Nathaly Albán, capitana en las Encantadas

Diana Romero
Nathaly Albán, capitana en las Encantadas

Nathaly Albán, de 35 años, escuchó el llamado del mar cuando era niña. Ella esperaba que llegara el fin de semana o las fiestas de su natal Guayaquil para subirse a las pequeñas lanchas que recorrían el río Guayas en dirección a Durán.
 
En esas ocasiones observaba cómo funcionaban las embarcaciones y quién las timoneaba. Ella se veía al frente de una.
 
"De mis parientes no hay nadie que pertenezca a la milicia, ni a la Armada, ni que tenga vida de mar. Soy la única", cuenta orgullosa.
 
Es así, que después de graduarse de bachiller intentó estudiar en la Escuela de Marina Mercante Nacional (Esmena). Pero en ese momento, esa institución todavía no aceptaba a las mujeres.
 
Su plan B fue ingresar a Economía de la Universidad de Guayaquil. Estuvo dos años allí, hasta cuando se enteró que en la Esmena permitió el ingreso de mujeres. Se decidió por su plan A y fue una de las 16 personas que obtuvo un cupo entre 386 aspirantes.
 
Luego de 15 años de vínculo con el mar, Albán es capitán de altura, el máximo grado en la marina mercante y por el momento es la única mujer en el país que comanda una embarcación.
 
Eleven anclas
 
"Lo que quería era navegar, viajar por todo el mundo, conocer muchos lugares", afirma Nathaly Albán.
 
Para cumplir con ese sueño, el apoyo de sus papás fue fundamental. "Aprendieron conmigo a descubrir lo que iba a hacer. Lo que les impactó es que no iba a pasar mucho tiempo con ellos, pero al final de cuentas me dieron todo su apoyo en lo que más pudieron". Para financiar sus estudios accedió a un crédito educativo.
 
De su promoción se graduaron seis mujeres, pero Nathaly fue la única que ejerció la profesión. Antes de ella, Katherine Morales fue la primera en obtener el grado de capitana de altura, sin embargo, actualmente ella no comanda una embarcación.
 
El camino de Albán para dirigir una embarcación no ha sido fácil. A más de cumplir requisitos técnicos como tener un mínimo de años navegando, tuvo que superar varias barreras en una profesión que era ejercida en su mayoría por hombres.
 
"No voy a negar que sí tuve contratiempos con ciertos oficiales y con algunos capitanes que impedían que yo fuera a desarrollar bien mi trabajo. Algunos de ellos creían que una mujer a bordo era de mala suerte, de que no iba a ayudar mucho en las tareas", recuerda.
 
Gracias a su determinación pudo demostrar que esas ideas no eran ciertas y que en la mayoría de actividades en una embarcación no se requiere de fuerza sino de táctica.
 
Su carrera ha ido en ascenso. En agosto de 2017 fue la primera ecuatoriana en ser nombrada capitana de un crucero en Ecuador. Mientras que desde hace pocas semanas comanda una más grande, el Celebrity Xpedition en las islas Galápagos, una embarcación para 48 huéspedes y de 2.842 toneladas.
 
Albán, quien vive en el archipiélago, no solo dirige el rumbo de la embarcación en alta mar. También está a cargo del manejo gerencial y de personal durante los viajes.
 
Navegando
 
Tanto es el millaje que ha recorrido que perdió la cuenta. El último registro que tiene es de casi un millón de millas navegadas cuando era segunda oficial.
 
Lo que sí recuerda es el rescate que hizo en 2017 de 24 personas que estaban a la deriva tras el hundimiento de una embarcación al norte de las islas Encantadas. También ha rescatado barcos pesqueros pequeños que tenían problemas con sus máquinas.
 
"Ayudar a personas que iban en una embarcación que se estaba hundiendo o a la deriva es lo más gratificante que se puede sentir a bordo de un barco", indica Albán.
 
Además ha tenido la oportunidad de observar un cachalote, un mamífero gigante marino que por lo general nada por aguas profundas. "Salen pocas veces a la superficie y yo tuve la oportunidad de ver solo en una ocasión a este cetáceo".
 
Sus siguientes retos son aprender más idiomas y capacitarse en lo relacionado a administración de un barco. También espera en algún momento navegar en Europa.
 
Mientras que a largo plazo su meta es seguir relacionada al mar, pero desde tierra. Le gustaría trabajar en puertos o en áreas de gestión marítima. Hasta que eso ocurra, las islas Galápagos es su lugar.