¿Por qué es necesario ampliar el área protegida de Galápagos?

Patricia Estupiñán
El chileno Maximiliano Bello es uno de los mayores expertos en el mundo en preservación de áreas marinas.

Para evitar la depredación de Galápagos, Maximiliano Bello, uno de los mayores expertos en el mundo en preservación de áreas marinas, dice que Ecuador debería liderar en Naciones Unidas la adopción de un convenio que amplíe el área protegida y prohíba la pesca en un corredor marino desde el archipiélago de Revillagigedo en México hasta Juan Fernández en Chile.

Se considera a sí mismo un naturalista y un fotógrafo, empeñado en enseñar “la belleza del mundo a todo el que sea posible. Sin embargo, Maximiliano Bello, chileno, es un experto en política de los océanos, que ha trabajado por más de dos décadas en las prioridades de la conservación marina. Ha participado en numerosas expediciones y estudios en Antártica, Patagonia, Timor y Galápagos. Para preservar la riqueza única de Galápagos, recomienda ampliar el área de protección y hacerlo con otros países.

“Si uno amplía las áreas protegidas y si las conecta, la cantidad de recursos que va a generar en términos de semilleros de recuperación y de resiliencia al cambio climático va a ser increíble y eso tiene un efecto económico medible”.

P: ¿Cuál es la lección que deja el COVID-19 sobre la naturaleza?
R: Hay varias. La primera es que hemos estresado el ecosistema y las especies en tal magnitud que desatamos algo que está fuera de control. La segunda, que entendimos cuán importante es la ciencia, nos interesamos mucho sobre el contagio del virus, las vacunas. Sin embargo, todavía no hemos escuchado a la ciencia en temas igualmente trascendentales como son el cambio climático y la pérdida de la biodiversidad de los océanos. Y la tercera es que, luego de meses de confinamiento, hemos apreciado las maravillas que hay en la naturaleza. Estamos ante un nuevo paradigma sobre la naturaleza, que exige mirar de otra manera el crecimiento y la riqueza que proviene de su destrucción.

P: Ecuador está en una encrucijada porque se abre a la minería a gran escala. ¿Puede haber minería responsable?
R: La minería va a tener siempre un impacto negativo. Hay que asumir que tiene un costo y un daño, y debemos definir qué impacto estamos dispuestos a asumir y con qué fin. En cuanto a las actividades extractivas en el mar, el daño depende de quien se dedica a la pesca. Los pescadores artesanales viven del consumo de lo que pescan y la pesca es hasta un asunto de seguridad alimentaria. El daño que ocasionan es menor. En cambio, los grandes pescadores han convertido en un “commodity” a lo que pescan, que es comprado como lujo por otra gente, que no necesita esa proteína. Y además tienen subsidios pagados por los contribuyentes.

P: Con esa tesis, ¿no hay que industrializar la pesca ni hacer minería a gran escala?
R: Hay que evaluar las actividades que deben continuar. Extraer petróleo es una industria que está muriendo. Gran Bretaña, por ejemplo, ha anunciado que eliminará los vehículos con combustibles fósiles. ¿Vale la pena continuar con una industria que tiene corto plazo, es sucia y causa gran impacto en el medio ambiente y afecta al futuro? Hay estudios e información que determinan que proteger genera más rendimiento económico.

P: ¿Se refiere al estudio hecho por la Universidad de Cambridge y publicado recientemente?
R: Sí. Este estudio demuestra económicamente que invertir en conservación genera riqueza y protege lo que nos da vida. Si no entendemos esto no saldremos adelante. Hay industrias que deberán morir. Eso ha pasado en la historia, cito el caso de la industria de las ballenas, que movió la economía del planeta durante más de tres siglos. Entonces, ¿alguien habría pensado que iba a morir? Los humanos sí somos capaces del cambio.

"Según un reciente estudio sobre las aletas de tiburón que se venden en Hong Kong, más del 70 por ciento proviene de Galápagos. Esta pesca da sustento a una de las actividades más ridículas y no sustentables que puede existir: no tiene valor nutricional ni sabor, era un lujo que se daban los empe- radores una vez al año y sus propiedades afrodisíacas son un mito, pero ahora los que tienen mucho dinero quieren hacer lo que hacía el emperador".

P: ¿Son los chinos los actuales depredadores del Planeta? Hubo en Galápagos una flota gigantesca.
R: Los chinos tienen un peso específico tremendo, no solo porque son cerca de dos mil millones de personas, sino porque se han subido al sistema de consumo, quieren tener lo que los demás han tenido tanto tiempo. En biomasa, si uno pone en una balanza las hormigas y los hombres, las hormigas pesan más, pero causan menos daño. No se trata de un número, sino de cómo se comporta la especie. Los chinos son muchos y requieren más recursos, pero no solo los chinos han arrasado con el mar. Los españoles son los mayores exportadores de aletas de tiburón en el mundo y los portugueses han sido los grandes destructores del sistema pesquero.

P: ¿Qué pescan los barcos chinos en las cercanías de Galápagos?
R: El calamar gigante de Humboldt, una especie que ha ido creciendo en los últimos años, porque hemos acabado con sus depredadores naturales. Hemos cambiado la naturaleza de la naturaleza. Estamos viendo una lucha de recursos que están empobrecidos. Según la FAO, que es el ente rector, 90 por ciento de los sectores pesqueros están sobre explotados, hay menos peces y más gente que quiere. A medida que más escasos son los recursos, más constantes van a ser los conflictos.

P: ¿Cuál es el efecto en las especies en Galápagos, de esta pesca de la flota china?
R: Es un recurso compartido con las especies, por esto tiene mayor relevancia que se amplíe el área de la reserva para cuidar el ecosistema y que los procesos de estas especies migratorias no se vean afectados. En noviembre de 2019, con varios biólogos pusimos un dispositivo satelital a un tiburón martillo en Galápagos. A la semana estuvo en las islas Coco en Costa Rica. Este tiburón, que es un ícono de las islas Galápagos, tiene su población deprimida en 90 por ciento. Según un reciente estudio de las aletas de tiburón que se venden en Hong Kong, más de 70 por ciento proviene de esta zona. Esta
pesca da sustento a una de las actividades más ridículas y no sustentables que puede existir: no tiene valor nutricional y no tiene sabor, era un lujo que se daban los emperadores una vez al año y sus propiedades afrodisíacas son un mito, pero ahora los que tienen mucho dinero quieren hacer lo que hacía el emperador.

P: Según el expresidente de Costa Rica José Figueres, habría que crear un área de protección, donde no se permita la pesca, desde el archipiélago de Revillagigedo en México hasta Juan Fernández en Chile, lo que incluye Galápagos. ¿Cómo hacerlo y qué se lograría?
R: Los países deben trabajar en conjunto y en concordancia para ampliar la zona de aéreas protegidas. Los efectos han sido probados. Los atuneros vieron que cuando se eliminó la pesca en Galápagos hubo un aumento de 99 por ciento en atunes. Si uno amplía las áreas protegidas y si las conecta, la cantidad de recursos que va a generar en términos de semilleros de recuperación y de resiliencia al cambio climático va a ser increíble y eso tiene un efecto económico medible.

Para altamar hay que crear un acuerdo de biodiversidad fuera de la zona exclusiva, que permite el marco legal en aguas internacionales. Este acuerdo está en Naciones Unidas, y Ecuador debería ser uno de los líderes para empujarlo.