Por qué usuarios de WhatsApp se plantearon cambiar de plataforma

Ana Rivera
El 19 de febrero de 2014, Mark Zuckerberg anunció la compra de WhatsApp. Foto: Archivo

El anuncio ya se anticipó en diciembre pasado y tomó más fuerza en enero: WhatsApp planteó cambios en su política de privacidad con una actualización que derivó en la molestia de usuarios que creen que la plataforma los obligará a entregar datos personales a Facebook, que es propietario de la misma.
 
Lo que algunos denominan una fallida acción de comunicación, para otros es la confirmación de las oscuras intenciones de la propia Facebook, que acumula una mala reputación al igual que su dueño, Mark Zuckerberg.
 
En principio, la nueva política iniciaría el 8 de febrero, aunque por varias razones movieron la fecha para mayo. Entre esas, la migración de usuarios a otras plataformas.
 
Por ejemplo, la empresa de análisis Sensor Tower indicó que previo al comunicado, la plataforma Signal, que también permite chatear, tuvo 246 mil descargas, pero a la semana siguiente aumentó 8,8 millones de nuevos usuarios. En India pasaron de 12 mil usuarios a 2,7 millones, y en EE.UU. de 63 mil usuarios a 1,1 millones.
 
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En su anuncio, WhatsApp señaló que los usuarios tendrían que aceptar nuevos términos en la actualización, y que si no lo hacían, no tendrían acceso a sus cuentas. Esto se interpretó como un cambio en los parámetros establecidos sobre el intercambio de datos, entre esos, que la empresa ahora podría leer las conversaciones de las personas y otra información personal. Como sucede ahora en todo tema polémico, esa percepción se viralizó en redes sociales.
 
Por eso anunciaron en su sitio web que la actualización de la política no afecta de ninguna manera la privacidad de los mensajes (…). Los cambios están relacionados con funciones opcionales para empresas en WhatsApp y brindan una mayor transparencia respecto a la forma en la que recopilamos y usamos los datos”.
 
Lo que el usuario omite de su reacción es que parte de la información ya se comparte con Facebook, aunque de forma limitada. Pero el miedo de que este anuncio traiga mayores vulneraciones a la intimidad parte, además, de la mala reputación que están acumulando las empresas tecnológicas, que se puede revisar a través de documentales de exprofesionales de esas empresas, que cuestionan la ética de esas compañías.
 
En WhatsApp, la presencia más fuerte de Zuckerberg, desde el alejamiento de Jan Koum y Brian Acton en 2018 por pelearse con el polémico millonario, genera ese escepticismo por las dudas de sus intenciones, entre esas la unión entre los servicios Facebook, Instagram y WhatsApp que, según los especialistas, podría hacerla una plataforma menos segura para la privacidad de los usuarios.