“Los excesos del pasado no pueden repetirse"

Carolina Farfán
Richard Martínez Alvarado (Loja

Richard Martínez, ministro de Economía y Finanzas, cree que la rigidez de las normas laborales afectó la competitividad del sector privado. “Hay que ser flexibles pero sin abusos”. Con la Ley de Fomento Productivo, que tendrá una segunda parte, espera que las empresas públicas sean eficientes y que compitan bajo los mismos términos que las privadas.
 
¿Qué los motiva a promover una segunda Ley de Fomento Productivo? ¿Qué le faltó a la primera?
Queremos terminar de consolidar un esquema de reformas estructurales que requiere el país para cambiar el modelo del anterior gobierno frente a uno más volcado a la inversión privada.
 
Implica varias cosas, entre esas, fortalecer el esquema de empresas públicas (EP), donde encontramos muchas ineficientes, con un marco regulatorio más contundente al delimitar el campo de acción de las EP, para que no sean usadas como un botín político.
 
Deben tener incentivos reales para ser eficientes y, al mismo tiempo, contar con condiciones de competencia equitativas con el mercado. En este momento, una EP que no genera excedentes, tiene un incentivo perverso porque igual el Estado le asigna dinero, mientras las que sí tienen excedentes se lo pasan al presupuesto del Estado y eso desmotiva su proceso de eficiencia. Hay que generar condiciones de competencia con la fiscalidad de las EP, es decir, que paguen impuestos a la renta. Eso hace que compitan, que de sus propios recursos generados como excedentes tengan la capacidad de invertir y de esa forma equilibren condiciones de competencia con el sector privado.
 
También dice que impulsarán nuevas modalidades de contrato, pero unos meses atrás ya lo hicieron. ¿Qué pasó?
Hay dos componentes a tener en cuenta: económico y normativo. En el primero, si la economía no crece según lo que esperamos, los indicadores estarán estancados. Pero en lo normativo, fuimos de un extremo de flexibilidad absoluta, donde se generaron abusos, a otro de rigidez. Debemos encontrar mecanismos de flexibilidad.
 
Hay que pensar en quienes están en la informalidad o en los que no tienen empleo. Nos topamos con emprendedores que tienen negocios con facturaciones modestas, que nacieron como un mecanismo de subsistencia y que no cuentan con la capacidad de contratar bajo los modelos actuales y, al mismo tiempo, asumir los otros costos; ellos caen en la informalidad.
 
Pero el cuestionamiento pasa por lo burocrático, es decir, cómo hacerlo más sencillo.
 
Siempre se puede mejorar. Por ejemplo, uno de los pedidos es hacer menos complejo el proceso de cierre de un negocio cuando no resultó. El espíritu del emprendedor es llevarlo después a abrir otros, pero se enfrentan a muchas trabas, a que no hay apoyo para saldar deudas, para salir de compromisos con trabajadores... Quienes estén motivados a asumir el riesgo necesitan un colchón para que puedan invertir en otro negocio.
 
¿A qué se refiere usted con un colchón?
Por ejemplo, la banca pública debe cumplir un rol importante. Por eso a finales de este mes presentaremos un plan de refinanciamiento de deudas con la Corporación Financiera Nacional (CFN). Es decir, si un camaronero paga dos cuotas de 100 mil dólares al año y hoy no cuenta con esa capacidad, podría reajustar la deuda y pagar algo menos extendiendo el plazo. Eso le da oxígeno al empresario y al mismo tiempo le permite a la banca garantizar su cobro.
 
¿Por qué Ecuador no es un destino atractivo para hacer negocios? La inversión extranjera directa es muy baja frente a nuestros países vecinos.
Hay que tener en cuenta que influyó mucho esa política que duró 10 años de anti-negocios y anti-sector productivo, y del ente público como motor de desarrollo; eso generó distorsiones con un sinnúmero de regulaciones que limitaron la inversión. También influye el tema laboral, con la rigidez; y por otro lado el tamaño del mercado, que es pequeño para atraer inversiones. Por eso la apuesta es abrirnos a la Alianza del Pacífico, fortalecer relaciones con China, conversar con EE.UU., y de esa forma ampliar la base comercial.
 
La Ley de Fomento 2 también se refiere a un cambio en el sector camaronero y pesquero. Debemos darle una transformación a la competitividad de esos sectores, en el pesquero con la renovación de flota naviera; y en el camaronero con la electrificación. En el primero, el fondo saldrá de la misma reducción del subsidio, para arreglar ese problema de competitividad, no reemplazando el combustible pero sí con embarcaciones eficientes. Mientras en el camaronero, hay que pasar del diésel a la electricidad, y para eso hay que invertir en un tendido eléctrico y en el abastecimiento de energía a las fincas.
 
¿Cómo funcionará el acceso a ese fondo?
No es un acceso por empresa sino que se crea el fondo, y tal como establece el acuerdo ministerial, se coordina con el ministerio del ramo. Ellos establecen los criterios de uso de esos fondos en base a los proyectos de inversión.
 
¿Y qué buscan con la liberación de la importación de combustible?
La política errada que se ha trabajado es que se subsidia a todos cuando técnicamente se debe hacer solo a quienes lo necesitan. La idea es liberar la importación y ajustar la fórmula de fijación de precio. Lo mejor es contar con un precio más cercano a lo internacional, y quienes quieran importar lo harán con precio internacional más los costos logísticos. Es importante para el sector industrial en general tener previsibilidad, y con la capacidad de importar libremente generas mejores competencias y tienes más certezas.
 
¿Sin regulaciones?
Apuntamos a la liberación, y lo que regule sea la oferta y demanda. Control sí, pero que quienes importan tengan un registro que garantice seguridad y orden ambiental.
 
¿Cuál será el enfoque del acceso a financiamiento?
El anterior Gobierno lo buscaba para alejarse a la corrección de los problemas, mientras ahora lo consideramos un vehículo para salir de ese excesivo déficit fiscal. Lo importante es tener ventanas de acceso que no tuvimos el año pasado, y también desarrollar instrumentos financieros que nos permitan estar por debajo de la curva. No descartamos una salida al mercado… Consideramos varias opciones, entre esos los multilaterales, donde se ha mencionado el Fondo Monetario Internacional (FMI); el acceso con China… (Al cierre de esta edición se conoció sobre una posible emisión de bonos al mercado internacional y sobre las conversaciones con el FMI en el Foro Económico Mundial en Davos).
 
¿No afectan los cuestionamientos de algunas obras que han realizado las empresas chinas?
Hay que saber separar las cosas. Si eso hubiese afectado con China, no hubiéramos logrado la negociación de 900 millones adicionales sin entregar un barril de crudo más. Los problemas con las empresas y obras chinas deben resolverse sobre la competencia de las autoridades como la Contraloría, porque no deben quedar en el aire. Pero del financiamiento de 900 millones, 675 son de libre disponibilidad y 225 millones atados a nuevas obras de infraestructura que ejecutarán empresas chinas. Es un método que tiene el Banco de Desarrollo de China (CDB, por sus siglas en inglés) y que no lo va a cambiar. Pero vamos a reforzar los estándares de los requisitos de control y fiscalización de las obras que se hagan con ese dinero para no incurrir en los errores del pasado.
 
¿A qué obras están atadas?
Es para el plan anual de inversiones. Existiría una preselección de proyectos pero aún no hay nada definido.
 
¿Y los 300 millones de dólares del Banco Interamericano de Desarrollo como garantía para obras de vivienda social?
Con esa garantía se emitirá el primer bono social con el BID, y nos permitirá acercarnos al mercado para acceder a financiamiento que será exclusivamente para construcción de viviendas a través de candados legales. Ya trabajamos en la arquitectura financiera y la idea es hacerlo en el primer cuatrimestre de este año.
 
¿Será un 2019 como dicen las proyecciones?
Es un año de consolidación del traslado del modelo del socialismo del siglo 21 a un modelo renovado de crecimiento económico, de mayor apertura, y eso implica cierto sacrificio. A pesar de la complejidad que no solo será en Ecuador sino en toda la región, con una economía enfriada, tendremos que activar más elementos para que el sector exportador no sea afectado por la contracción de la demanda mundial.
 
¿Habrá que ajustarse el cinturón?
Todos debemos entender que estamos generando nuevos equilibrios, y eso generará oportunidades para algunos y sacrificios para otros. Los excesos del pasado no pueden repetirse.
 
¿Eso implica que se aumentará el IVA?
Eso no está en discusión por el momento. Tenemos múltiples instrumentos y herramientas en el tablero de control de política pública.