“Correa es el autor principal por acción u omisión”

Patricia Estupiñán
César Montúfar, catedrático universitario y político. Ha sido asambleísta constituyente (1998) y asambleísta provincial (2009). Dirige el partido Concertación Nacional.

César Montúfar, director de Concertación Nacional, acaba de comprobar que para quien ha hecho de la política una razón de vida y en su caso desde los 13 años, no existe la retirada. En las elecciones de febrero de 2016, no logró una curul como asambleísta nacional. Una derrota más en sus muchos intentos electorales, lo que hizo que algunos lo declaren “acabado”. 
 
Sin embargo, con el mismo ímpetu con que recorrió el país pidiendo que voten por él, se embarcó en una acción temeraria: convertirse en acusador particular de Jorge Glas. Y lo hizo, como en sus empeños electorales, sin más recursos que su tiempo y su convencimiento de que era una causa justa, probando que en la vida “solo se debe ceder a los dictados de la conciencia y el deber”. (Churchill). 
 
 
¿Qué le impulsó a ser acusador particular de Jorge Glas?
 
La impotencia. Había seguido el caso por más de dos años y aunque las evidencias eran claras, la Fiscalía no lo iniciaba. En junio, con el grupo de abogados que me apoya –Raúl Cabanilla, Paulina Jiménez, Julio César Sarango y Jackeline Pachacama– decidimos utilizar los “derechos difusos”, un resquicio en el Código Penal, que define a las víctimas en un sentido más amplio y presentar una acusación desde la ciudadanía.
 
Como acusadores logramos que comparezca Olga Muentes exasesora de Glas, quien dio información interesante, solicitamos documentos con todos losviajes que Glas realizó como ministro de Sectores Estratégicos en 2011 e incorporamos una sentencia de casación en un caso laboral, en que siendo ya ministro, Glas actuó como representante de Televisión Satelital, empresa de su tío.
 
¿Y qué aportó esto al proceso?
 
Demostró que la acción de Glas contradecía su discurso de que fue el verdugo de Odebrecht y que “echó a patadas a la empresa”. Glas fue el principal operador del gobierno de Correa con Odebrecht. Si a esto se añade los juicios de Lava-Jato en Brasil y la sentencia del Departamento de Justicia de Estados Unidos, según la cual un funcionario del gobierno de Ecuador recibió 33 millones de dólares, resultaba imposible no pensar que Glas no hubiera entrado en el esquema corrupto que Odebrecht instaló en América Latina y África. No obstante, el caso no avanzaba hasta que ocurrió la acción determinante de la fiscal Diana Salazar para apresar al tío del vicepresidente y la vinculación de Jorge Glas.
 
¿Y el fiscal Carlos Baca?
 
Por el fuero de Glas, el caso pasó al Fiscal General. He felicitado la acción de Baca durante el juicio. Estuvo a la altura. Solo tuvo una omisión en su alegato final, no pidió al Tribunal que devuelva a la Fiscalía el expediente para perseguirlo por otros delitos, eso lo hicimos nosotros. Lo más importante es que a pesar de que tuvimos como fiscal a Galo Chiriboga, a pesar del desmantelamiento, politización y control, en la Fiscalía hay un gran capital humano, y lo puedo decir con esperanza, que sostuvo este proceso.
 
¿Cuál es la trascendencia de este fallo?
 
Que tengamos un vicepresidente sentenciado en primera instancia por asociación ilícita significa que en nuestro país se estructuró una organización delincuencial que se asoció ilícitamente para perpetrar delitos en contra del Estado. La sentencia establece estos delitos: peculado; cohecho; concusión; testaferrismo; lavado de activos. Sin embargo, la acción de esta organización criminal solo tiene que ver con una parte muy pequeña de los Sectores Estratégicos.
 
Esta organización criminal actuó con impunidad, legalizando sus actos, pues se cambiaron leyes de contratación pública, de la Contraloría, el Código Penal en algunos artículos centrales, la misma Constitución de Montecristi. Es decir, se constitucionalizó, legalizó e institucionalizó el funcionamiento de una organización delincuencial que operó en el corazón económico del Estado.
 
¿Termina el caso Odebrecht en Jorge Glas?
 
De ninguna manera. Se pidió una reparación de 35 millones de dólares, pero entre los contratos firmados y lo que el Estado pagó, hay una diferencia de 830 millones. En diciembre pedí que se vincule a Odebrecht y Rafael Correa. Se necesitará un proceso pericial profundo para determinar el verdadero monto con que se afectó al Estado, pero solo se ha cubierto en este caso cinco proyectos.
 
¿Cuál es la base para vincular a Rafael Correa?
 
Rafael Correa tomó la decisión de modificar la estructura y funcionamiento de la administración para unificar petróleo, energía, comunicaciones, infraestructura en una sola persona. Eso es una decisión administrativa totalmente deliberada, que generó el ámbito para el funcionamiento de esta organización criminal y al mismo tiempo cambió las leyes pertinentes y firmó decretos de emergencia para la contratación rápida de las obras.
 
¿No había la intención de volver más eficiente el trabajo para la transformación del país que Correa buscaba de forma vehemente?
 
Lo que ocurre es que procesalmente, el 13 de diciembre ya hubo una sentencia que dice que existió una organización delincuencial asociada ilícitamente contra el Estado, y en esta organización estaba el vicepresidente, el contralor, funcionarios de distintos rangos, empresas ecuatorianas, transnacionales, instituciones financieras nacionales e internacionales. El reto es desmantelar la organización y eso implica varios procesos judiciales, donde se debe vincular a Rafael Correa.
 
¿En calidad de qué?
 
Autor principal, porque eso es lo que significa la sentencia en términos jurídicos. Es autor por acción u omisión. Por acción hemos mencionado numerosos hechos: los decretos ejecutivos, los cambios en las leyes, la Constitución, en la administración del Estado para fusionar los Sectores Estratégicos. O por omisión, pues según el artículo 322 de la Constitución sobre las responsabilidades civiles y penales de los funcionarios públicos, estos son penalmente responsables por lo que hacen o dejan de hacer y aquí claramente estas decisiones de Rafael Correa facilitaron la acción de esta organización delincuencial.
 
¿Es posible pensar que Rafael Correa no estaba al tanto de lo que ocurría? 
 
En el juicio, tanto Glas como Alexis Mera sostuvieron que él estaba enterado absolutamente de todo. Pero si no lo estuvo y confió en Glas, quien lo habría engañado durante 10 años, es responsable penalmente, porque ningún servidor público, más aún un presidente puede encargar una función y desentenderse de ella. El Código Penal establece que la autoría directa o la mediata tienen la misma pena.
 
¿Por qué no se usaron en el proceso las delaciones de otros funcionarios de Odebrecht, que declararon sobre Ecuador en el Lava-Jato?
 
La única delación usada fue la de José C. Santos, pero hubo otras 11. En la medida en que esto comience a salir, los procesos y los vinculados que van a responder penalmente a la justicia ecuatoriana serán muchísimos más.
 
¿Va a seguir actuando como acusador en los procesos que siguen?
 
No tengo capacidad, soy un profesor universitario y un político activo. Voy a concentrarme en el tema de Rafael Correa porque estoy totalmente convencido de que es el autor intelectual de esta organización criminal.
 
¿Por qué ha tenido éxito como activista, pero no en las elecciones?
 
Tenemos una organización inscrita desde la oposición, sin haber llegado al poder ni contar con una gran chequera, que ha logrado sobrevivir en condiciones de gran adversidad. Estoy en política 15 años, hemos participado, perdido y hemos ganado una elección. Para eso estamos los políticos y yo soy político desde los 13 años. 
 
Un político que hizo el viraje desde la izquierda a la derecha.
 
Me inicié en el mismo partido del que fue miembro Lenín Moreno, el MIR de izquierda radical y ahora soy un político liberal de centro, cuya organización no se ha vendido ni manchado, que ha propuesto programas globales. El éxito no es solo llegar al poder, reconozco que no hemos sido efectivos, pero la meta es llegar al poder.
 
Han fracasado varios intentos de alianzas, sostienen que por sus excesivas demandas: ¿Si usted no está primero, no hay acuerdo?
 
Siempre dicen eso y a lo mejor es una crítica que tengo que asumir. El tema pasa por las formas, nosotros somos muy sobrios y tratamos de hacer una política horizontal, mientras otros lo hacen de manera jerárquica. No concretamos acuerdos pero los políticos debemos dialogar civilizadamente.
 
Aún con PAIS.
 
Por supuesto, el poscorreísmo es una fuerza política, que debe operar dentro de las reglas de la democracia. Eso es una sociedad pluralista.
 
No obstante, la cultura política nacional es autoritaria.
 
El autoritarismo es la solución más fácil, pero los políticos democráticos necesitamos presentar otros repertorios de acción. La política es pedagogía y es un trabajo de vocación y de toda una vida. Siempre voy a ser político y me siento orgulloso de serlo. Al menos así veo las cosas, tal vez por eso no he sido exitoso electoralmente.
 
¿Cómo puede el país tener gobernabilidad y a la vez pluralismo?
 
Lo conveniente sería que existan cuatro o cinco grandes partidos. Lamentablemente, el sistema de partidos que creó Alianza PAIS iba en la dirección de un partido hegemónico, que está estallando hoy. Las divergencias son solo en el partido hegemónico, los demás no cuentan. En la selección de la terna para el reemplazo del vicepresidente, la lógica fue resolver los problemas de la coalición hegemónica. No hubo una visión de un proyecto nacional.
 
¿No han muerto los partidos en la era de las redes sociales?
 
No. Los partidos cumplen una función que es irremplazable, que es articular la visión del conjunto.
 
Pluralismo y democracia en países de instituciones débiles generan inestabilidad y para crecer se necesita estabilidad.
 
Se necesita liderazgo, pero lo que hemos tenido los últimos años fue la construcción de poder presidencial, atravesado por la delincuencia organizada. No solo Correa fue un presidente muy poderoso, sino que dentro del Estado había una estructura delincuencial. Esa la importancia de la sentencia.
 
¿Está acabado Correa políticamente?
 
En política no hay muertos, como decía Winston Churchill.
 
Los correístas sostienen que se lo quiere acabar, a través de los juicios, diciendo que es delincuente. 
 
Es que lo fue, pero también fue político.