Cuando Venezuela era un paraíso de trabajo y progreso para miles de ecuatorianos que migraron

Venezuela pasó de ser el país más próspero de la región a uno de los más pobres.
Kevin Hidalgo
Caracas se caracterizaba por tener altos y modernos edificios, enormes autopistas y hoteles de lujo.

“Sueño ecuatoriano: trabajar en Venezuela”, ese era el título de un reportaje realizado por Revista Vistazo el 27 de marzo de 1987, una época en donde la riqueza económica del país era tan grande que incluso Caracas fue considerada la segunda ciudad más importante de América, solo después de Nueva York.

En cambio, Ecuador vivía una crisis estructural debido al agotamiento de un estilo administrativo histórico que venía generando graves desequilibrios en la economía, la sociedad y el sistema político.

Además, los ochenta estuvieron marcados por varios desastres que afectaron la estabilidad de los ecuatorianos, como el enfrentamiento con Perú en 1981 (conflicto de Paquisha), inundaciones por el fenómeno del ‘El Niño’ entre 1982 y 1983, y el catastrófico terremoto de 1987, que destruyó el oleoducto transecuatoriano, lo que obligó a la suspensión de la exportación de petróleo por el lapso de seis meses.

De hecho, Ecuador tuvo dos décadas perdidas: los ochenta y los noventa. A diferencia de otras naciones latinoamericanas que solo afrontaron una.

En este contexto, Venezuela se presentó como una alternativa de migración para los ecuatorianos que buscaban trabajo y progreso. Según el reporte de Revista Vistazo de la época, en 1960 se registró la migración de unos 6.000 compatriotas, para 1981 cerca de 40.000 y para 1987 alcanzaban los 42.000, de los cuales 1.700 eran nacionalizados.

Pero a pesar de que había una población importante de ecuatorianos en Venezuela, no eran los más numerosos. En su inmensa mayoría habitaban migrantes colombianos y peruanos. Los nativos de Ecuador representaban un 7% de los extranjeros.

Caracas era una de las ciudades más importantes de Latinoamérica.

ECUATORIANOS EN VENEZUELA

Uno de ellos fue Segundo Ignacio Chico, quien llegó a Venezuela en 1979 para trabajar en la refinería de petróleo ‘El Palito’, primer complejo refinador que inició la producción de gasolina en el país.

Henry, hijo de Segundo, recuerda que su padre, oriundo del cantón Cayambe (Pichincha), trabajó como chofer y soldador, pero no encontraba la manera de estabilizarse, por lo que decidió migrar a Puerto Cabello, en el Estado de Carabobo.

“Era la época del boom petrolero, la nacionalización del oro negro. Se empezaron hacer inversiones grandes, lo que atrajo a muchos inmigrantes, entre ellos mi papá. Luego conoció a mi mamá, una venezolana que trabajaba alquilando habitaciones y en 1981 nací yo”.

Chico, quien vivió en las costas del norte del país, recuerda que en ese tiempo había migrantes de varios países latinoamericanos y que la comunidad ecuatoriana estaba asentada mayoritariamente en el oeste de Caracas.

En Venezuela, Henry Chico tenía varios trailers de carga.

A pocos kilómetros de Henry, vivió Blanca Yánez, quien junto a su esposo e hijos se asentaron en Valencia, capital de Carabobo. Llegaron en 1975, al no encontrar oportunidades en Ecuador.

“Venezuela era un país bien puesto, próspero, uno vivía bien”, dice la adulta mayor de 70 años, quien estuvo toda su vida en Venezuela, pero tuvo que salir por la crisis económica de la última década.

Blanca Yánez junto a su familia en Venezuela.

¿CÓMO FUE LA MIGRACIÓN ECUATORIANA?

La gran mayoría de migrantes ecuatorianos pertenecían a sectores pobres que viajaban para trabajar: los hombres en la construcción, como albañiles, pintores, jardineros, choferes, obreros de fábricas, etc. Es decir, mano de obra en algunos casos calificada; las mujeres como servicio doméstico y venta de alimentos preparados.

Además, un porcentaje elevadísimo, cerca del 90%, vivía en ranchos, en zonas generalmente invadidas, reza el reporte de Revista Vistazo, que detalla que la mayoría eran procedentes de las provincias de Guayas y Manabí.

Yasmina Hera, periodista venezolana, recuerda que en sus inicios, entre los 90 y 2000, realizó un reportaje sobre los migrantes ecuatorianos en Caracas y comenta que ellos le decían que habían perdido sus ahorros por el quiebre bancario y que tenían parte de su familia en Estados Unidos y España.

“En ese momento existía mucha informalidad y me acuerdo que había señoras indígenas en las calles de Caracas. También me llamó la atención que los ecuatorianos trabajaban en grandes constructoras, eran muy solicitados, incluso, ellos mismos construían sus casas”.

La periodista y su familia llegaron a vincularse tanto con la cultura de Ecuador, que su hermano se casó con una ecuatoriana y su padre es 'compadre' de dos compatriotas.

“Los domingos se reunían con familiares y amigos en una casa, cocinaban la comida típica y tocaban guitarra, eran frecuentes las canciones de Julio Jaramillo. De hecho, pensaba que él era venezolano”, recuerda Yasmina.

El informe de 1987 de Vistazo describe que aproximadamente el 18% del total de residentes eran indocumentados. “Estos ecuatorianos no constituyen un problema para las autoridades policiales venezolanas, pues son escasos los hechos delictivos en los que se han visto involucrados”.

Después de Nueva York, Caracas era la ciudad americana que más ecuatorianos albergaba.

“ÉRAMOS RICOS Y NO LO SABÍAMOS”

Aquel país que en algún momento fue denominado como “el millonario de América” o la “Venezuela Saudita”, por sus altos y modernos edificios, enormes autopistas y hoteles de lujo, pasó a ser uno de los más pobres de América Latina.

Un estudio de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) determinó que el crecimiento de la pobreza ya ha llegado "a lo que podía ser el techo" de 94,5%.

“Éramos ricos y no lo sabíamos”, dice Yasmina Hera, quien empezó a ver un cambio en la economía del país a partir del 2008, cuando era funcionaria pública: “Recibí instrucciones de la parte administrativa que nos pedía recortar el presupuesto de todo porque no había dinero”.

Recuerda por ejemplo, que cada año celebraban el día de la Secretaría con flores, obsequios y comida, pero ese año comenzaron las restricciones. “Ya no podíamos hacer las grandes reuniones, nos decían que si es posible cada quien lleve su vaso, no los de plástico porque eso genera gastos”.

Luego llegó una cadena de desabastecimiento: hubo cortes de luz, agua y los alimentos escaseaban. A finales del 2017, Yasmina llegó a Ecuador tras recibir una amenaza debido a su trabajo como periodista.

“Siempre pensé que me iba a graduar, trabajar, tener mis cosas y vivir una vida tranquila en Venezuela, pero lamentablemente de la noche a la mañana lo perdí todo, tuve que empezar desde cero. Siento dolor y tristeza al ver cómo está mi país”.

Tras vencer varias dificultades, como la discriminación, pudo establecerse y formar la Red de Periodistas Venezolanos en Ecuador, desde donde brinda ayuda a los migrantes.

Actualmente, Yasmina vive en Quito junto a toda su familia venezolana.

¿QUÉ PASÓ CON LOS ECUATORIANOS EN VENEZUELA?

Al igual que millones de venezolanos, los migrantes ecuatorianos decidieron salir del país y regresar a sus orígenes como Henry Chico, pero su padre Segundo se quedó en Venezuela. “Él es una persona de la tercera edad, no quería dejar su casa y todas las cosas que había conseguido”.

En cambio, doña Blanca dice que, pese a la inestabilidad que vive Venezuela, le gustaría volver: “Aquí no tenemos nada, estamos como arrimados. Tengo familia en Ecuador, pero luego de tantos años ya no nos prestan atención”.

“Andamos de un lado al otro, donde nos prestan un poco de ayuda. Mi esposo no estaba acostumbrado a andar sin nada en el bolsillo, nos tocó una situación muy dura en nuestro propio país”.

Doña Blanca junto a su esposo, los dos de tienen más de 70 años.

200.000 ECUATORIANOS AÚN EN VENEZUELA

El cónsul de Venezuela en Ecuador, Pedro Sassone, dijo a Vistazo que en el 2004 se regularizó a 250.000 migrantes de diversas nacionales y se concedió cédulas a más de nueve millones de extranjeros. “En el caso ecuatoriano pudiésemos estar hablando de una población que todavía vive en Venezuela de más de 200.000 ecuatorianos”.

Agrega que cada vez más están dando visa a estudiantes ecuatorianos para que culminen sus carreras de manera presencial u online.

“Venezuela sigue siendo una atracción en términos de estudio en la coyuntura actual porque nuestras universidades mantienen un nivel importante de calidad a nivel internacional y los costos son muy bajos”.

Así mismo, menciona que en los últimos años se han mejorado las condiciones de vida de los venezolanos y de los migrantes. “Hay una particularidad en el caso venezolano, es que todos los extranjeros tienen derecho a los programas sociales”.

Venezuela es uno de los países con más migración de sus ciudadanos a nivel mundial.

Sin embargo, datos internacionales contradicen estas aseveraciones. El informe de la UCAB, por ejemplo, basado en la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi), muestra que la pobreza extrema aumentó hasta 76,6% este año, mientras el pasado se situaba en 67,7%.

La escasez crónica de combustible y las restricciones impuestas por el régimen de Nicolás Maduro para frenar el avance de la covid-19 fueron los principales factores para que aumente la pobreza.

PUNTO DE INFLEXIÓN

El analista político, Oswaldo Moreno, menciona que si bien Venezuela tuvo un alto nivel de vida y crecimiento económico en los 60, 70 y 80 debido al boom petrolero, los problemas políticos y sociales como la pobreza y desigualdad siempre se mantuvieron.

Luego, con la llegada de Hugo Chávez, el país también vivió una época de bonanza petrolera, pero la fiesta duró hasta que cayeron los precios del crudo.

“Para mí el punto de inflexión es la muerte de Chávez porque los indicadores sociales muestran que a partir del 2014 hay claramente un giro en todos los aspectos”.

Agrega que uno de los problemas fue que el comandante no delegó en las manos óptimas la continuación de su proceso.

“Chávez nunca dio paso a una cubanización total, mantuvo algunas formas como el respeto a la banca, a la propiedad privada, había elecciones no tan cuestionadas, entre otros aspectos. Obviamente hubo persecución y algunos excesos, pero se podría decir que la diferencia es que Maduro entró en un proceso radical de cubanización”.

Además, menciona el experto, el actual régimen captó las fuerzas armadas, que finalmente son las que garantizan la permanencia de Maduro en el poder.

Venezuela, la nación con más reservas de petróleo, se ha sumergido en una intensa crisis que ha provocado hiperinflación, depresión económica, escasez de productos básicos, desempleo y migración. Así mismo, organizaciones internacionales han denunciado violaciones a los derechos humanos por parte del gobierno.

Al parecer ya nada queda de aquel país que un día soñaba con ser una de las mayores potencias del continente.