OPINIÓN: Pedro Castillo: un lápiz que no escribe
OPINIÓN
Pedro Castillo es un profesor que participó como candidato presidencial en las elecciones generales peruanas del 11 de abril de 2021. El candidato dice ser de centro con un partido que claramente representa a la izquierda marxista, le cuesta definirse o tal vez no lo hace para evitar malentendidos. Dice que su tendencia es progresista y que en el fondo no importa la corriente política mientras esté la consigna clara de no olvidarse del pueblo. No fue invitado a los grandes debates presidenciales y contra todo pronóstico llegó primero gracias al apoyo de las zonas rurales y sobre todo de las más pobres de Perú como Apurímac, Cajamarca, Huancavelica y Ayacucho, departamentos en los que usualmente ingresa con un sombrero campesino de ala ancha, montado en un caballo y con un lápiz en mano.
Castillo tiene 51 años, es maestro de primaria desde 1995 y cuenta con un magíster en Psicología Educativa. En una entrevista no logró definir correctamente utilidad, usó ejemplos incorrectos de monopolio y trastabilló más de una vez en sus comentarios. Le cuesta dar respuestas concretas, titubea y es posible sentir su incomodidad a través de la pantalla. En lo que no titubea es en decir que la columna vertebral de su gobierno será el cambio de constitución. Es un acérrimo crítico del modelo actual del Perú -como la mayoría- pero no logra definir una ruta para atravesar.
Con su cambio de constitución, en caso de asumir la presidencia el 28 de julio, plantea una “política popular con mercado”, con un Estado fuerte, regulador y empresario. Dice mucho, combina términos y traza propuestas sin esclarecer el cómo. Propone un estado omnipotente y afirma que quien lo conduzca tendrá que abandonar toda ambición. Cree que la deuda interna es mayor que la deuda externa, la primera es básicamente moral porque carece de mediciones numéricas. En líneas generales, piensa recuperar al país con una nueva constitución y declarar en emergencia la educación, la salud y la agricultura.
Después de Kuczynski, Vizcarra, Merino y Sagasti se hubiera pensado que las pesadillas políticas iban a terminar, pero la más reciente elección solo confirma la sucesión del caos. Con 18 candidaturas presidenciales, la desconfianza en la clase política y las desigualdades sociales como resultado del centralismo; los peruanos deberán elegir entre la izquierda marxista o Keiko Fujimori y su bagaje de polémicas. Keiko, líder de Fuerza Popular, propone un gobierno de economía social de mercado y es una de las candidatas que más rechazo genera en el electorado.
Perú que después de acudir a las urnas tendrá un congreso altamente fragmentado también deberá decidir entre dos extremos. En el caso de Castillo un voto que no necesariamente responde al espectro ideológico sino que es el reflejo del hartazgo a una clase política, en parte representada por Keiko.