Al menos 1.440 resultaron heridas y 2.839 fueron detenidas. El primer ministro Benali Yildirim afirmó que el Gobierno ha recuperado el control del país.
Aunque la rendición de 50 soldados que mantenían bloqueado el puente del Bósforo parecía significar el fin del golpe, aún continúan combates esporádicos tanto en Ankara como en Estambul.
La Cancillería hizo un llamado a "evitar un derramamiento de sangre" y manifestó "su pleno rechazo a cualquier acto que ponga en peligro la democracia, la paz y la estabilidad".
Según fuentes del Gobierno, 336 personas fueron detenidas en todo el país. El primer ministro afirmó que los cabecillas de la asonada son unos 40 altos mandos militares.
Por otro lado un grupo de soldados golpistas irrumpió en directo en la sede del grupo de prensa Dogan en Estambul, según imágenes de la cadena de televisión CNN-Türk.
La cadena TRT anunció que "hay un golpe, hay ley marcial", gritó el dueño de un local en Estambul y en segundos las sillas se vaciaron y la gente se dispersó.
Los medios turcos informaron de que un cazabombardero F-16 derribó un helicóptero de los rebeldes. La Fuerza Aérea habría intervenido para detener a los golpistas.
Tropas turcas hirieron la madrugada del sábado a varios civiles que protestaban contra un intento de golpe de Estado en uno de los puentes sobre el Bósforo.
En lo inmediato no se sabe el origen de la explosión, pero los aviones seguían sobrevolando durante la noche la capital turca. Aviones y helicópteros sobrevuelan la ciudad, según agencias.