Activistas exigen que asesinato de Javier Viteri sea tratado como crimen de odio

Diana Romero
Activistas exigen que asesinato de Javier Viteri sea tratado como crimen de odio

La noche del 27 de mayo en el cantón Arenillas (provincia de El Oro), Javier Viteri Alburqueque, un joven de 22 años de edad murió violentamente tras recibir 89 puñaladas en la espalda, abdomen, cuello y tórax.
 
El responsable del hecho, Hilmar C., un conscripto militar, actualmente se mantiene con prisión preventiva.
 
El próximo miércoles 22 de julio a las 14h30 en la Función Judicial de Arenillas se realizará la audiencia preparatoria y evaluatoria de juicio.
 
En la audiencia de calificación de flagrancia, Fiscalía formuló cargos por asesinato, iniciando así la instrucción fiscal, misma que ha finalizado el 06 de julio de 2020.
 
Ilustración de Guayaqueer
 
Varios grupos activistas y de derechos humanos en el país se encuentran moviendo esta causa, para el delito contra la vida de Javier Viteri sea calificado como crimen de odio como establece el artículo 177 del Código Orgánico Integral Penal y no simplemente como un asesinato. 
 
"Esto deja dudas de si se hicieron las suficientes actividades investigativas de la instrucción fiscal para determinar la violencia por prejuicio basada en orientación sexual", indica Guayaqueer en un comunicado de prensa. 
 
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"Exhortamos a la oportuna actuación de la Judicatura para la verificación del contenido de la acusación fiscal acorde al artículo 603, numerales 2 y 4 del COIP, dentro de la audiencia preparatoria y evaluatoria de juicio; la cual, además, debe ajustarse a los criterios de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y a los parámetros establecidos por la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso Azul Rojas Marín y otros vs Perú de marzo de 2020", añaden.
 
“Él era el tipo de amigo que siempre te hacía reir. Era verlo y sentir que su sonrisa limpiaba todos los males del mundo”. Así describe Julio (nombre protegido) a Javier Viteri.
 
Nació el 28 de julio de 1997 y desde pequeño ya anhelaba convertirse en médico cirujano.
 
De hecho, estaba realizando el curso de ingreso a la carrera de Medicina de la Universidad Católica de Cuenca. Toda la vida tuvo ese objetivo, cuenta su prima María Gabriela. “Su sueño era trabajar duro, graduarse de doctor y tener una casa muy grande para vivir junto a su ‘Tota’ porque siempre fue muy apegado a ella”.
 
‘Tota’ es la abuela de Javier, quien se quedó a cargo de él cuando sus padres migraron a España. Fue su mayor referente de amor y cariño.
 
Javier -alto, de casi 1.80- poseía el talento de la empatía: una capacidad que parece escasear en estos tiempos. “Lo que él más quería era tener a alguien con quien compartir, sentirse querido. Cuando Javier estaba solo, sentía que él necesitaba ese afecto. Me decía que quería estar en un hogar estable, aunque sus tías y sus primas siempre estaban pendiente de él y le brindaban consejos”, dice Julio.
 
Javier fue asesinado por un hombre que él conoció en una app de citas.