Una ecuatoriana apunta al capitolio

Tristana Santos
Debbie Mucarsel-Powell es precandidata demócrata a la Cámara de Representantes por Florida.

Hay una candidata en Florida que quiere ser congresista y que entre sus puntos fuertes destaca ser ecuatoriana. Asegura, por su historia personal, que no descansará hasta que exista un estricto control de armas para frenar la “epidemia” de tiroteos y una reforma legal que les permita a los inmigrantes tener las oportunidades que ella tuvo.

Debbie Mucarsel-Powell es guayaquileña, el acento se nota a los pocos minutos de conversación, aunque vive en Estados Unidos desde los 14 años. Usa el apellido de su esposo Robert Powell, pero decidió no quitarse el de su padre, Guido Mucarsel Yunes, un empresario que murió abaleado en Urdesa Norte en octubre de 1995. Debbie tenía 24 años y estudiaba becada ciencias políticas cuando recibió la noticia.

 
 Guido mucarsel yunes, con su hija Debbie en Guayaquil, en la última foto que se tomaron juntos. Mucarsel murió en 1995.
 
“Asesinaron a mi papá frente a su casa, parte de nuestra frustración fue que nunca pudieron detener a quienes le dispararon, no sabemos qué fue lo que pasó, nunca tuvimos justicia”, relata. “Cuando pierdes a un ser amado de una manera tan violenta, aprendes a vivir con eso, pero nunca olvidas”.

Debbie hizo una maestría, se casó y tuvo dos hijos, y se forjó una carrera en organizaciones sin fines de lucro: Hope Center, Zoo Miami Foundation, Coral Restoration Foundation y la escuela de medicina de la Universidad de Miami. En la Universidad Internacional de Florida, trabajó durante 14 años como decana asociada de la facultad de Medicina donde impulsó el programa HELP que envía clínicas móviles a comunidades vulnerables, lo que la mantuvo muy alerta sobre las falencias del programa de salud del gobierno.

En 2016 fue candidata al Senado y aunque no ganó, sí se dio a conocer. “No soy una política, soy una madre y una inmigrante” explicaba en inglés y en español en su primer spot de televisión. Desde entonces, asegura, muchas cosas han empeorado con Donald Trump en la presidencia.

 
 
En febrero pasado, luego del tiroteo en una escuela de Parkland, el más sangriento en la historia de Florida, Mucarsel-Powell fue activa en las protestas para exigir al gobierno mayor control de armas y fue entrevistada en el canal MSNBC donde compartió su historia. “Hemos tenido tantas masacres en escuelas, en iglesias, hay tantos padres que han perdido a sus hijos en la comunidad donde yo estoy postulando, necesitamos reglas mucho más fuertes, es demasiado fácil comprar un arma de guerra”, dice Debbie.

Soy ecuatoriana

Mucarsel-Powell aspira a ser la candidata oficial del partido Demócrata para la Cámara de Representantes por el distrito 26 de Florida, el más poblado del estado. La Cámara de Representantes o Congreso es uno de los órganos del poder legislativo en Estados Unidos (el otro es el Senado) y tiene 453 congresistas que sirven por dos años. A Florida le corresponden 27 representantes.

Las primarias para elegir a quienes serán los candidatos de los partidos Demócrata y Republicano en cada distrito son el próximo 26 de agosto. Si Mucarsel-Powell es electa, el 6 de noviembre se enfrentará en las urnas al actual congresista republicano Carlos Curbelo, quien busca la reelección. Debbie es crítica de Curbelo, dice que a pesar de ser hispano, apoya las políticas de acoso a los inmigrantes del gobierno de Trump. Nuevamente su historia personal resuena fuerte con los votantes. “Cuando vinimos a Estados Unidos de verdad no teníamos nada. Mi mamá tuvo que trabajar muy duro para mantenernos. Hicimos de todo, limpiamos casas, yo trabajo desde los 15 años”, relata.

Mientras vivió en Guayaquil, Debbie asistía al colegio La Moderna y, durante un tiempo en Quito, al Spellman, son colegios donde estudian chicos de familias acomodadas. Fue un cambio brusco llegar a California, donde ya vivían sus tres hermanas mayores, compartir un departamento de un dormitorio y salir a trabajar. Debbie cumplía el primer turno en una tienda de donas antes de ir al colegio público.

Con el tiempo, la madre, Himelda Gil, se certificó como Home Health Care Provider o proveedora de cuidados en casa para ancianos; Debbie obtuvo becas y se destacó en los estudios de economía política internacional.

 
 La madre de Debbie, Himelda Gil, es una inmigrante guayaquileña que trabajó cuidando ancianos en California para educar a sus hijas. 
 
“Este país nos dio muchas oportunidades de llegar muy lejos”, dice Debbie. “Pero ahora hay tanta discriminación contra los inmigrantes, nos están criminalizando; la separación de familias ha sido lo más cruel que yo he visto desde que llegué a este país, es inhumano y no representa los valores de Estados Unidos”. Y remata: “Mi oponente, Curbelo, ha dicho que los están tratando bien, me parece un insulto”.

“Yo soy ecuatoriana”, dice Debbie con fuerza, “no tenemos representantes (en el Congreso) que hayan nacido en Sudamérica y tenemos más de 11 millones de inmigrantes en este país, yo siento que puedo llevar la voz de los inmigrantes a Washington”.

#MeToo

Hace tres años, después de mucho tiempo de no venir, Debbie trajo a su esposo e hijos, Jude de 12 años y Siena de 10, a conocer Ecuador. “Los llevé como turistas en el tren, al Chimborazo, al Cotopaxi, a Olón, fue muy lindo”. No le queda mucha familia que visitar aquí, tiene primos paternos en Quito y amigos en Guayaquil, pero su madre y hermanas viven en Florida. “Vengo de una familia de mujeres fuertes, independientes”, dice y esa es otra de sus fortalezas políticas.

 
 Debbie con su esposo, el abogado corporativo Robert Powell; la hija de él, Willow de 18 años y los hijos de la pareja, Siena de 10 años y Jude de 12. 
 
“Tenemos un presidente que ha faltado al respeto a las mujeres, pero las mujeres salimos a las calles a decir no más, no nos van a tratar así”, dice Debbie. “Tenemos que lograr representación en el gobierno para defender nuestro derecho a decidir sobre nuestros cuerpos, para exigir un pago igualitario, la mujer gana menos que el hombre y la mujer latina gana menos aún”.

Debbie ha apoyado el movimiento Me Too, y ha dicho públicamente que sufrió acoso sexual. “Sí, claro que he sido acosada en sitios donde he trabajado, absolutamente”, dice Debbie. “Creo que a la mayoría de las mujeres nos ha sucedido”. “Todos los comentarios que nos hacen cuando vamos caminando por las calles en Ecuador, eso es acoso”.

Debbie Mucarsel-Powell se alista para las elecciones en un distrito en que la demócrata Hillary Clinton, su guía política y modelo a seguir, ganó por 16 puntos porcentuales al republicano Donald Trump en las elecciones presidenciales.

En junio, el rostro de Debbie apareció junto a otras 48 candidatas demócratas en la portada de la revista Time con el título ‘The Avengers’, o las vengadoras; “primero marcharon, ahora se postulan”. Un número récord de mujeres demócratas, una nueva generación de políticas, se han lanzado de candidatas esperando ganar de vuelta la mayoría de la Cámara de Representantes. “Para poder estar firmes contra Trump necesitamos tener una cámara demócrata”, dice Debbie, “ser candidata y madre, ir con mis hijos de arriba para abajo no es fácil, pero hay que hacerlo porque los valores que defendimos por tanto tiempo están amenazados”.