¡Y tú más...!

Patricia Estupiñán

Durante una década el presidente Rafael Correa convenció a la mayoría de ecuatorianos y destruyó a sus adversarios políticos con un discurso lógico, donde primó el sentido común. No obstante, ahora que se encuentra desbordado por dos escándalos de corrupción mayúsculos, la lógica y el sentido común han desaparecido.
 
El presidente Correa ha recurrido a aquella táctica de las peleas infantiles, cuando un niño al ser llamado “¡Tramposo!”, sin lógica ni sentido común, respondía: “¡Y tú más!”. 
 
“Es una canallada culpar a mi gobierno de la corrupción en Petroecuador, tendremos responsabilidad política, pero nada más”. Y usando el “Y tú más...” afirmó que más responsable es quien fuera un alto dirigente socialcristiano. 
 
¿Acaso la corrupción se cometió en otro periodo? ¿No fue Pareja Yannuzzelli, el funcionario de mayor rango implicado en el caso? ¿No fue Pareja nombrado durante esta administración para los cargos de gerente de Petroecuador, cónsul en Houston –ciudad sede de las principales industrias petroleras de Estados Unidos– ministro de Estado y no lo acompañó desde su campaña en 2006?
 
¿No hubo cambios legales como aquellos que permitieron hacer contratos complementarios “por el giro de negocios”, que facilitaron la corrupción? ¿Quién fue el encargado del control de las obras y del buen uso de los dineros estatales?  
 
Pareja administró contratos por más de mil millones de dólares. Todo esto ocurrió durante el gobierno de Alianza PAIS.
 
Por su afán del “Y tú más...”, el Presidente se hace eco de una lista de nombres sin firma de responsabilidad para acusar nuevamente a los socialcristianos de sobornos, esta vez por parte de Odebrecht por un contrato de hace dos décadas. Y continúa con el “Y tú más...” con el Metro de Quito, por ser el más cuantioso contrato con esa empresa. 
 
No obstante, el país quiere conocer quiénes son y quiénes recibieron los 33,5 millones de Odebrecht desde 2007 a 2016, que denuncia la justicia estadounidense.
 
Los ecuatorianos necesitamos saber: ¿Por qué volvió Odebrecht, a la cual él mismo Presidente echó y quién promovió su regreso? ¿Cómo obtuvo contratos adicionales? Queremos también entender si en el caso de Petroecuador están todos los que son y cuándo estarán en manos de la justicia los que faltan. 
 
Reducir la corrupción a “Y tú más...” evade la gravedad de la crisis. En los dos casos no se trata simplemente de empleados que recibieron unas “propinas” por un contrato, sino que la corrupción no fue detectada por ninguna de las instituciones estatales, que cual fichas de dominó se dobla- ron ante ella: el poder de Control Ciudadano, la Asamblea, la Justicia, los organismos de control, el Ejecutivo. 
 
Debimos enterarnos de los sobornos por investigaciones en otros países: como los Panama Papers y el Lava Jato en Brasil y hoy estamos dependiendo de estos para saber qué ocurrió con Odebrecht en Ecuador. Al haber sido inoperantes en todos los estamentos del poder político corremos el riesgo de convertirnos en un estado fallido. 
 
Es el poder lo que está en juego en esta historia: es decir el control del Estado y el gran desafío es quitarle la política en el combate a los sobornos, ya que el desarrollo de una sociedad depende de la tolerancia a la corrupción.