Christopher Knight vivió 27 años en el bosque sin hablar con nadie

Diana Romero
Christopher Knight vivió 27 años en el bosque sin hablar con nadie

Christopher Knight vivió solo durante veintisiete años en los bosques de Maine.
 
Su caso se convirtió en un mito. Muchos dudaban de su existencia. Sin embargo, los pobladores locales compartían historias. Encuentros indirectos. Objetos que se perdían.
 
En ocasiones Knight entraba a sus casas y robaba comida, cervezas, libros o lo mínimo para no llamar demasiado la atención. Finalmente, la policía lo detuvo en el año 2013.
 
Knight fue sentenciado a siete meses en prisión, luego de que confesara sentirse mal por sus pequeños pero numerosos hurtos. 
 
Todavía eran los 80 cuando Knight, de 20 años, se internó en el bosque cerca de Rome, Maine. Sus padres jamás reportaron su ausencia. Según diría más tarde, su relación con ellos era buena.
 
Solamente en una ocasión, en los 90, se encontró con otro hombre en una vereda en el bosque e intercambiaron un leve saludo. Esa fue toda su comunicación en veintisiete años.
 
Knight logró sobrevivir inviernos de -27 grados, manteniéndose caliente caminando en torno a su campamento, que calentaba con una estufa de propano. En los inviernos más difíciles, cuando sentía que podía morir de frío y hambre optó por meditar.
 
Nunca encendió una fogata, para no llamar la atención. Se rasuraba y mantenía relativamente limpio, presuntamente robando ropa, para así no generar sospechas si se encontraba con alguien. 
 
Este misterio es indagado por un nuevo documental producido por The Atlantic, pero aunque el documental es bueno, la psicología y la motivación de Knight siguen quedando en el vacío.
 
Cuando se le preguntó a Knight qué hacía, contestó que al principio leía libros pero que su actividad principal era "hacer nada". Y esto nunca le aburrió. En todos los años que llevaba en el bosque, según le dijo a la policía, no se enfermó ni una sola vez. No había quien lo contagiara. 
 
"Me examiné. La soledad otorga un aumento de algo valioso... mi percepción. Pero cuando apliqué mi percepción incrementada a mí mismo, perdí mi identidad. No había audiencia, no había nadie para quién montar la obra... Por ponerlo románticamente, era completamente libre", le dijo alguna vez a un periodista sobre las motivaciones de su retiro voluntario y de sus aprendizajes.