Al igual que las personas, los perros también enfrentan transformaciones físicas y mentales a medida que envejecen. La mayoría comienza a mostrar signos visibles de envejecimiento entre los 7 y 10 años, aunque esto puede variar según la raza y el tamaño.
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- El aumento o dificultad al orinar puede indicar enfermedades renales, infecciones urinarias u otros trastornos comunes en la vejez.
- También es habitual notar mal aliento, encías inflamadas o dientes flojos. La Asociación Médica Veterinaria Estadounidense (AVMA) estima que más del 80% de los perros mayores sufren alguna enfermedad dental, principalmente por la falta de higiene en casa y limpiezas profesionales.
- Los bultos en la piel son otro signo frecuente. Aunque muchos son benignos, como los lipomas, la Asociación Hospitalaria Americana de Animales (AAHA) recomienda que todo crecimiento nuevo sea evaluado por un especialista, especialmente si cambia de forma o tamaño.
- Cambios bruscos de peso, tanto pérdida como aumento, también pueden estar ligados a problemas hormonales, cardíacos o incluso cáncer.
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- Y si tu perro muestra rigidez o menos ganas de jugar, podría tratarse de artritis. El uso de suplementos, rampas o camas ortopédicas puede marcar la diferencia.
Veterinarios de la Universidad de Cornell explican que en esta etapa es crucial realizar visitas más frecuentes al especialista, al menos dos veces al año, para prevenir o controlar enfermedades propias de la edad.