Cómo saber si tu gato siente dolor: señales que no puedes ignorar

Veterinarios advierten que los gatos son expertos en disimular el malestar. Aquí te explicamos qué observar y cuándo acudir al especialista.

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Los gatos son animales expertos en disimular el dolor. A diferencia de otras especies, como los perros, los felinos han desarrollado una capacidad casi imperceptible para ocultar síntomas de malestar. Esta conducta, aunque natural, puede complicar el diagnóstico de enfermedades o lesiones.

El veterinario Michael Petty, experto en manejo del dolor animal, explica que este comportamiento tiene un origen evolutivo: “Los gatos ocultan sus molestias como mecanismo de defensa frente a posibles depredadores. Mostrar debilidad, en la naturaleza, los vuelve vulnerables”. En contextos domésticos, este instinto puede hacer que una dolencia grave pase desapercibida.

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Detectar el dolor en un gato requiere una observación atenta de su comportamiento habitual y de cualquier cambio sutil. Entre las señales más comunes están los cambios en la actividad, en el comportamiento social o en sus rutinas de higiene.

$!Un gato adulto recostado en el piso de la calle.

Uno de los indicadores más evidentes es la reducción en su nivel de actividad. Un gato con dolor puede evitar moverse, saltar o subir a superficies elevadas. También puede dormir más de lo habitual o mostrar signos de incomodidad al cambiar de posición. En otros casos, el dolor genera el efecto contrario: el animal se muestra inquieto, camina de un lado a otro y no logra encontrar una postura cómoda para descansar.

Otra señal frecuente es el abandono del acicalamiento. Los gatos pueden dedicar entre tres y cinco horas diarias a su limpieza. Si dejan de hacerlo, su pelaje pierde brillo y se ve desordenado. Este comportamiento puede indicar afecciones como artritis o malestar general, que dificultan los movimientos necesarios para su cuidado personal.

La agresividad también puede aparecer como respuesta al dolor. Gatos que normalmente son dóciles pueden comenzar a gruñir, esconderse o rechazar las caricias. “Cuando un gato cambia su actitud habitual, puede estar intentando comunicar que algo en su cuerpo no está bien”, señala la doctora Kelly St. Denis, especialista en medicina felina.

$!Gato pequeño maullando.

Las vocalizaciones también cambian. Un aumento en la frecuencia, intensidad o tipo de maullido puede ser un intento de expresar incomodidad. Aunque suele asociarse el ronroneo con el bienestar, en ciertos casos también puede aparecer como una respuesta al dolor, según afirma el doctor Petty.

Entre las enfermedades que con mayor frecuencia causan dolor en gatos están la artritis, las afecciones dentales, los trastornos urinarios como la cistitis, lesiones musculares y el cáncer. Estas condiciones suelen afectar más a los gatos adultos y mayores, por lo que la observación y el control veterinario regular son fundamentales.

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$!Tutora cuidando y dandole amor a su gato.

Los especialistas insisten en no administrar medicamentos humanos a los gatos, ya que muchos fármacos comunes, como el acetaminofén, son altamente tóxicos para ellos. En caso de sospecha de dolor, se recomienda acudir de inmediato al veterinario. Existen tratamientos específicos para felinos, como analgésicos, antiinflamatorios, suplementos articulares y terapias complementarias que pueden mejorar su calidad de vida.

El bienestar animal comienza por conocer sus señales. Entender cuándo un gato está sufriendo, aunque no lo diga, es parte fundamental de una tenencia responsable.

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