El crimen que conmovió al mundo: los niños asesinos de Liverpool que secuestraron y mutilaron al pequeño James

Carolina Farfán
El juez dijo que habían cometido un crimen de una

Denise Fergus había entrado a hacer las compras en un centro comercial de Liverpool, en Inglaterra. Mientras tanto, James Bulger, su hijo de dos años, jugaba solo afuera del local. Eran las 15.40.
 
Apenas unos minutos más tarde, la mujer se percató de la ausencia del pequeño, pero ya era demasiado tarde. Dos días más tarde, se enteró de que el cuerpo de James apareció a cuatro kilómetros de distancia.
 
Tenía marcas de tortura y abuso sexual. Había sido arrojado a las vías del tren y cercenado en dos, detalla el medio La Nación.
 
Sin embargo, lo más espeluzante del crimen fue cuando las autoridades arrestaron a los principales sospechosos: se trataba de dos chicos de apenas diez años.
 
Robert Thompson y Jon Venables mostraban una conducta preocupante a pesar de su temprana edad. El primero era hijo de padres alcohólicos y abusivos, el segundo era a menudo ignorado por sus progenitores y se había convertido en el bully de su colegio, agrega el diario.
 
El día del crimen, ambos faltaron a la escuela para pasar la mañana en el centro comercial robando distintos objetos como juguetes, baterías eléctricas, golosinas e incluso una lata de pintura azul. Pero, los menores pensaron en algo peor: robarse una vida.
 
Las filmaciones de las cámaras de vigilancia de aquel día mostraron que ambos se tomaron su tiempo para seleccionar una víctima hasta que James apareció en su radar. Primero pensaron en empujarlo en medio del tránsito o lanzarlo a un canal para verlo ahogarse.
 
A las 15.42 tomaron a James de la mano y lo llevaron a una vía férrea del paraje de Walton. La investigación luego determinó que al menos 38 personas los vieron junto al pequeño, que lloró durante todo el trayecto. Solo dos los confrontaron: a una le dijeron que era su hermano menor y a otra que se trataba de un niño perdido que llevaban a una comisaría.
 
Primero le arrojaron ladrillos, luego le tiraron pintura azul en el ojo izquierdo y lo golpearon repetidas veces con una barra de metal oxidada. Thompson le dio una patada tan fuerte en la cara que le dejó la huella marcada en la piel.
 
Finalmente le quitaron los pantalones y los pañales y lo torturaron con las baterías. Lo desnudaron y abusaron sexualmente de él, introduciéndole pilas por el ano. Finalmente acabaron saltando sobre el estómago y el pecho hasta reventar el vientre.
 
 
Cuando murió, colocaron su cadáver en las vías del ferrocarril, donde un tren lo cortó en dos. Recién fue hallado el 14 de febrero, tras dos días de intensa búsqueda.
 
Thompson y Venables fueron arrestados gracias a las imágenes grabadas por la cámara del centro comercial. Los forenses encontraron restos de pintura azul en su ropa, además de sangre en sus zapatos, que coincidía con la de su víctima.
 
Los chicos fueron encarcelados el 22 de febrero de 1993, tras comparecer en el Tribunal Juvenil de South Sefton. A partir de ese momento, y debido a ser menores de edad, Thompson comenzó a ser llamado "Niño A" y Venables, "Niño B".
 
Se decidió juzgarlos como adultos y acusarlos de asesinato, secuestro e intento de secuestro debido a que también intentaron abducir a otro niño antes que a James, pero fueron detenidos por su madre.
 
El 24 de noviembre de 1993, los declararon culpables del asesinato del niño. El juez dijo que habían cometido un crimen de una "maldad y barbarie" sin precedente y los condenó a un plazo mínimo de ocho años de prisión. Tenían 11 años.
 
Mientras que de Robert jamás se supo nada más, el 3 de marzo de 2010 Jon volvió a ser detenido. Consumía drogas y alcohol, era un asiduo a la pornografía infantil. Tras cumplir una condena de veinticuatro meses, fue liberado en septiembre de 2013. Pero el pasado mes de febrero de 2018, Jon volvió a violar su libertad condicional al tener en su posesión más de 1.170 imágenes de pornografía infantil y el llamado “manual para pedófilos”. La justicia británico lo condenó a tres años y cuatro meses de prisión, reporta la Vanguardia.