Vanilla ¿Murió "en su salsa"?
Jorge Lino Macas fue policía, cantante salsero y empresario. En más de una ocasión la justicia siguió sus pasos. Vanilla, su nombre artístico, había dicho que su vida corría peligro... Y tuvo razón: dos sicarios acabaron con él.
El video del crimen, captado por una cámara de seguridad, se hizo viral en minutos. Eran cerca de las 22h00 del 2 de enero. Poco movimiento había en las calles. El cantante de salsa Jorge Fernando Lino Macas, conocido como Vanilla, comía en un cangrejal del suroeste de Guayaquil junto a su padre y una amiga. Dos sujetos se acercaron y le dispararon por 15 ocasiones. Vanilla murió al instante, uno de sus acompañantes quedó herido.
Pero, al parecer, la música no era todo para él. En agosto de 2018 fue aprehendido junto a otras tres personas, en el barrio Lomas de la Prosperina, al noroeste de Guayaquil, durante un operativo antinarcóticos. Entonces la Policía dijo haber encontrado en poder de los detenidos unos 14 quintales de cocaína. El estupefaciente estaba almacenado en cajas de cartón.
Sin embargo, un año después, Lino Macas fue sobreseído por el Tribunal de Garantías Penales del Guayas. En su defensa alegó que fue invitado como artista a una reunión y que no tenía conocimiento de que parte de la droga había sido cargada a sus espaldas en el vehículo que él conducía. Presentó recortes de prensa para sustentar su carrera musical. A Vanilla, los jueces lo declararon inocente, no así a los otros implicados, quienes fueron sentenciados a 10 años de cárcel. La Fiscalía apeló la decisión, basándose en el informe policial que señaló a Lino como “cabecilla de una banda narcodelictiva”. El 20 de febrero próximo, él debía presentarse a la audiencia de apelación.
El cartel de la salsa
Sus problemas legales no eran nuevos. En sus 44 años de vida, Vanilla acumuló un historial judicial de siete procesos en los que también se lo acusó de asociación ilícita y estafa. En los registros de Fiscalía reposan además denuncias por delincuencia organizada, robo y presunto asesinato.
Según recordaron sus amigos a un reportero de diario Extra, él estaba al tanto del cambio de vida que había dado: “Una vez dijo: yo sé que estoy perdido, sé que de esto solo salgo con los pies hacia adelante”.
Jorge Lino creció en un barrio del suburbio oeste de Guayaquil, en las calles 24 y Letamendi. Según sus vecinos, sus aficiones eran el fútbol y la música. Recuerdan que Lino Macas imitaba coreografías de baile y participaba en concursos. Uno de sus artistas favoritos era el cantante estadounidense Vanilla Ice, naciendo de allí el apodo y posterior nombre artístico.
Como músico formó la agrupación de salsa urbana “Promedio 20”, en alusión a una relevante calificación del sistema escolar. Paradójicamente, la agencia musical que lo representaba se llama El Cartel Music Entertainment.
Asimismo, el eslogan de “Promedio 20”, era “El cartel de la salsa”. En redes sociales se encuentran referencias a sus presentaciones que incluían eventos públicos, en ocasiones auspiciados por el Municipio de Durán y por la Prefectura del Guayas. En 2015 se separó del grupo, continuando en los escenarios como solista bajo el nombre de “Vanilla: El de la 24”, en referencia a la calle en que creció.
Otros de sus conocidos recuerdan que ingresó a la escuela de tropa de la Policía Nacional convirtiéndose en agente del orden o “Bronco”, como entre ellos se llaman. Sus excompañeros comentan también que tras unos cinco años de servicio fue dado de baja porque habría incumplido un arresto disciplinario de siete días al cual había sido sometido. Técnicamente le llaman “abandono del servicio”.
Aupado por su experiencia policial, Lino Macas fundó una compañía de seguridad, dedicada a actividades de vigilancia y custodia. Al momento en que fue asesinado, la empresa se encontraba ya en disolución. Ahora, sus excompañeros uniformados deberán determinar si su muerte estuvo o no relacionada con sus presuntas actividades ilícitas.