Retroceso

Patricia Estupiñán

Con su marca personal tan cuantiosamente invertida y siendo el gobierno más largo en la historia de nuestro país, no debe sorprendernos que pese al despilfarro, corrupción y autoritarismo de su régimen, Rafael Correa tenga vigencia. Sin embargo, ha comenzado su erosión. Contabilizada su votación nacional, el correísmo quedó en cuarto lugar.
 
Correa se promocionó como Coca Cola, la marca reina de la publicidad. Se estima que gastó 300 millones de dólares en su gobierno, es decir 10 por ciento de lo que invierte anualmente esta multinacional para promocionarse en 175 países. No se incluyen en el gasto de Correa los costos de las cadenas nacionales y sabatinas, que recibió gratis.
 
Por inercia, una inversión publicitaria de esa magnitud debió influir para que los candidatos auspiciados por el expresidente arrasen en las recientes elecciones, pero apenas consiguió dos de los siete puestos en el Consejo de Participación Ciudadana, violando la ley, como ha sido su costumbre, al promocionarlos. No obstante, ninguno de sus representados obtuvo el primer lugar.
 
Luisa Maldonado, quien fue segunda en las elecciones para alcalde de Quito logró 18 por ciento frente a 21 del ganador. “Yo me reivindico revolucionaria, no correísta”, ha dicho Maldonado, activista de los barrios del sur de Quito desde los 19 años. A sus 48 años, ella puede considerar que tiene un capital político propio. Sin embargo, ninguna candidatura refleja más el retroceso del correísmo que la de Pierina Correa, quien obtuvo casi el 18 por ciento de votos. En las elecciones de 2009, ella frente a Jimmy Jairala obtuvo 38 por ciento en Guayas.
 
Las victorias en las prefecturas fueron modestas. En Pichincha, Paola Pabón ganó con 22 por ciento de los votos, seguida muy de cerca por Juan Zapata, quien obtuvo 21. En Manabí, Leonardo Orlando obtuvo 29 por ciento. 
 
¿Está el correísmo de salida? ¿Le ocurrirá lo mismo que al PRE de Abdalá Bucaram y Sociedad Patriótica de Lucio Gutiérrez? Después de sus ruidosos fracasos y destituciones, ambos tuvieron votaciones significativas en los comicios siguientes. Con Álvaro Noboa el PRE llegó a la segunda vuelta en 1998 y fue la tercera fuerza en el Parlamento; y el partido de Lucio obtuvo un tercer lugar con su hermano Gilmar y 23 de 100 diputados en las elecciones de 2007. Hoy, los dos no llegaron ni siquiera al uno por ciento en provincias que fueron sus bastiones: Guayas y Los Ríos para el PRE; y Napo para Sociedad Patriótica.
 
Estas elecciones reflejan que la inversión publicitaria por más cuantiosa que sea no es garantía de triunfos políticos ni de igualdad. Por ello es imperativa una reforma que elimine el derecho de los mandatarios a gozar de cadenas nacionales gratuitas y que corte de raíz los fondos estatales para los partidos y los candidatos. Esto revitalizaría a la democracia e impediría que otros repitan los abusos a los que nos sometió Correa. Se evitaría además la dispersión de las últimas elecciones. No es sano tener 80 mil candidatos. Pero sobre todo, no tenemos porqué pagar esto de nuestros bolsillos.