: luego a pagar en la ventanilla y esperar sentado, "con paciencia", me pidieron. En el recibo detallan que en 30 minutos máximo sale el documento.
Llegan las 11h00 (más de 30 minutos de lo estipulado) y me levanto a pedir información. Un funcionario me dice que así están ahora, sin mucho personal. Le pregunto que me gustaría hablar con alguien y me dice que no hay quién me atienda. Para ese momento ya el trámite poco importaba.
Fui a recepción, al primer piso, y hablé con un señor que atendía. "Debe esperar porque el Departamento de Comunicación no está", y sin terminar la conversación contestó su teléfono móvil y se fue. Tan informal respuesta que no alcancé ni a preguntarle su nombre.
Ya son las 11h20 y decido irme. Ya son 3 horas desde que inició todo. Me acerco a la ventanilla de entrega y consulto si puedo venir otro día a retirar el documento, porque llevo mucho tiempo en el proceso. "Espere un poco más, ya mismo sale", me dice una señora con una sonrisa irónica en su rostro.
Irónico es pasar casi tres horas en un sitio cerrado con más de 100 personas (también se hacen otros trámites). ¿Tendré que hacerme una prueba de COVID-19? ¿Será que me aíslo para prevenir?
Si bien el portal oficial de trámites del Gobierno (www.gob.ec) señala que más de 360 instituciones ofrecen soluciones en esa web, apostillar un documento, en tiempos de pandemia, no se ha "contagiado" de esa modernidad. En algunos sitios, un letrero "advierte" que pronto se podrá hacer este trámite virtualmente. Por suerte, la vacuna contra el COVID-19 no depende de ellos.
