Caso Gabela: 10 años tras la verdad

Diana Romero
Caso Gabela: 10 años tras la verdad

El general sí tiene quien le escriba. Los nietos que no conoció hablan del hombre de la foto y le preguntan a la “abuela Patricia” si está triste porque extraña al “abuelo Jorge”.
 
En pocos días se cumplirán 10 años del crimen de Jorge Gabela Bueno, quien fue comandante de la Fuerza Aérea, entre enero de 2007 y abril de 2008.
 
Patricia Ochoa viuda de Gabela es una mujer frontal. “He perdido la fe en la justicia ecuatoriana, pero sigo buscando la verdad”. La Fiscalía reabrió el expediente en 2018, luego de que parte de la información oficial fuera desclasificada a través de un recurso judicial.
 
 
Esto se logró mediante una acción de acceso a la información pública, requerida por la Defensoría del Pueblo.
 
Todo apunta a que hubo ocultamiento. Y que el gobierno correísta usó los recursos a su alcance para posicionar la tesis de un delito común, cuando fue un acto de la delincuencia organizada. En breve, la Fiscalía hará públicos sus hallazgos. Vistazo conoció que darán un giro completo al tema. Una comisión especial de la Asamblea, de carácter multipartidista, estudió los hechos en 2018. 
 
Concluyó que se trataría de un crimen de Estado. Aún más, determinó que hubo un intento deliberado por encubrir a los responsables. El informe final estableció que el comité interinstitucional, creado en 2012 por el gobierno de Rafael Correa para aclarar las circunstancias que rodearon el asesinato, “no fue independiente ni imparcial, pues estaba integrado casi en su totalidad por funcionarios del Ejecutivo, sin incluir la participación de familiares de la víctima y organismos de defensa de Derechos Humanos”.
 
 
El comité interinstitucional, según dictaminó la comisión legislativa, funcionó en forma “negligente, informal y sumido en un manto de secretismo, al punto que no hay grabaciones de ciertas reuniones”. Aunque lo integraban ministros de Estado, asistían asesores o sus delegados.
 
Gabela habría muerto como resultado de un ataque premeditado a su domicilio, en la urbanización Tornero del Río, en Samborondón, en diciembre de 2010. Su hija llegaba de una reunión navideña, y al ingresar al conjunto cerrado vio en la garita de ingreso a un vehículo de gran porte que la seguía. Él trató de defenderla y recibió disparos.
 
La justicia identificó y apresó a los presuntos autores materiales, en un proceso lleno de cabos sueltos.
 
Durante la investigación especial que realizó la comisión legislativa, salió a la luz que el 18 de noviembre de 2013, “en la reunión del comité interinstitucional efectuada en las instalaciones del ECU-911 en el parque Itchimbía, el 18 de noviembre de 2013 se dieron a conocer los nombres de los presuntos autores intelectuales del asesinato, nombres que constaban en el informe discutido en dicha reunión”. 
 
En esto coincidieron tanto el perito Roberto Meza Niella, contratado por Justicia como investigador independiente, como Lenín Lara, quien era ministro de Justicia en esa época. Ambos comparecieron ante esa comisión legislativa que realizó la investigación durante cinco meses. 
 
Héroe de guerra
 
Doña Patricia recuerda cómo lo conoció. Estudiaba en el colegio Stella Maris, de Manta, y salió con su hermana, como chaperona, para acompañarla en una cita con su enamorado. En esa salida conoció al oficial que le llevaba nueve años.
 
Él había nacido en Quito y era el más joven de su promoción de la Escuela Superior Militar de Aviación (ESMA), de Salinas. Ingresó con 17 años, por lo que le apodaron “Pollo” Gabela.
 
“Él me contó que había pensado: ‘con ella me caso’, pero yo pensé que hablaba demasiado y no me cayó muy bien al principio, luego descubrí que era
como yo, directo y franco. Nos casamos cuando cumplí 21 años; nuestros tres hijos llegaron poco después”.
 
Piloto de aviones A-37 y Kfir. Fue uno de los cuatro oficiales que vivieron la primera acción de combate aéreo real librada en la historia por aviones de la FAE, en enero de 1981, como reseñó Vistazo en la nota en que relataba las extrañas circunstancias que rodearon el asesinato. Ganó en tres ocasiones la copa Taura Top Gun. Tuvo nueve condecoraciones y acumuló más de 2.944:20 horas de vuelo.
 
 
“Luego de la guerra se fue a Rusia. Fue a ver aviones para el Ecuador. Uno de los fabricantes le ofreció 750 mil dólares si daba paso a un informe favorable. Me lo contó con indignación. Años después, cuando se negociaba la compra de helicópteros, una fabricante le ofreció un pago y él le sacó de la oficina. A otro oferente que le ofreció un porcentaje le respondió de tal manera que casi le da un infarto al señor, que era de edad. Me dijo que casi había perdido la cabeza, le gritó que lo único que podía heredar a sus hijos eran principios”.
 
La compra de las naves
 
Todo indica que la oposición férrea de Gabela a la compra de los helicópteros Dhruv, y los constantes cuestionamientos a esas naves que empezaron a accidentarse en seguidilla, está relacionada con su trágico desenlace.
 
El informe del legislativo recomendó indagar los patrimonios de todos quienes tuvieron que ver con la adquisición de las siete naves, al igual que los bienes de los integrantes del comité interinstitucional que creó el correísmo para aclarar la muerte.
 
También recomendó investigar las operaciones offshore de la empresa que vendió los helicópteros. La compra de vehículos de alta gama, en efectivo y en el exterior, por parte de familiares de uniformados fue uno de los temas analizados. En la instancia de investigación legislativa se reveló que
las empresas oferentes tenían acceso a información privilegiada sobre la contratación, inclusive tenían grabaciones de audio de las sesiones reservadas.
 
Además, se conoció que Gabela era vigilado y seguido por orden de oficiales de alta jerarquía. Todo consta en el informe final.
 
“Mi esposo se dio cuenta que luchaba solo contra la corriente, por eso renunció a la comandancia de la FAE en abril de 2008. Él fue comandante general un año y medio, nunca tuvo padrinos políticos. Nosotros llevamos buscando la verdad de su muerte desde hace 10 años”, dice doña Patricia.
 
Le llovieron propuestas para candidatizarse en este proceso electoral, así como para el anterior. Interesados no faltan, quieren llevar su nombre y su foto a una papeleta. “Yo no conozco de la función pública, sería una forma de corrupción ocupar un cargo para el que no estoy preparada”. A veces se arrepiente de haber dedicado tantos esfuerzos a esclarecer lo que ocurrió, “quitándoles tiempo a mis hijos”.
 
“El fiscal Galo Chiriboga me lanzó papeles por el aire, otros funcionarios públicos me han mentido mirándome a los ojos, el comité interinstitucional fue creado para esconder y callar”. Este año cumplirían 36 de matrimonio. En su ausencia llegaron hijos políticos y nietos que lo conocen a través de fotos.
Patricia Ochoa viuda de Gabela no cree en los informes, y continúa en su lucha.
 
Ya es tiempo que su familia conozca la verdad.