La emisión de bonos temáticos gana fuerza en Ecuador

En 2024, las emisiones de bonos temáticos superaron el billón de dólares en el mundo, alcanzando esta cifra por segunda vez en la historia, tras el récord logrado en 2021 con 1,1 billones de dólares, según la empresa de información financiera Bloomberg.
La expectativa en 2025 es aún más positiva, lo cual demuestra el gran dinamismo de los últimos años de las finanzas sostenibles, es decir, aquellas estrategias financieras y decisiones de inversión que se toman valorando factores sociales y ambientales.
Uno de los papeles temáticos que más se destacan son los bonos verdes, que alcanzaron el máximo histórico de 571.000 millones de dólares el año pasado, señala Bloomberg. Con estos títulos se financian o refinancian proyectos de conservación del ambiente, de energías limpias, de reducción de emisiones de carbono o similares.
Pero también son parte de esta denominación los bonos azules, dirigidos al cuidado y protección de los océanos y del agua; los bonos sociales, pensados para la reducción de la pobreza y la mejora de las condiciones de vida de las personas; y los bonos sostenibles, que combinan fines sociales y ambientales.
En Ecuador, la demanda de estos papeles también ha mostrado un crecimiento sostenido, impulsado por inversionistas institucionales y particulares que buscan alinear sus portafolios con principios de un mundo más justo y un entorno sostenible.
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Luego de la primera emisión, realizada por Banco Pichincha en 2019 de un bono verde por 250 millones de dólares, el mercado de valores ecuatoriano ha diversificado las opciones con la participación de más emisores, entre ellos instituciones bancarias, cooperativas y compañías privadas.
"Identificamos en los bonos temáticos una gran oportunidad: un mecanismo eficaz que permite a las empresas alinear su compromiso social y ambiental con sus necesidades de financiamiento, generando valor tanto económico como sostenible", explica María del Carmen Astudillo, gerente general de Picaval Casa de Valores.
Justamente, Picaval fue la firma encargada de estructurar el proceso de emisión del bono verde de Banco Pichincha. "Esa experiencia nos consolidó como pioneros y referentes en este segmento del mercado, y reafirmó nuestra convicción de que la sostenibilidad no es solo una tendencia, sino una necesidad estratégica para el crecimiento económico y social del país", agrega Astudillo.
En la actualidad, la casa de valores ha asesorado siete emisiones de bonos temáticos en el país, entre verdes, sociales y sostenibles, que suman 669 millones de dólares. En cada caso ha adaptado la estructuración a los objetivos y necesidades del emisor, asegurando el cumplimiento de estándares internacionales.
En este segmento también incursionó Futuro Casa de Valores, que en 2022 lideró el proceso de emisión de bonos verdes de Productora Cartonera S.A. (Procarsa) por 15 millones de dólares, con el objetivo de financiar proyectos de eficiencia energética y de reducción de impacto ambiental en sus operaciones industriales.
La estructuración estuvo alineada con principios internacionales, lo cual generó varios desafíos. "Uno de los principales fue generar confianza en el mercado y educar tanto a inversionistas como al emisor sobre los requerimientos, incluyendo la trazabilidad del uso de fondos, la certificación externa (second party opinion) y los reportes de impacto posteriores", recuerda Washington Arellano, presidente ejecutivo de la empresa.
Futuro Casa de Valores asumió este reto debido a su visión de democratizar el acceso al mercado bursátil a través de la innovación, la inclusión financiera y el desarrollo sostenible. Además, porque está convencida de que el camino a seguir en las inversiones apunta hacia los instrumentos que generen un triple impacto: financiero, social y ambiental.
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Por ello, la empresa también fue promotora de la estructuración del primer bono violeta o bono social de género en el segmento de las cooperativas de ahorro y crédito.
En 2022, la cooperativa Chibuleo emitió este título por 15 millones de dólares, con el propósito principal de canalizar la inversión hacia créditos dirigidos a mujeres en mejores condiciones, promoviendo así la equidad, la inclusión financiera y el empoderamiento económico femenino.
Cada caso demuestra que el mercado nacional ha respondido positivamente a las emisiones temáticas, reconociendo el valor adicional que ofrecen en términos de transparencia, impacto y responsabilidad.
"Estos instrumentos han puesto a Ecuador en el radar de mercados globales que priorizan criterios ESG (siglas en inglés de ambiental, social y gobernanza), facilitando el ingreso de capital fresco y la apertura de nuevas fuentes de financiamiento para empresas locales comprometidas con la sostenibilidad", resalta Astudillo.
Además, los bonos temáticos brindan ventajas para los emisores desde el enfoque estratégico del negocio, porque permiten diversificar su financiamiento y, en muchas ocasiones, logran tasas más competitivas o estructuras flexibles, gracias al creciente interés por instrumentos sostenibles y la participación de inversionistas internacionales.