Álvaro Noboa, el millonario que quiere ser candidato

Patricia Estupiñán
Álvaro Noboa Pontón (Guayaquil

Con necia determinación política, Álvaro Noboa quiere ser candidato presidencial en estas elecciones. ¿Habrá sexta participación? ¿Será la vencida?
 
Los ingleses crearon el sustantivo doggeness para describir la obstinación de los políticos por llegar al poder. No obstante, la traducción al castellano no tiene la fuerza del vocablo inglés que compara la necia determinación política con el esfuerzo de un can por obtener un hueso. El adjetivo resulta perfecto para describir la carrera por el poder del millonario Álvaro Noboa, quien a los 70 años y luego de cinco intentos fallidos por convertirse en presidente, insiste en una sexta contienda. Y para ello, no le importa recurrir a artificios legales, a protestas en las calles y a utilizar como vehículo de ayuda a una organización política nacida de los dineros de una empresa corrupta como Odebrecht, según se probó en los tribunales.
 
¿Por qué un hombre, que tiene una de las mayores fortunas del Ecuador y por ende gran poder está ávido por ser presidente? Para muchos, la clave estaría en los inicios de su carrera política: superar la sombra de la figura paterna, un dilema frecuente en los hijos de grandes hombres. Luis Noboa Naranjo, su padre, fue el mayor magnate en la historia de Ecuador, creó su imperio a pulso y al fallecer no transfirió a Álvaro su control. En medio de una disputa judicial por la herencia Álvaro se convirtió en presidente de la Junta Monetaria durante el gobierno de Abdalá Bucaram. En una entrevista con Vistazo, Noboa manifestó: “He sido primero en todo en la vida. Tengo seguridad en mí mismo. Lo que me fastidia es el prejuicio. Cuando las personas me tratan se hacen una opinión diferente”.
El paso por la Junta Monetaria fue fugaz como el gobierno de Bucaram, pero la mecha por seguir en política estaba encendida. Además, en esos meses gracias a la influencia de la política se definió el conflicto de la sucesión de la herencia y él quedó al frente de los negocios claves: la siembra y exportación de banano y la flota naviera. Sin embargo, su búsqueda de la Presidencia recién comenzaba. En las elecciones siguientes, con Bucaram en el exilio, quien tenía varios juicios penales que le impedían regresar, Noboa usó las estructuras del partido de Bucaram -PRE- y llegó a la segunda vuelta para enfrentar a Jamil Mahuad. Perdió las elecciones, pero argumentó siempre que las había ganado y defendió su punto, sentado en primera fila del Tribunal Supremo Electoral, mientras se revisaban las papeletas. Volvería a intentarlo en cuatro ocasiones más.
En las siguientes, lo haría con un partido propio, el PRIAN, al que había incorporado a dirigentes claves del partido de Bucaram, produciéndose una ruptura, en la cual Bucaram lo acusó del robo de las bases. El efecto de ese traslape de bases políticas fue evidente en las siguientes campañas. Noboa llegó en las dos elecciones posteriores a disputar la segunda vuelta. Aplicó la mejor fórmula del populismo, abundante propaganda electoral con muchos ofrecimientos y reparto de regalos durante la campaña. Incluso llegó él mismo a cargar quintales de arroz. Y sus ofrecimientos superaron a sus rivales: si estos anunciaban construcción de viviendas, él inscribía a los posibles beneficiarios si ganaba y, además, decía que en las casas habría electrodomésticos. En el año 2002, volvió a ser finalista, pero Lucio Gutiérrez obtuvo la Presidencia y en 2006, pese a haber triunfado en primera vuelta, perdió en segunda ante Rafael CorreaSu suerte y la de su partido cambiarían.
Al eliminarse la financiación privada de las campañas políticas, comenzó el declive. En las elecciones de 2009, corrió en binomio con su esposa Anabella, fue tercero y en 2013 fue quinto. En ese período también perdió una de sus mayores propiedades la hacienda La Clementina, que fue expropiada por el Servicio de Rentas por diferencias en el pago de impuestos. Al mismo tiempo, en 2014, el CNE canceló la personería del PRIAN por no alcanzar el porcentaje de los votos válidos en dos elecciones pluripersonales consecutivas a nivel nacional, ni en las elecciones seccionales. En 2016, reemplazó al PRIAN con un nuevo movimiento Adelante Ecuador, que corrió la misma suerte del PRIAN, fue eliminado por sus magros resultados electorales en junio de 2020. Sin partido para las elecciones de 2021, en un principio dijo que se retiraba para que exista una sola candidatura, pero cambió de parecer. Según lo ha dicho en una entrevista al portal La Posta se decidió por una sexta candidatura, porque encuestas en su poder, una de ellas de Omar Maluk, sostienen que “Él es el único candidato que puede vencer al candidato de Correa, Andrés Arauz, en primera vuelta”.
 
Añadió, que su candidatura es “un agradecimiento a Dios por sus empresas, su familia y porque no quiere que Ecuador sea chavista y se convierta en Venezuela… No puedo
quedarme mirando que la montaña se derrumba y no hacer nada”. Opinó favorablemente del actual presidente Lenín Moreno: “Es un buen señor, que tuvo buenas intenciones pero que no ha podido hacer nada por las cosas que dejó hechas un mal señor con pésimas intenciones, que es Rafael Correa”.
 
En otro video publicado en diario El Comercio dice: “Seré vuestro presidente y por fin serán los ecuatorianos que gobiernen. Acabaremos con la pobreza y todo tipo de corrupción. Habrá un nuevo Ecuador y un nuevo mundo”. Entre sus promesas de campaña está que los ecuatorianos tendrán empleo de por vida, porque Noboa garantizará la seguridad jurídica. Finalmente sostiene que es un hombre de centro izquierda, “centro para los negocios empresariales e izquierda para los servicios sociales”.
 
No obstante, su situación no depende de su obstinación para ser presidente, sino que pasa por las decisiones del Tribunal Electoral y del Consejo Nacional Electoral, con la agrupación que lo ha acogido: Justicia Social. El partido fue fundado por el abogado Jimmy Salazar, esposo de la abogada Pamela Martínez, sentenciada en el caso Sobornos, quien sostuvo que el movimiento fue financiado con dinero de la empresa Odebrecht. Sin embargo, además del origen espurio de la agrupación existe un tecnicismo clave: el partido no llegó a inscribir las candidaturas de los aspirantes iniciales para la primera magistratura: Fabricio Correa y Marcia Yazbek por lo cual argumenta el Consejo Electoral no puede habilitar a Noboa. En todo caso, si superara ese escollo, está pendiente el más importante: el voto de los ecuatorianos.