Hablar de sexo funciona

Diana Romero
Chicas de las Escuelas de Liderazgo de Plan Internacional en Guayas. Foto: Vistazo

“Yo tengo derecho a la privacidad sexual”, dice Lady, de 15 años, con voz firme y experta, mientras explica varios derechos sexuales y reproductivos que ha escrito con marcador en un paleógrafo. “Esto significa que nadie me puede tocar si yo no quiero. Debemos amar nuestro cuerpo, no hay nada de qué tener vergüenza”. Esta es la reunión quincenal del club Zona Libre de Embarazo Adolescente en la casa comunal de Engabao, un pueblo costero en Guayas donde, además de esta actividad, esta tarde los adolescentes no tienen mucho que hacer. 
 
Lady es una líder en todo sentido. Está segura de lo que dice, tiene dominio de su audiencia y tiene algo más que le da aplomo: un plan de vida que ha elaborado en este mismo club. Lady ya sabe lo que quiere hacer: estudiar ingeniería empresarial en la universidad. Y muy importante, sabe lo que no quiere hacer: “No voy a tener cinco hijos si no tengo trabajo ni cómo mantenerlos”. 
 
Tener un propósito en la vida y trazarse objetivos claros es la clave de esta estrategia que ha llegado ya a 12 mil chicas y chicos en 11 provincias. La imparte Plan Internacional, una Organización No Gubernamental (ONG) sin afiliación religiosa ni política, que ha trabajado en Ecuador por 55 años y tiene sus oficinas centrales en Londres.
 
El propósito de las Zonas Libres de Embarazo Adolescente es reducir el indicador de embarazos en menores de 19 años. En Ecuador, en 2015 el 21 por ciento de los partos fueron de madres adolescentes, según el INEC. Es un problema arraigado en las comunidades más pobres y rurales. Los embarazos de niñas de 10 a 14 años, casi siempre es resultado del abuso sexual, han subido 78 por ciento en la última década. En 2018 Plan Internacional presentará los resultados nacionales de este proyecto, pero un corte preliminar da cifras “impresionantes”, dice Rossana Viteri, directora de esta ONG.
 
En la provincia de Santa Elena, en nueve clubes con 300 adolescentes se reportaron sólo cuatro embarazos el año pasado; en Guayas, en 10 clubes con 124 participantes, se reportaron solo dos embarazos; en Los Ríos, en 11 clubes con 275 adolescentes en total, se reportaron ceroembarazos por dos años consecutivos.
 
Le toca hablar a Abel, de 13 años. “El condón previene el embarazo no deseado y también el VIH, que significa sida”, dice señalando a la cartulina. “Pero cuidado, los condones no siempre funcionan, se pueden romper o a veces están pasados”. Se escuchan susurros tímidos y risitas, pero Abel continúa muy seguro. Es fácil reconocer cuáles chicos tienen más tiempo asistiendo a estos clubes.
 
“Nadie debe ser discriminado por su identidad sexual”, dice Abel, “nadie nos puede obligar a ser lo que no somos y nadie puede quitarnos el derecho de hablar de estos temas. Si quiero o no quiero casarme, si quiero o no quiero tener familia, es mi decisión y mi derecho”.
 
“¿Y quién les da este derecho?”, pregunta la facilitadora de Plan Internacional, Marianela Sarango. “La Constitución”, responden los jóvenes expositores.
 
En un país donde hasta hace unos meses funcionaba en la Presidencia el Plan Familia, que promovía la castidad y abstinencia para frenar los embarazos adolescentes, este tipo de charlas suenan a algo prohibido, pero este programa se imparte desde hace cuatro años sin interrupción. Plan Internacional ha trabajado en coordinación con el Ministerio de Salud y los municipios locales para hacer un diagnóstico de cada comunidad antes de empezar los clubes.
 
Asunto de todos
 
Lady y sus amigos elaboraron una Agenda Cantonal sobre Derechos Sexuales y Reproductivos, y organizaron una fiesta para presentar sus propuestas a la comunidad. En plena reunión les preguntaron a sus padres y autoridades qué era la sexualidad para ellos, y los adultos, medio atragantados e incómodos, “nos respondieron conceptos que no eran”, dice Lady, “mi padre dijo que cuando él era chico no se hablaba de eso. Hay padres que creen que este proyecto les está enseñando a los chicos cosas que no deben saber, por eso queremos que cambien su forma de pensar”.
 
En Engabao, Lady (al centro) lidera la reunión del club Zona Libre de Embarazo Adolescente.
 
Brenda, de 16 años, dice que uno de los mayores problemas es que “aquí hay niñas abusadas sexualmente pero no lo dicen porque les da vergüenza, porque el abusador es de su familia, o porque cuando lo dicen las obligan a hacerse de compromiso con el abusador”.
 
Por eso integrar a los padres y autoridades cantonales es parte vital de este proyecto, explica Vivianne Almeida, gerente de Plan Internacional en Guayas. “Cuando vemos a niños y niñas que han sido empoderados en estos clubes, es evidente cómo sube su autoestima, logramos que pierdan el miedo de pedir ayuda y generamos en la comunidad la capacidad de responder en grupo a casos de abuso”.
 
“Si no logras un cambio mental en las familias, por más que la niña tenga sueños y anhelos de salir adelante, si papá y mamá no la apoyan, si las autoridades no se involucran, las cosas no cambian”, dice Almeida.
 
Un plan nacional
 
La alta cifra de embarazos adolescentes, la violencia de género, el trabajo infantil doméstico y la falta de acceso a la educación son las cuatro grandes barreras que truncan la vida de una niña en el Ecuador, según el estudio de Plan Internacional, Cartas de Niñas.
 
El trabajo de Plan Internacional va a producir un mapeo de las zonas donde el embarazo adolescente es un problema más enraizado y eso permitirá focalizar la estrategia. “Esta metodología funciona. En todos los territorios donde está el proyecto ha habido una disminución del embarazo adolescente. En Los Ríos no tenemos ni un solo embarazo en los clubes, ni un solo matrimonio precoz en dos años, nadie abandonó el colegio, el resultado es mejor de lo que esperábamos”, asegura Rossana Viteri. “Este proyecto no lo hacemos solos, está involucrada la comunidad, los organismos gubernamentales, los municipios, el estado. El Ministerio de Salud está muy satisfecho con los resultados y aspiramos a que este método se convierta en una política pública”.
 
 
En 2015 Plan Internacional asesoró al Ministerio de Educación en la elaboración del programa Educando en Familia, que incluye una guía para profesores de cómo abordar temas de salud sexual y
afectividad. “Estamos en conversaciones para reforzar estos temas en una siguiente etapa, en la coyuntura de una cruzada nacional contra la violencia sexual. Nuestro sueño es que el país se convierta en una zona libre de embarazo adolescente”.
 
Viteri dice que los clubes de adolescentes podrían funcionar también en los colegios, aunque comprende que es “una propuesta un tanto delicada porque nuestro país aún es conservador, aún hay tabúes y se cree que si los adolescentes tienen más información van a tener más actividad sexual, cuando no es así”.
 
En los clubes se explica el uso de anticonceptivos. La disponibilidad de información y métodos de contracepción en centros de salud cercanos es importante para que el programa funcione. Sin embargo, Viteri dice que aún más importante es “generar esa autoestima, esa capacidad que hace que una niña pase de la actitud de ‘ya me tocó esta vida y qué le voy a hacer’, a la convicción de que puede lograr grandes cosas. Ya con esa fortaleza va al centro de salud y busca atención”.
 
Cuando las chicas han pasado algún tiempo en los clubes, se las invita a ser parte de las Escuelas de Liderazgo, donde se refuerzan las mismas ideas. Varias jóvenes que hoy son líderes de sus comunidades han surgido ya de este proyecto. Mirelli Castro, de Santa Lucía, estudia en la Universidad de Guayaquil; Denisse Yagual de Playas, va a la Espol. Lady va por ese camino. En una reciente reunión de una junta cantonal, ella pidió la palabra y dijo que consideraba importante que les hagan exámenes de laboratorio. Las autoridades hicieron las gestiones y en unos días, una brigada médica cumplía su pedido.
 
“Sigan comprometiendo a las autoridades para lograr cambios”, les dice Vivianne Almeida, “estamos para apoyarlos pero ustedes son los protagonistas, sigan con esas ideas fantásticas, que no hay nada que no puedan lograr”.