El asunto de fondo

Editorial

EDITORIAL
 
Las escenas escabrosas que vivieron los tres principales centros de detención del país superaron a las tomas de una sangrienta película. Organizaciones delincuenciales ligadas al tráfico de drogas mataron en acción simultánea a 79 presos. Este horror es consecuencia de un dilema más dramático: Ecuador está ligado de manera indisoluble a la transnacional del crimen organizado de la droga.
 
Al compartir fronteras con loscdos mayores productores de cocaína del mundo: Colombia y Perú, era inevitable que el país se contaminara con el narcotráfico. Pero la presencia de la base norteamericana en Manta, entre 1998 y 2008, fue una muralla para evitar que las mayores organizaciones internacionales se instalen en el país. La terminación del convenio, sin disponer de un reemplazo de vigilancia equiparable, facilitó la llegada de dichas transnacionales criminales.
 
Anualmente se estima que en Ecuador se mueven alrededor de 500 toneladas de droga. De estas, 250 se envían a Europa y Estados Unidos a través del océano Pacífico, aunque investigadores brasileños creen que hay un incipiente flujo desde las cuencas del Amazonas hasta Brasil y el Atlántico. Unas cien toneladas de droga se consumen en el país, lo que se ha convertido en un problema de salud pública grave, que afecta principalmente a jóvenes de escasos recursos, que para solventar su vicio delinquen. Finalmente, la Policía capturó el año pasado alrededor de 130 toneladas, lo que significa un 26 por ciento de la droga. Este monto revela un trabajo excelente por parte de la fuerza pública local. En otros países, se ha estimado que los servicios policiales apenas recuperan un 10 por ciento de la droga. Esto ha sido posible gracias a una depuración policial y una tecnificación de sus fuerzas especiales, con el apoyo de la cooperación internacional, principalmente de Estados Unidos.
 
A las puertas de un cambio de gobierno, es vital que los dos finalistas presidenciales definan su postura y sus planes frente a este azote de la humanidad, tanto en materia de seguridad como de salud pública. ¿Mantendrán la cooperación internacional? ¿La profundizarán? ¿O influirá la ideología? Hoy estamos pagando las consecuencias de acciones insensatas y debe haber un compromiso de continuidad. Al crimen organizado no es posible ceder espacios.