¿Matrimonio de conveniencia entre la Conaie y Pachakutik? las razones de su sonado divorcio y la pugna indígena

María Belén Arroyo
Yaku Pérez; Jaime Vargas

La Conaie no llamará a votar por el candidato Yaku Pérez, propuesto por Pachakutik. Aquí explicamos las razones de este sonado divorcio.
 
Yaku Pérez toca un solo de saxofón. Melodía triste, sin más acompañamiento que su melancólica tonada. Pasó casi un mes desde que Pachakutik (PK) ratificara que el azuayo era el precandidato para las presidenciales 2021. La Conaie le ha pedido irse con su música a otra parte. Su primera opción de binomio le dejó con la bata alzada. Al cierre de esta edición anunció que su compañera a la vicepresidencia será Virna Cedeño.
 
Mujer, guayaquileña, identificada por sus postulados de izquierda: esos parecen ser los atributos ideales para completar la armonía electoral. Las cualidades las reúne la economista Martha Roldós. Ella le confirmó a Vistazo que recibió la propuesta de integrar el binomio, pero declinó la invitación “porque desde que inicié el proyecto Mil Hojas decidí no aceptar candidaturas”.
 
La doctora Virna Cedeño es especialista en biotecnología molecular aplicada al desarrollo sustentable. Completar el binomio no es el único problema: quien encabeza la lista de asambleístas nacionales también dejó la orquesta con los churos hechos. Se trata de Pedro Bermeo, activista y cabeza del colectivo “Yasunidos”. “Declino mi candidatura pues no comparto la misma línea ética y política de las personas con que estaría postulándome. Encuentro que estas listas no pueden tener a figuras que representan lo contrario a la justicia social y ecológica”, advirtió en una carta pública, el 23 de agosto.
 
Sus críticas se enfilaban contra la escultora guayaquileña Larissa Marangoni, primera opción vicepresidencial de PK. Fue un dúo efímero. Las redes sociales se encargaron de identificarla como representante de la rancia derecha guayaquileña; detractora de las luchas indígenas; la calificaron de neoliberal. Las principales objeciones al binomio presidencial provenían desde las filas de la Conaie, organización que dio origen a PK hace más de dos décadas.
 
Sendas Distintas
A inicios de los años 90, el movimiento indígena irrumpió en el panorama político, con un discurso antisistema y la fuerza de un actor históricamente postergado. La Conaie era la divisa de la organización. La narrativa cambió a mediados de esa década, cuando se constituyó Pachakutik como el “brazo político de la Conaie”. Un paraguas que abarcaba a representantes de trabajadores, movimientos sociales, ecologistas, y que empezó a buscar cargos de representación a través del voto popular. Con resultados modestos en las urnas, si se miden las presidenciales 2006 y 2013, cuando obtuvo el dos y el tres por ciento de votos, respectivamente. En 2017, cuando Paco Moncayo se abanderó como el candidato del espectro de la izquierda, logró algo más del seis por ciento de votación a favor de esa alianza.
 
Lourdes Tibán, exasambleísta por PK, explica a Vistazo que la organización tiene una larga tradición de democracia interna: elige sus candidatos a través de primarias, antes de que el Código de la Democracia (vigente desde 2009) instituyera esa figura.
 
La dirigente indígena desmiente que haya un divorcio entre Conaie y Pachakutik: “No hay división. Los tres candidatos, Yaku Pérez, Leonidas Iza y Jaime Vargasson de la Conaie, como también de Pachakutik; pero hubo errores en la convocatoria a inscripciones, inicia el proceso pero con un solo candidato, estableciendo una forma de votación por cantón, mientras la Conaie pedía que los pueblos votaran. La convocatoria, para mí, debía llamar a votar a todos los adherentes de PK en el país; pero  por el tema COVID-19 no se pudo hacer y esto limitó la participación”.
 
Divorcio
No obstante, Pablo Dávalos, economista y asesor de la Conaie, confirma la ruptura con PK. “El Código de la Democracia creó requisitos para establecer maquinarias electorales”, explica a Vistazo. “Las bases intentaron hacer primarias, pero hay una distancia entre las bases y la construcción burocrática del partido”. Cita al sociólogo alemán Robert Michels, autor del libro “Los partidos políticos, un estudio sociológico de las tendencias oligárquicas de la democracia moderna”.
 
“Hablamos de la dictadura de un partido”, dice. “Es una paradoja pero la única organización que asume las elecciones primarias en forma real casi se rompe y esto demuestra que el código no está hecho para que se tomen decisiones democráticas, sino para que una estructura decida”. El problema radica en que antes del Código, había afiliaciones colectivas, pero éstas desaparecieron para dar paso a militancias individuales.
 
“La resolución de la Conaie es no participar en elecciones 2021, no apoyar, no llamar al voto a favor de Yaku, éste es -stricto sensu- el sentido del pronunciamiento”, explica Dávalos. Y anticipa que luego del proceso electoral, la “Conaie intervendrá en Pachakutik para evitar que siga convirtiéndose en trampolín de candidatos de derecha”.
 
Yaku Pérez, mientras tanto, defiende la suya como una propuesta que trasciende las líneas de la izquierda dogmática. La participación de las mujeres, la ecología, la defensa del agua, esas son las melodías que solitario entona.