Nada es privado

Diana Romero
Nada es privado

En Ecuador sus datos personales se volvieron públicos. Aún no dimensionamos el daño potencial que sufrimos a pesar de que fuimos noticia mundial por la filtración de la información personal de 17 millones de ecuatorianos.
 
Un proyecto de ley intenta restringir el uso arbitrario y comercial de nuestros datos.
 
Basta que usted pida factura con datos en el estacionamiento de un centro comercial para que, irremediablemente, su número de cédula, dirección domiciliaria, teléfono y correo electrónico sean almacenados. Pero no solo eso: sus datos serán compartidos con todas las tiendas de ese centro comercial y con los otros malls de la misma cadena en el resto del país.
 
En la siguiente compra solo le pedirán el número de cédula, porque el resto ya lo saben. Además, si se conecta al wi-fi del centro comercial, sin sentirlo está dejando más huellas. Ellos harán un perfil de sus gustos en función de los accesos a Internet que usted realice mientras se encuentre enganchado a la red gratuita.
 
 
¿Qué hacen después? Lo dice claramente uno de los centros comerciales en su sitio web. Lo usan para “cualquier acción inclinada a la estrategia de mercadeo de productos y servicios del centro comercial y sus marcas”. Así que si usted recibe llamadas telefónicas, o mensajes publicitarios, ya sabe cómo se enteraron de su número.
 
Según Santiago Acurio, experto en delitos informáticos, estas acciones estarían violando los derechos al no comunicar al consumidor cómo será usada su información personal. “No se trata de ponerla en un portal que nadie lee; la empresa debe notificar a sus clientes de manera expresa y ellos deben aceptar o rechazar”.
 
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