Autoafirme su desempeño

En una entrevista de trabajo o en otros escenarios de alto estrés, tener pocas expectativas sobre lo que conseguirá podría impedirle alcanzar su máximo potencial.
Luis Medina

Las bajas expectativas pueden tener un impacto negativo en sus capacidades. Una estrategia de autoafirmación puede ayudarlo a mejorar.
 
Lo que se espera de usted puede impactar su desempeño. En los años sesenta, la reconocida académica estadounidense Jane Elliott demostró esta teoría mediante un ejercicio en una clase de escuela. Elliott dividió a sus alumnos en dos grupos, separando a los que tenían ojos azules de los que tenían ojos oscuros. A los primeros les otorgó una serie de privilegios que les fueron negados a los demás. Al poco tiempo, se evidenció que esta división deliberada tuvo efectos académicos: los chicos sin privilegios empezaron a rendir menos en sus tareas. La demostración culminó concluyendo que una mera percepción de inferioridad puede tener repercusiones en el desempeño de una persona.
 
Cuando alguien tiene bajas expectativas sobre lo que puede lograr tiende a hundirse y cumplir con sus malos pronósticos, explica Sonia Kang, investigadora de la Universidad de Toronto (Canadá). Esta tendencia, comenta la especialista, es capaz de afectar la vida profesional y personal de todos. Por ejemplo, en una entrevista de trabajo o en otros escenarios de alto estrés, tener pocas expectativas sobre lo que conseguirá podría impedirle alcanzar su máximo potencial. “En estas situaciones, el rendimiento está ligado profundamente a cómo esperamos comportarnos”, sostiene Kang.
 
Existe una estrategia para evitar el sabotaje producido por las bajas expectativas. “Debe reflexionar sobre las cosas que sabe que son buenas sobre usted mismo”, añade Kang, proponiendo a la autoafirmación como un método para incrementar la confianza y, por ende, el desempeño en cualquier ámbito. El truco está en que no es necesario pensar en cosas buenas que estén relacionadas al reto que se va a enfrentar en ese momento. Es decir, si considera que el estrés previo a un examen puede afectar sus capacidades el día de la prueba, una estrategia de autoafirmación lo invitaría a reflexionar sobre otras áreas –quizás no académicas– en las que siempre obtenga buenos resultados.
 
La lógica detrás de este método es que permite a quienes lo aplican, enfocarse en dominios de su integridad que no están relacionados con la amenaza que están enfrentando. Al hacerlo, indica un informe de la escuela de Educación de la universidad de Stanford (Estados Unidos), la gente se da cuenta de que su valor personal no depende de las implicaciones evaluativas de una situación inmediata. Y como resultado, continúa el documento, tienen menos necesidad de distorsionar las consecuencias de la amenaza, lo que les permite afrontarla de una manera más abierta e imparcial. Consecuentemente con más calma, posibilitando un mejor resultado.
 

Intervención. Un método estudiado para autoafirmar el valor
personal es identificando una fortaleza y escribiendo sobre
ella. El objetivo es lograr una visión más amplia de uno mismo.

 
Una forma de mejorar el rendimiento en una situación evaluativa, entonces, es autoafirmando el valor personal antes de entrar en ella. Conseguir esto, dice Geoffrey Cohen, académico de Stanford, se puede lograr pensando en actos que demuestren la idoneidad de cada uno para diversas actividades. Aunque remitirse a grandes acontecimientos como ganar competencias deportivas puede generar el efecto deseado, otras pequeñas satisfacciones también son válidas. Cohen menciona ejemplos como reflexionar sobre la importancia que cada uno tiene para su familia, o simplemente recordar que otros se preocupan por nosotros.
 
Sin embargo, también existen momentos de “alta necesidad” en los que “intervenciones de autoafirmación” pueden ser necesarias. Estas “intervenciones” se usan para ayudar a las personas a afrontar dificultades especiales. Hay varias formas de realizarlas, pero el método más estudiado consiste en escribir sobre los valores personales de cada uno. Leslie Ralph, psicóloga de la Universidad de Arizona (Estados Unidos), explica que el sujeto debe pensar en sus “valores y fortalezas” personales, para luego elegir una e investigar y escribir sobre ella. “Cuando hacemos esto, expandimos el entendimiento que tenemos de nosotros mismos”, argumenta Ralph, agregando que así podemos movernos más allá del desafío al que nos enfrentamos.
 
El objetivo, añade Geoffrey, es hacer que las autoafirmaciones permitan a los individuos tener una visión más amplia de sí mismos y de sus recursos. Bajo circunstancias normales –comenta el especialista– la gente tiende a reducir su atención a los problemas inmediatos, pero cuando son “autoafirmadas” pueden ver “los agentes que les provocan estrés en el contexto de un panorama más amplio”. Desde esta perspectiva, las dificultades particulares lucen más pequeñas.
 
COMBATIENDO ESTEREOTIPOS
 
Las autoafirmaciones han sido utilizadas para mejorar el rendimiento académico de grupos afectados por estereotipos negativos. Un experimento de la Universidad de California logró aumentar las calificaciones de un conjunto de estudiantes de origen latino en Estados Unidos haciéndoles realizar una serie de actividades autoafirmativas como parte de sus clases diarias.
 
Más allá del alza en los resultados, los alumnos se mostraron menos propensos a dejar que los estigmas relacionados a su identidad socavaran sus sentimientos de motivación en los estudios. Igualmente, un estudio de la Universidad de Arizona, encontró que el estigma de que “las mujeres no son buenas para las matemáticas” se puede combatir mediante la misma estrategia. Las conclusiones de ambas investigaciones concuerdan en que las autoafirmaciones pueden ayudar a disminuir el impacto que tienen los prejuicios en grupos afectados por estereotipos negativos.