Tecnología: ¿Sí o no en la infancia?

Melisa Spurrier

El uso de ciertos recursos tecnológicos debe de ser limitado en niños pequeños y nunca deben de reemplazar formas de juego que incentiven la interacción con otras personas.

La tecnología está en todas partes, se renueva sin parar. Nuevos modelos de plasmas, iPads, tablets, smartphones, consolas de juegos y variedad de software educativo prometiendo genialidad en los niños aparecen continuamente. Ante esta realidad, decidí investigar más sobre la pertinencia del uso de la tecnología con niños pequeños y encontré datos interesantes que comparto con ustedes.

Según la Academia Americana de Pediatría (2011), los niños menores de dos años no deberían ser expuestos a ningún tipo de medios con pantalla. Más bien, los adultos deben de promover el juego no estructurado, que surge del niño en contacto con los objetos. Esto contribuye al desarrollo de su cerebro. Por otra parte, para niños mayores de dos años, esta asociación reconoce que la tecnología de alta calidad, que incluye actividades interactivas, en lugar de mantener al niño solamente como observador, podría contribuir al desarrollo de destrezas sociales, lingüísticas e iniciación a la lectura, siempre que se utilice bajo el soporte cercano de un adulto. Para niños de dos a cinco años, el Instituto de Medicina de las Academias Nacionales (2011) sugiere que el tiempo de exposición a estos medios, no sobrepase las dos horas. ¿Por qué? Estudios indican que los niños que pasan mucho tiempo con la tecnología son menos sociables y creativos que otros niños. Adicionalmente, estudios sugieren apagar la televisión mientras los niños juegan. Tenerla encendida, incluso como fondo, distrae a los niños de tres o menos años, disminuyendo su atención y el tiempo dedicado al juego.

High Scope, fundación dedicada a promover el desarrollo de niños y jóvenes y apoyar a padres y educadores en el proceso, comparte su posición al respecto, a través de una Declaración sobre Niños Pequeños y Tecnología. Comparto con ustedes algunos de los puntos de dicha declaración:

- La tecnología debe ser usada con moderación para apoyar, no reemplazar el aprendizaje activo y directo con materiales reales que provean a los niños de experiencias físicas, sensoriales, intelectuales y sociales.

- La tecnología debe ser interactiva y abierta, y promover el aprendizaje por descubrimiento, sin enfatizar ejercicios repetitivos. Los programas (software) deben fomentar la creatividad, la resolución de problemas y la reflexión.

- La tecnología debe promover la interacción social y permitirles utilizar equipos y programas en colaboración con otros niños y adultos, compartiendo observaciones y descubrimientos, mientras se ayudan unos a otros.

Considerando que nuevas tecnologías están siendo desarrolladas continuamente, su pertinencia para el desarrollo físico, social y cognitivo de los infantes, deben evaluarse constantemente.

En conclusión, ciertos recursos tecnológicos parecen ser apropiados para niños a partir de los dos años, siempre y cuando promuevan la creatividad, la resolución de problemas y la iniciación a la lectura. Sin embargo, como resaltan los estudios, su uso debe de ser limitado, y nunca debe reemplazar formas de juego más activas, que estimulen la relación del niño con su medio circundante y la interacción con otras personas.

Fuentes: High Scope y National Association for the Education of Young Children (NAEYC).