Autoridades de Quito responden a críticas por obra presentada en la antigua capilla del Museo de la Ciudad
A través del comunicado se explicó que la antigua capilla no cumple funciones religiosas desde 1998, año en que el inmueble cambió su uso para convertirse en el Museo de la Ciudad.
La presentación de Aristócratas: Crónicas de una marica incómoda —una obra que combina "performance y posporno", inspirada en el universo del escritor chileno Pedro Lemebel, generó una fuerte discusión en redes sociales este lunes, luego de que usuarios cuestionaran su puesta en escena en la antigua capilla del Museo de la Ciudad, en Quito.
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La obra, presentada por el colectivo Up Zurdas, estuvo en cartelera hasta el sábado 29 de noviembre. Tras la circulación de imágenes y comentarios sobre esta, grupos de internautas criticaron que el Municipio de Quito permitiera la realización del montaje teatral en un área que, en el pasado, tuvo un uso religioso.
Ante la polémica, la Secretaría de Cultura y la Fundación Museos de la Ciudad emitieron un pronunciamiento en el que expresaron su postura y ofrecieron aclaraciones sobre el uso del espacio.
En un comunicado conjunto, las entidades lamentaron que el espectáculo haya sido percibido como ofensivo por un sector de la ciudadanía y subrayaron su respeto hacia la diversidad cultural, social y religiosa de la capital.
La Fundación Museos de la Ciudad afirmó que su labor institucional consiste en garantizar la coexistencia de distintas expresiones, “sin que ninguna vulnere los derechos de otra”.
La capilla está desacralizada desde 1998
A través del comunicado se explicó que la antigua capilla no cumple funciones religiosas desde 1998, año en que el inmueble cambió su uso para convertirse en el Museo de la Ciudad.
Desde entonces, el espacio ha sido destinado exclusivamente a fines culturales y ha acogido conciertos, obras teatrales y propuestas artísticas contemporáneas.
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La institución recalcó además que todas las actividades que se realizan en ese lugar cumplen estrictos protocolos de conservación y protección patrimonial, al tratarse de un bien reconocido como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco.
En su comunicado, la entidad insistió en que está abierta a escuchar las inquietudes de la ciudadanía y mantener espacios de diálogo con todos los sectores.
“Nuestro compromiso es que la cultura una, no divida”, afirmaron.
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