Sonnenholzner

Alfredo Pinoargote

Por Alfredo Pinoargote
 
El paisaje electoral de las elecciones presidenciales ha empezado a aclararse. No serán candidatos Jaime Nebot ni Rafael Correa; correrán Guillermo Lasso y Otto Sonnenholzner.
 
Jaime Nebot ratificó su decisión de no ser candidato, tomada hace 22 años. Aparentemente el aislamiento social y estar cuatro meses encerrado con su familia, fortaleció su decisión. Pero tiene una inmensa cuota de poder que cuidar, como gran elector del mayor distrito electoral de la república. Esa cuota, con varios gobiernos, ha estado bien resguardada por 17 años consecutivos con León Febres-Cordero y él en la alcaldía; con Cynthia es otro cantar.
 
Esta transición indicaría que la heredera de los líderes socialcristianos preferirá seguir en la alcaldía y no correr por tercera vez como candidata presidencial para remolcar lista de asambleístas. En consecuencia, es urgente apoyar a un candidato que no sea del PSC ni tampoco Guillermo Lasso. Así madura un rumor con Otto Sonnenholzner y reverdece una vieja estrategia aplicada con Jamil Mahuad.
 
Entre tanto, se quedan cortos los aires que le dan en primera vuelta un espacio al candidato de Rafael Correa, pues la promoción de la candidatura de Correa a vicepresidente carece de piso constitucional y solo persigue promover a su candidato.
 
Es claro el mandato constitucional: quien no puede ser candidato a la reelección presidencial porque ya ha sido reelegido dos veces, como Correa, tampoco puede ser candidato a vicepresidente porque se lo elige solo para reemplazar al presidente. Por tanto, como la sentencia condenatoria en su contra aún no se ejecutoría, puede ser candidato a asambleísta. Pero como tiene orden de prisión preventiva, solo podría inscribir candidatura a asambleísta por los migrantes en un consulado donde no puede ser apresado. Esa candidatura le serviría de caballo de batalla para hacer pálida campaña electoral a favor de su candidato.
 
En este contexto brota la postulación de Otto Sonnenholzner por el partido que fundó Rafael Correa, que ha ganado las cuatro últimas elecciones presidenciales, y apoyado por el gran elector de Guayaquil, cuyo partido ha jugado en la asamblea decisivamente, apoyando y absteniéndose de apoyar a la mayoría móvil que da gobernabilidad a Lenín Moreno. Gobernabilidad que permite incrementar deuda externa sobre límite legal y anunciar, el mismo día que Otto renuncia a la vicepresidencia, que se ha renegociado tramo de deuda externa con período de gracia para los cuatro años del sucesor, que tendría recursos para pagar la deuda interna.
 
Quedan por verse si prende un candidato con la misma edad de Jaime Roldós, ante la oferta rutinaria de una vieja guardia que ofrece experiencia pero que de entrada no entusiasma. También si los votos del gran elector de Guayaquil son todos transferibles a su candidato, cuando también tercia el guayaquileño que en las urnas ganó a Rafael Correa y al arroz verde del estado candidato. Las frutas empiezan a moverse.