“La justicia me está matando lentamente”, asegura Arturo Espinosa quien vive un viacrucis desde hace cuatro años, cuando su hija Diana falleció atropellada por su entonces pareja, en el sur de Quito. El padre logró que el caso sea investigado como feminicidio e incluso consiguió que el acusado sea extraditado al Ecuador, pero la audiencia para enjuiciarlo no se ha concretado.
Este 15 de junio, Día del Padre, muchos progenitores celebrarán junto a sus familias, pero Arturo acudirá al cementerio para visitar la tumba de su hija. Dice que le prometió que no descansará hasta que haya justicia y este domingo volverá a reafirmar su compromiso.
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Él recuerda que en estas fechas Diana siempre le llevaba algo de comer o acudían a un restaurante. Sin embargo, desde su partida todos estos festejos se convirtieron en días de crisis y tristes.
El dolor de este padre es cada vez más fuerte, ya que la justicia ecuatoriana “le ha dado la espalda”, asegura.
Jonathan Mauricio F. A., principal implicado en el presunto femicidio, regresó en enero de este año al Ecuador tras huir a Chile. En aquel país fue capturado en agosto del 2024 y la extradición tardó cinco meses. Para conseguir traerlo, Arturo insistía casi cada semana a la Policía y Cancillería, pero ahora que ya está aquí, un magistrado de la Unidad Judicial Quitumbe no da paso a la audiencia de juicio.
La diligencia se ha suspendido por dos ocasiones y ahora el juez ha pedido permiso hasta el 30 de junio, según indicó Arturo a Vistazo. Aún no hay fecha para la nueva diligencia.
“Pido que envíen un juez, si el doctor Gonzalo Fuentes está enfermo o ya no quiere trabajar que se retire”, solicita el padre, quien asegura que no es el único caso represado por los permisos del magistrado.
Por ello, Arturo presentó una queja el nueve de junio en el Consejo de la Judicatura de Pichincha para que se designe otro juez, pero aún no tiene respuesta.
“No es justo, yo dejo de trabajar en mi taxi para estar en estos trámites y aun así no hay respuesta”, señala el padre, quien además teme que la prisión preventiva del acusado caduque y quede en libertad.
El hecho sucedió en el sector de La Argelia, al sur de Quito, la noche del 19 de mayo del 2021, cuando Diana Espinosa y Jonathan Mauricio F. A. estaban en el auto que días atrás había comprado la víctima. Según un informe de la Fiscalía, testigos afirmaron que, cerca de las 23:00, la pareja fue vista discutiendo.
Luego, la mujer habría salido del vehículo y pedido a Jonathan que se bajara, pero el sujeto no salió. Todo lo contrario, habría arrancado el auto para golpearla y hacerla caer, después pasó el vehículo sobre sus piernas y –acto seguido–volvió a atropellarla.
Incluso, unas personas que estaban a pocos metros de distancia, lanzaron piedras para impedir un nuevo arrollamiento.
La mujer fue llevada de emergencia al Hospital Enrique Garcés, donde falleció por un trauma craneoencefálico, el 22 de mayo del 2021. Durante su estancia en el hospital, Diana no estuvo acompañada por sus familiares, porque el agresor mantuvo el hecho en el anonimato.
Por si fuera poco, Jonathan Mauricio F. A. solicitó a la vendedora del vehículo de Diana que el contrato de compra-venta lo realice a su nombre. Esto a pocos días del hecho violento. La mujer se negó a hacerlo y alertó de este pedido a los familiares de la occisa. El acusado argumentó que supuestamente habían sido asaltados y que un ladrón abrió la puerta de su novia, ella cayó y se golpeó la cabeza. Bajo esta declaración, inicialmente, el caso fue tratado como un accidente de tránsito.
Sin embargo, la versión de Jonathan fue desmentida por testigos. Así mismo, el padre emprendió una serie de acciones y se logró pasar la investigación a la Fiscalía de Especializada de Género.
La audiencia de formulación de cargos ocurrió en el 2022 y desde entonces el caso no avanzaba porque el implicado estaba prófugo, pero ahora que ya está en territorio ecuatoriano tampoco hay un progreso. “¿Hasta cuándo tendré que esperar por justicia?”, suplica Arturo, el padre de Diana.