La última entrevista de Efraín Ruales

Gabriela Pinasco
A futuro quería producir, ser libretista y actuar en una película con proyección internacional... Fotos: César Mera.

“Si Dios lo permite me siento preparado para tener un hijo. Tengo una estabilidad que no tenía hace algunos años”.

A futuro quería producir, ser libretista y actuar en una película con proyección internacional...

Antes de Navidad entrevisté por primera vez a Efraín Rúales sin saber que iba a ser su última entrevista para un medio. Pensaba que quizás me tocaría lidear con un egocéntrico más de la televisión, pero descubrí a un ser tranquilo, gentil, dedicado a su familia, sensible y muy enamorado. El actor tan cómodo al momento de interpretar a sus personajes era, en vivo, muy tímido y lleno de detalles conmigo. No sentí que yo era quien entrevistaba, a los 10 minutos era una conversación amena entre dos personas de culturas y edades distintas, profundamente agradecidos con el Ecuador.

Definitivamente descubrí a un ser humano detrás de tantos personajes. “Muchas veces la gente me para en la calle y se sorprende de verme calmado, hasta me dicen aburrido… seguramente lo soy. En la televisión me dirijo a un televidente que conozco desde hace diez años y soy más abierto y confianzudo. En la vida real soy tímido y malo para contar chistes”.  

Efraín se fue a los 36 años
y vivía momentos intensos entre la muerte prematura de su padre y el amor correspondido que vivía con su novia Alejandra Jaramillo. A continuación algunos momentos de su entrevista. De repente las palabras tienen un eco indescriptible…

SUEÑOS DE FÚTBOL
Cuando era niño, Efraín quería ser futbolista o político y terminó encaminándose en el deporte. Mientras estudiaba en el Colegio Salesiano Cristóbal Colón fue parte de la selección sub 12 de fútbol junto al seleccionado nacional Cristian Noboa.

De la infancia recuerda el Guayaquil de los Esteros, los Almendros y el Barrio Centenario. “Me conozco todas las calles de la ciudad, empecé viviendo en el sur luego en el centro para finalmente integrar el norte de la ciudad”, puntualiza el anchor de En Contacto acostumbrado a cambiar frecuentemente de domicilio y viajar dentro del país por la situación de su padre que era oficial de marina.

De “Toñito” Rúales, fallecido el año pasado de una rotura de aneurisma, Efrain heredó la disciplina y la constancia en el trabajo, y de su madre, el histrionismo y la facilidad de palabras. De esa mezcla Efraín Alberto construyó una personalidad curiosa, decidida, apasionada y creativa. “Todo lo que hago intento que sea extraordinario, no soy nada conformista. No me encasillo en nada, soy un creativo que puede tener distintas profesiones. Me gusta actuar, producir, dirigir en televisión y actuar en el mundo digital.

Sus sueños también lo definían: “Me interesa la administración de negocios, la economía, el emprendimiento. En esos momentos estoy compartiendo mi experiencia en cuanto a expansión de negocios a través de un mapa, facilitando herramientas secuenciales para crear, encaminar o solucionar problemas de negocios”.

Efraín hablaba con cariño sobre sus hermanos: “Todos están casados, soy el único soltero. Los mayores son ingenieros electrónicos, uno vive en Canadá, el otro en Quito y el menor es ingeniero comercial y trabaja conmigo”, relataba el comunicador que estudió ingeniería comercial en la Universidad del Pacífico, pero que se encontró con el destino cuando fue profesor. “A los 18 años trabajaba en un prekinder como profesor de inglés y en esta área me di cuenta de que me gustaba mucho la actuación. Empecé a desarrollar personajes y conecté con los niños así que me lancé al ruedo…”.

Mientras vivía en Quito se vinculó a la actuación. A los 19 años tuvo apariciones en Pasado y confeso, en la telenovela Amores que matan y Los HP entre otros espacios. “En HP no se me veía ni la cara, solo era un extra que bailaba. Recuerdo que me echaron agua heleada y lodo en el torso, fue una experiencia desagradable. No me gustó. Descarté la actuación, pero el bichito quedó hasta que recibí una invitación de En Contacto para interpretar el personaje de un profesor de escuela. Me siguieron invitando hasta llegar a ser anchor del programa”.

Efraín quien vivió durante diez años en Quito, también era músico. Fue integrante de la banda Equilivre y Rokket. Foto: César Mera.

LOS PERSONAJES DE SU VIDA
En abril de 2012 se unió al programa En Contacto con un segmento de sketches cómicos interpretando a sus personajes de La Panadería, y en mayo como presentador luego de la salida de Roberto Angelelli.

Ya sea a través de la revista familiar de Ecuavisa o distintas telenovelas, Efraín desarrolló una multitud de personajes que lo hicieron famoso. Desde el Profesor Cachimundo, Dr. Malbaso, El Mijín, Viperino, Lorenzo, Herculón o el Taita el actor demostró su destreza, con composiciones diversas al poder transformarse desde un inquieto niño hasta un serio y estricto profesor, o un abogado indígena.

“Todos fueron importantes en distintas etapas de mi vida y me ayudaron a reencontrarme y reinventarme como profesional. Cuando hice el Taita en la telenovela “La panadería” tuve mucho éxito pero no faltaron las críticas. Dijeron que me burlaba de los indígenas cuando yo me considero de descendencia indígena. El personaje es un abogado instruido, administrador de negocio. El acento lo saqué de mi abuela y lo hago con profundo cariño. En cuanto a Lorenzo -un loco e ingenuo personaje salido del manicomio- la ley de comunicación me obligó a dejarlo cuando el personaje tenía mucha aceptación de todos. Las mismas familias de personas con discapacidades me escribían y me decían, mi hijo se divierte viendo tu personaje”, explica el actor cuyo aporte profesional estaba dirigido a temas de motivación por la sociedad.

Efraín Ruales tenía 36 años. Esta foto fue tomada en Ecuavisa, junto a su mamá, Narcisa “Nachita” Ríos de Ruales y su novia, Alejandra Jaramillo.
 

QUERÍA SER PADRE
Efraín soñaba con sus planes a futuro junto a su novia y compañera de En Contacto, Alejandra Jaramillo. “Nos hemos cuidado mucho sobre todo al principio en no exponer nuestra relación porque ambos coincidimos que primero nuestro vinculo debía echar raíces fuertes para cualquier tormenta que venga. Ahora es tan evidente que estamos bien que todos lo saben y aunque no tengamos control sobre los comentarios ajenos, vivimos felices”.

Hace apenas seis días, Alejandra Jaramillo subía su última fotografría con Efraín. Los dos abrazados en la playa, mirando la caída de sol. Sobre esta imagen Efraín comentó: “Guardados en el corazón! Para la eternidad”.

A sus 36 años el actor sentía que había disfrutado todas las etapas de su vida “y si Dios lo permite me siento preparado para tener un hijo. Tengo una estabilidad que no tenía hace algunos años”.

Mientras tanto el comunicador vivía sus pasiones, entre la práctica del crossfit que le inculcó Alejandra, los distintos contenidos que produce en redes sociales y su trabajo de anchor en Ecuavisa. A futuro quería producir, ser libretista y actuar en una película con proyección internacional.

Apagaron su voz, pero no su recuerdo y la huella que dejó su trabajo. Foto: César Mera.