César Montúfar revela su mapa de navegación de llegar a la Presidencia: "Represento la lucha contra un movimiento autoritario"

María Belén Arroyo
César Montúfar Mancheno

César Montúfar Mancheno revela cómo será su mapa de navegación de llegar a la Presidencia de la República. Su combate contra la corrupción es su carta de presentación, al igual que su faceta de académico.
 
 
Al momento de esta entrevista, ha recorrido 430 kilómetros desde Quito, en bicicleta. César Montúfar Mancheno, candidato presidencial por la alianza Honestidad (listas 17-51) atiende a Vistazo desde Portoviejo.
 
Su vuelta por el país, explica, conlleva un mensaje de unidad y la voluntad de presentar su plan de gobierno a distintos sectores. “Nuestro recorrido lleva una voz de esperanza, sentimos en la gente la necesidad de ser escuchada”.
 
Hace un mes cumplió 56 años. Su vida política empezó cuando tenía 13. En su temprana juventud, el país volvió a la vida democrática. “Me involucré en la participación, militando en las filas de la izquierda (Movimiento de Izquierda Revolucionaria, MIR), desde que era estudiante de colegio, pero puedo decir que mi pensamiento político evolucionó hacia el centro, me considero un liberal progresista”.
 
Salvo un pequeño paréntesis entre 2002 y 2005 cuando integró la organización de la sociedad civil Participación Ciudadana (PC), pionera en el monitoreo de elecciones, su trayectoria política ha sido una constante. Igual que su faceta académica. “Cuando llegue a la Presidencia de la República, no dejaré de impartir clases”.
 
En sus recorridos, ¿qué busca transmitir como lo más importante dentro de su plan de gobierno?
Si el país sigue tomado, si la institucionalidad del Estado a nivel nacional y local, sigue tomada por mafias, no tenemos posibilidad de salir de la crisis. La honestidad debe ser un valor principal, eso pasa porque los ciudadanos tengamos conciencia de que la corrupción se institucionalizó; la lucha debe ir más allá de la denuncia, debe ir hacia el desmontaje de las mafias. La vuelta al Ecuador transmite el mensaje de la honestidad.
 
¿Cómo se propone enfrentar a las mafias?
El problema es mucho más grave de lo que se suele pensar. Los transportistas pesados de una provincia hablaban de las mafias enquistadas en todos los estamentos de las instituciones que tienen que ver con tránsito. Ayer hablaba con agricultores en Chone, vi su impotencia porque las instituciones del sistema público del acceso a crédito están viciadas. El problema pasó a una etapa diferente, el sentido de lo público está perdido, secuestrado por los grupos delincuenciales. Uno de los ejes del Plan de Gobierno es la lucha contra la corrupción, que se asienta en varios pilares.
 
¿Cuáles son estos pilares?
Primero el cambio legal porque el correísmo armó un sistema legal que promueve, encubre y genera un marco de impunidad, eso pasa por reformas importantes a varios cuerpos y códigos. Un segundo pilar tiene que ver con ampliar la capacidad del Estado para enfrentar los casos de corrupción y para la recuperación de lo robado. Se requiere la Ley de Extinción de dominio, se debe aplicar la imprescriptibilidad de los delitos de acción pública. Investigué ocho sentencias (cito las más conocidas, Capaya, Álex Bravo, Glas) 150 millones deben recuperarse en términos de reparación, solo se recuperaron 137 mil dólares. Si queremos extirpar a las mafias debe investigarse sin dedicatorias. La lucha anticorrupción con dedicatoria se deslegitima.
 
¿A quién representa como candidato César Montúfar?
No creo que pueda responder eso, lo que puedo decir es que no represento a un banco, a la extrema derecha, al correísmo o al movimiento indígena. Represento la lucha contra un movimiento autoritario. Mis banderas siempre han sido la democracia, los derechos, la necesidad de que Ecuador tenga un proyecto nacional. Me hice político con esas banderas. He luchado desde la total adversidad por esas causas, nadie me puede señalar una actitud chueca, sí he cometido equivocaciones. No sé si soy digno para decir que represento esas causas.
 
Según el Barómetro de las Américas el ecuatoriano sería, en un 75 por ciento, un elector de centro-derecha. ¿Usted lo representa?
Soy un político de centro. Vengo de una izquierda radical, he ido evolucionando, me he ido modelando. Me considero un liberal progresista, un centro-progresista. No soy un conservador. No sé si los ecuatorianos voten por tendencias ideológicas aunque los políticos sí necesitamos ubicarnos, para saber para dónde se dirige la vela de nuestra
barca, para dónde soplan los vientos. Cuando un político me dice que no tiene ideología me parece que es falso.
 
Lasso le dejó con los churos hechos en 2013, cuando hizo binomio con Juan Carlos Solines; y en 2018 cuando apostó por la candidatura de Juan Carlos Holguín para la Alcaldía de Quito. ¿Es su candidatura una vendetta?
(Se ríe). No tengo vendettas contra nadie. Trato de no mezclar la política con lo personal. Como anécdota le cuento, muchos representantes del correísmo han sido mis alumnos. Para ellos he tenido respeto y consideración. Compartimos con Lasso, al formar Compromiso Ecuador, ese afán de oponernos a la enmienda que buscaba imponer Correa. Como se anunció el día que lanzamos esa iniciativa, en 2014, no había un acuerdo electoral. Conversamos en 2018 para las elecciones seccionales, hicimos un acuerdo para participar juntos, ese acuerdo lo perfeccionaron dos representantes, de CREO y Concertación. Pero ese pacto no fue respetado por Lasso, desde entonces no hablamos.
 
¿Es real que usted es el candidato de la banca serrana?
No tengo un solo aporte, ni una sola conversación con ningún miembro accionista ni representante de ese sector. Así como puedo decir que la candidatura de Yaku es del movimiento indígena, la de Aráuz es la candidatura de la delincuencia organizada. Hay una sola razón, busca la impunidad del grupo que gobernó el Ecuador entre 2007 y 2017. Es importante que en el país hagamos una limpieza de la política, porque si un grupo de delincuencia organizada participa electoralmente eso lleva a la degeneración completa. Hay candidaturas que buscan espacios de impunidad para continuar con negocios mafiosos. Buscan inmunidad, que en el fondo es impunidad.
 
En Vistazo, de agosto 6, se publicó el artículo “Intrusos populistas y chimbadores”. En él se esboza que su candidatura presidencial sería avalada por dos décadas de lucha anticorrupción. Y que usted sería un candidato outsider. ¿Qué dice usted, es un outsider?
Estoy fuera de la política convencional, no me forjé desde el poder, sino desde el contrapoder, desde la calle. No he sido ministro, fui asambleísta por Concertación. Desde los 13 años tengo actividad política, con la excepción del tiempo que fui director de Participación Ciudadana. Me preguntan qué profesión u ocupación tengo y respondo que soy político. Cierto que yo crecí en la década de los 80, cuando había un nivel de politización muy alto en el país, salíamos de una dictadura.
 
Cuando usted anuncia que va a demoler la Asamblea Nacional, ¿qué significa?
La Función Legislativa que creó la Constitución de 2008 generó una máquina de corrupción que no cumple con sus funciones principales, no hemos tenido un acto real de control político en la Asamblea. El Legislativo tiene tres funciones principales: legislar, fiscalizar y ser el espacio de los grandes debates nacionales, independiente de la Función Ejecutiva. No ha cumplido ninguno. Proponemos demoler la Asamblea, convocar a consulta popular, por la vía de la enmienda, invocando el artículo 441 de la Constitución. 
 
¿Cuál es el fin de todo esto?
Los legisladores no pueden ser parte de la burocracia, sino parte de la sociedad, no pueden tener sueldo; es un problema de concepto, deben recibir dietas. Debemos ir a un Legislativo bicameral. Un Senado con representación nacional que designe a autoridades de control; un Parlamento de los ciudadanos que funcione durante un período y deje a una comisión permanente los temas que se resuelven en el día a día. Hay que reducir el tamaño del Legislativo. Si no se recupera estaremos condenados al hiperpresidencialismo.
 
¿Usted plantea una nueva Constitución?
El Ecuador requiere una nueva Constitución, pero no vía Asamblea Constituyente. El cambio del Legislativo sería vía consulta popular, a través de una enmienda constitucional. El nuevo Legislativo debe asumir funciones, como las de participación y control social. La consulta la voy a plantear apenas asuma la Presidencia, porque debemos resolver el problema normativo e institucional. Esta nueva Constitución sin Asamblea Constituyente, pasa por una reestructuración de la Asamblea. De esta forma buscamos corregir el hiperpresidencialismo porque un presidente tan concentrador del poder solo cabe en un estado decimonónico; una sociedad moderna no se puede gobernar de esta forma.
 
¿Cómo va a cumplir el aumento del IVA en dos puntos que se acordó con el Fondo Monetario?
No voy a subir el IVA, tampoco lo voy a bajar como he escuchado decir a algún candidato. La reforma tributaria debe ir en otra dirección, los cambios deben revisar las exenciones al impuesto a la Renta y al IVA. Los ecuatorianos hemos sido saqueados por la corrupción, es inmoral, es indecente e inconcebible que nosotros paguemos por haber sido atracados. No es justo que las víctimas del atraco sean quienes deban pagar el costo de la crisis.