La escalada del riesgo país

Editorial

El riesgo país de Ecuador creció de 805 puntos, a comienzos de mes, a 1.981 puntos. No es una buena noticia. Este indicador es clave para la economía del país. Por un lado, en este índice se basa la tasa de interés de los préstamos que se contrata en el extranjero, no solo por el sector público sino también por el sector privado. Determina, además, las pautas de comportamiento para los inversionistas extranjeros. Los inversionistas potenciales desisten de invertir en países con un alto índice de riesgo y para los inversionistas que ya están en el país, el índice es una señal para determinar el futuro de sus negocios. Por lo general, esto significa que se inhiban o restrinjan nuevos proyectos.
 
Después de Venezuela que tiene un riesgo país de 12.907 y Argentina que camina a la moratoria de su deuda, con 2.226 puntos, Ecuador es el tercero en la región con índice más alto. Varios factores han contribuido para esto: la catástrofe política de octubre, que impidió enderezar las finanzas, y un panorama mundial recesivo por la pandemia de coronavirus. Los analistas coinciden en que el mundo perderá un trillón de dólares este año por la pandemia. A Ecuador, por ejemplo, le afectará la caída del precio del petróleo originada en el frenazo de China, que es el mayor consumidor de este hidrocarburo. En marzo
9, el precio del crudo se desplomó a 30 dólares por barril, cuando en el presupuesto se lo estimó a 51,3 dólares lo cual ahoga aún más las endebles finanzas estatales. También habrá bajas en las exportaciones no petroleras, pues su destino principal está en países asiáticos y europeos, los primeros con una recesión a las puertas y los segundos en un compás de espera, aunque Italia ha puesto en cuarentena a más de 10 millones de personas. Finalmente, el Fondo Monetario no ha realizado el desembolso de 249 millones de dólares esperado en marzo, tras revisarse el cumplimiento de las metas.
 
Esta asfixia requiere de medidas, pero siendo el gobierno de Lenín Moreno, un régimen de salida, por razones políticas podría decidir que las medidas requeridas se las traslade al próximo gobierno, agravando la crisis. Un estadista debe hacer lo correcto y no lo políticamente conveniente.