La 'Flaca' Guerrero revela las verdades de la quimoterapia en un video humorístico
Desde la caída del cabello hasta el sabor metálico de los alimentos, la presentadora ecuatoriana relata con franqueza los efectos de la quimioterapia.
María Teresa “La Flaca” Guerrero ha decidido mostrar su realidad sin filtros y sin miedo. Desde que inició su tratamiento contra el cáncer, ha compartido con sus seguidores cada paso de su proceso, transformando su cuenta de TikTok en un diario de lucha, humor y amor propio.
Recientemente, La Flaca publicó un video en el que revela cinco verdades sobre la quimioterapia, desde los efectos más duros hasta los momentos que, contra todo pronóstico, logran sacarle una sonrisa.
Recientemente, La Flaca publicó un video en el que revela cinco verdades sobre la quimioterapia, desde los efectos más duros hasta los momentos que, contra todo pronóstico, logran sacarle una sonrisa.
Desde mayo, sus redes comenzaron a registrar la progresiva caída de su cabello. Primero fueron algunos mechones, luego cortes y, finalmente, el 7 de junio decidió raparse por completo. Su forma de contar lo ocurrido no evade lo duro del proceso, pero sí afronta la realidad con alegría.
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Con respecto a la caída de su cabello durante la quimioterapia, recalcó que no solo perdió el de su cabeza, sino el de todo el cuerpo. “Cuando digo todo, es todo”, explicó con franqueza. “Ya no tengo que hacerme brazilian waxing cuando estoy en quimio, y mi novio está feliz”, añadió, entre risas.
Incluso los comentarios de los niños, que podrían resultar incómodos, los transforma en anécdotas tiernas: “Me preguntan: ¿Te pasa algo? ¿Por qué pareces hombre? (los niños) como que se asustan, cosa que me parece chistosísima”, aseguró.
Otro de los elementos poco conocidos del tratamiento es el catéter subcutáneo o “puerto”, que permite administrar la medicación sin dañar las venas. Aunque su inserción es dolorosa, La Flaca lo resume con sabiduría práctica. “Lo único malo es que cuando te lo colocan duele un poco, pero una vez que está acomodado en tu cuerpo, es una maravilla.”
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Pero no todo es visible. Uno de los efectos más desconcertantes ha sido la alteración del sentido del gusto. Los alimentos comenzaron a tener un sabor metálico tan fuerte que se volvió casi imposible comer con normalidad. “Independientemente de lo que comiera, sentía sabor a hierro. ¡Tuve que comprarme cubiertos de madera para que no me supiera tan feo!”
Y aunque los medicamentos no siempre ayudan con las náuseas, la solución llegó desde la tradición y el cariño: “Lo que sí me quitaba las náuseas, aquí el secretito de la abuela, es el caramelo de jengibre”.
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