Refugio secreto

Patricia Estupiñán

LA ONG Bishopaccountability.org ha documentado más de 3.000 casos de abuso sexual a menores en la Iglesia Católica desde hace 50 años. En Estados Unidos, Irlanda, Francia, Australia y ahora recientemente en España, los gobiernos han iniciado investigaciones en los archivos católicos para exigir reparación a las víctimas. En Ecuador, este es un capítulo todavía tratado con mucho sigilo. Sin embargo, una reciente investigación de la Fiscalía alemana publicada por los periódicos El País de España y Repor München de Alemania y reproducida por diario Expreso, causa escalofríos aun a las personas más creyentes. Entre 1987 y 2002, un connotado obispo alemán, que terminó sus días en Santo Domingo de los Colorados, cometió graves delitos. Se trata de monseñor Emilio Stehle, quien fue considerado un prohombre en Santo Domingo pues con ayuda de la Iglesia alemana levantó escuelas, ancianatos y promovió la creación de una extensión universitaria católica en esa ciudad. A su muerte, en 2017 se le rindió culto por sus importantes obras comunitarias.

No obstante, según la Conferencia Episcopal Alemana a través de la oficina Misión Fidei Donum convirtió a nuestro país en refugio de 23 sacerdotes, acusados de abusos. No solo esto, sino que dicha institución de la Iglesia alemana recibió denuncias de por lo menos 10 menores que fueron abusados directamente por Stehle, en Alemania. Esta Conferencia Episcopal sospecha que Stehle montó en Ecuador una estructura deliberada para ubicar como misioneros a los sacerdotes acusados de abusos, pues los registros de ellos no constan. Algunos se habrían quedado y otros fueron enviados al resto de América del Sur. Los investigadores encontraron a uno de ellos en Uruguay. Para la justicia alemana: “Stehle y sus cómplices no solo son culpables de evadir la justicia, sino que han expuesto a un gran peligro a niños sudamericanos”. Según el diario El País: “En la diócesis (de Santo Domingo) contabiliza nueve acusados de abusos, siete ecuatorianos y dos colombianos. Unos huyeron y tres están en prisión, condenados”.

¡Qué caso tan dramático y grave! Ni las autoridades de la Iglesia Católica ni las autoridades judiciales pueden dejar de investigarlo y llegar a la verdad y hacerla pública. La justicia en todos los países ha demostrado que los abusos de los sacerdotes continuaron porque hubo impunidad.