Paúl Arteaga: No caminó por varios años, hoy corre y sueña con estar en los Juegos Paralímpicos

Sébastien Mélières
Pese a perder su pierda derecha y a su madre, Paúl busca llevar un mensaje de vida.

Mientras la pandemia destruía vidas, Paúl Arteaga decidió reconstruir la suya. Pese a perder su pierda derecha y a su madre, busca llevar un mensaje de vida.

Paúl habla pausadamente y mira a los ojos. Sabe que su historia es difícilmente imaginable, por eso la cuenta con detalles. No se queja; avanza y planifica. Cada día demuestra que su mente lo puede todo, que la fatalidad no existe y que los sueños se cumplen tomando decisiones radicales.

Desde niño, Paúl siempre soñaba con el fútbol y muy rápidamente demostró habilidades para ser arquero. A los siete años ya formaba parte del Club Emelec y durante nueve años compitió con muchos jugadores que hoy en día son profesionales. Pero cuando le tocó decidir si seguir en el fútbol o buscar otra pasión, Paúl prefirió colgar los guantes y estudiar Comunicación Social. En la universidad conoció a Alida; dos años después eran novios. Paúl tenía 21 años y empezaba a visualizarse como periodista deportivo para comentar de fútbol en televisión y radio.

MENTALIDAD DE DEPORTISTA

Mientras estaba en la universidad sintió un dolor en la pierna derecha. Le hicieron un examen y le detectaron un osteosarcoma, que es un cáncer al hueso, más específicamente en la tibia. Una biopsia determinó que era un tumor maligno.

“Desde 2015 experimenté nueve ciclos de quimioterapia y cinco cirugías, la más compleja siendo un trasplante del hueso que requería una recuperación de dos años”, recuerda Paúl , quien vivió un infierno constante durante cinco años.

Tres veces regresó el cáncer, los dolores eran terribles, el tumor tocaba los nervios; pasaba casi todo el día acostado.

“El año 2020 fue muy duro no tanto por la pandemia, que me impidió recibir radioterapia, sino porque falleció mi mamá de un infarto consecuencia de un cáncer al páncreas”, cuenta el hombre que pronto tuvo que tomar la decisión que iba a cambiar su vida para siempre.

“Los médicos podían operarme una vez más pero era muy riesgoso y solo me podían garantizar un 10 por ciento de movilidad; la otra opción era la amputación. Lo pensé mucho. Sentí que era tiempo de soltar mi pierna para reencontrarme con mi cuerpo”.

NUEVA VIDA

La semana que siguió a la amputación fue de mucho estrés para Paúl pero rápidamente volvió a vivir intensamente. “Siempre fui una persona de soluciones y eso lo debo a la mentalidad del deportista. Te preparas toda la semana para una competencia. Puedes ganar o perder pero sabes que el día siguiente te tienes que levantar de nuevo y volver a entrenar”. Por primera vez en años Paúl no tenía dolor. Gracias a una prótesis podía caminar, ir a la tienda, subirse al bus...

¿La mirada de los demás? “Si supieran todo lo que viví para ser feliz”, reflexiona con una pequeña sonrisa. Paúl se reencontró con su sueño de ser deportista. Empezó a pedir ayuda por redes sociales.

Sus palabras llegaron al fisioterapeuta Jorge Andrade, a la nutricionista Camila Vela y a Oswaldo Rodríguez, cuyo centro de acondicionamiento físico se convirtió en su segunda casa. “Ellos creyeron en mí y me ayudan gratuitamente. También se sumó Nicole Mármol, quien me puso a disposición su piscina. Tengo en mente participar pronto en una triatlón y quiero llegar a los Juegos Olímpicos de París 2024”, confiesa el atleta que ya participó en cuatro carreras.

Paúl y Alida se conocieron en la universidad hace ocho años. Tenían dos años juntos cuando le detectaron cáncer a Paúl. Se casaron el 22 de agosto de 2020.

“Mi prótesis actual no está hecha para hacer deporte. Lo que quiero es competir y ser visible para que un patrocinador me consiga una prótesis adecuada. Sé que llegará pronto el momento. Entreno duro, soy feliz y fuerte. Dios me permitió volver a mi primera pasión, el deporte”, dice el atleta y esposo de Alida Isabel desde el 22 de agosto de 2020.

“Con mi esposa maduramos muy rápido y anotamos algunas frases como eslogan de vida. ‘Luchar con felicidad para vencer con sueños’ es quizás la frase que lo resume todo”. Paúl no caminaba desde 2015; hoy corre. A su lado una mujer que lo conoció a los 19 años; hoy tienen 27 años y juntos vencieron el cáncer.