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Virus del Papiloma Humano: alerta con un asesino en serie

sábado, 29 agosto 2015 - 04:16
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Sus principales víctimas son mujeres jóvenes, sexualmente activas y de bajos recursos. Acaba con 250.000 vidas cada año en el mundo. Lo paradójico es que su ataque se puede prevenir eficazmente pero muchas no lo saben.

Las monjas no morían de cáncer de cuello del útero. Eso es lo que detectó el médico italiano Antonio Rigoni Stern, después recopilar y analizar datos sobre causas de muerte en la población de Verona. Este dato fue compartido con sus colegas en un congreso realizado en 1842, la información recibida los llevó a sospechar que este tipo de cáncer podía ser una enfermedad de transmisión sexual. Más de un siglo después, Harald zur Hausen demostró científicamente lo que su colega italiano había detectado: el virus de papiloma humano, una enfermedad de transmisión sexual, estaba relacionado con la aparición de cáncer de cuello uterino. Este hallazgo llevó a Zur Hausen a ganar el Premio Nobel de Salud en 2008 y a millones de mujeres a salvar su vida, pero todavía quedan millones que no saben lo simple que puede ser prevenirlo.

Existen dos vacunas que previenen el virus de papiloma humano: Gardasil y Cervarix.

El mejor momento para aplicarlas es antes de la primera relación sexual, pero hay que recordar que estas vacunas se aplican desde hace pocos años, por lo tanto, serán las próximas generaciones las que obtengan la protección completa. Las mujeres que ya tienen vida sexual activa también pueden beneficiarse de la vacuna pero su protección no será completa.

DETECCIÓN A TIEMPO

Quienes no han recibido la vacuna o quienes la han recibido pero después de iniciar su vida sexual deben realizarse exámenes periódicos para saber si han contraído el virus. El ginecólogo indica la frecuencia con la que debe practicárselo cada paciente.

La manera tradicional de detectarlo es a través del Papanicolau, un examen que se realiza tomando una muestra del cuello del útero que se analiza posteriormente en el laboratorio. Es indoloro y de muy bajo costo.


Las estadísticas señalan que la mayoría de víctimas
mortales pertenecen a países en desarrollo (85%) o a
los estratos más pobres de sus comunidades.

Durante su presentación en el taller para periodistas Roche Press Day realizado en Cartagena el pasado mes de julio, Krishnansu S. Tewari, investigador de Oncología Ginecológica en la Universidad de California en Irvine, señaló que una prueba similar en la forma de toma de la muestra pero mucho más sofisticada en cuanto a análisis permite detectar no sólo el vi rus sino también la presencia de los subtipos de mayor riesgo. Es el caso de la prueba que se realiza empleando el sistema cobas 4800, aprobado por la FDA (ente regulador de medicamentos y alimentos en Estados Unidos, que es un referente mundial) para proporcionar información específica sobre la presencia de los genotipos 16 y 18 del virus del papiloma humano, los de máximo riesgo (son 100 tipos pero no todos producen cáncer) y de otros 12 genotipos también de alto riesgo a partir de una sola toma de muestra de la paciente.

CÓMO SE CONVIERTE EN CÁNCER

Si estas pruebas arrojan resultados positivos e indican presencia del virus de papiloma humano, el médico sabe que tiene que ofrecer atención específica para tratar a esa paciente y evitar que el virus devenga en cáncer. Para tratar de lograrlo, las lesiones pre malignas se extirpan por diversos métodos que van desde la crioterapia (por congelación) a la conización (extracción con bisturí).

La Organización Mundial de la Salud señala que estas lesiones causadas por el virus del papiloma humano, conocidas como NIC (por las siglas de neoplasia intraepitelial cervicouterina) pueden presentarse en tres estados de gravedad y que cuando se presentan en las fases NIC2 y la NIC3 y no son tratadas, pueden progresar a cáncer de cuello de útero.

Es difícil predecir el comportamiento que tendrá este virus en el organismo de una mujer, conocer cuándo o en qué paciente será la antesala al cáncer de cuello de útero. Muchas mujeres tienen el virus en su organismo y lo eliminan espontáneamente sin que cause problemas. Otras no. En estas últimas, el sistema inmune no funciona correctamente y el virus logra causar las lesiones que terminan siendo cancerosas, como aún no se puede determinar con certeza absoluta quiénes lo padecerán y quiénes no, la prevención es cuestión de vida o muerte, concluye Tewari.

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