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El impacto de las nalgadas como castigo corporal en los niños

martes, 28 julio 2020 - 01:19
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Una investigación publicada en la revista médica JAMA Pediatrics, revela que varios padres millennials y pertenecientes a la generación X castigan menos con nalgadas a sus hijos a comparación de las generaciones anteriores. 
 
El Dr. Robert Sege, pediatra de abuso infantil y autor principal de la declaración de políticas sobre el castigo corporal de la Academia Estadounidense de Pediatría, señaló que: “Este artículo es realmente impresionante (…) y corresponde con nuestra perspectiva de que hay un cambio generacional”. 
 
Asimismo, Sege sostuvo que las personas más jóvenes tienden a no golpear a sus hijos. “A medida que nos hemos dado cuenta de los problemas de violencia doméstica y violencia de pareja, ha habido un rechazo cada vez mayor ante cualquier tipo de violencia dentro del hogar, incluidas las nalgadas como castigo”, agregó. 
 
Proceso de investigación
CNN en español informó que la investigación utilizó datos del estudio Monitoring the Future, una encuesta nacional de 25 grupos de graduados consecutivos de la secundaria entre 1993 y 2017. 
 
Además, cada conjunto fue revaluado aproximadamente a los 35 años de edad, es decir, 17 años después. El estudio excluyó a las personas sin hijos o con hijos mayores, centrándose de esta forma en los padres con al menos un hijo biológico, adoptivo o hijastro entre los 2 y 12 años que vivieran en el hogar tiempo parcial o completo. 
 
Los resultados mostraron que alrededor del 50% de los padres informaron haber castigado con nalgadas a un niño en 1993. No obstante, en 2017 ese número se redujo al 35%, pero, según los estándares establecidos por la Academia Estadounidense de Pediatría en 2018, aunque haya disminuido, la cifra continúa siendo demasiado alta. 
 
Los pediatras recomiendan que los adultos cuidadores de niños recurran a “formas saludables de disciplina”, tales como el refuerzo positivo de comportamientos apropiados o el establecimiento de límites y expectativas. Evitando así, las nalgadas, golpes, bofetadas, amenazas, insultos o humillaciones. 
 
“Los padres nunca deben golpear a su hijo ni usar insultos verbales que lo humillen o avergüencen”, aseguró Sege.
 
Violencia durante la pandemia
Algunos de los lugares en donde se reportan posible violencia doméstica son las escuelas, los programas extracurriculares y las guarderías. Esto se da porque la ley les exige informar signos de abuso, como contusiones, cortes, huesos rotos y señales emocionales. 
 
Aquellas personas que forman parte estos lugares – médicos, enfermeras, maestros y trabajadores de cuidado infantil -  han permitido poder alertar a las autoridades para dar inicio a investigaciones. 
 
No obstante, la pandemia del coronavirus ha ocasionado que se cierren muchas de estas vías de denuncia, causando que los defensores de menores queden sin pistas sobre lo que podría estar ocurriendo en casa. 
 
Un estudio realizado por el proyecto de Evaluación Rápida del Impacto de la Pandemia en el Desarrollo de la Universidad de Oregon, encontró en los últimos seis meses de la pandemia un aumento de estrés en los cuidadores y de los problemas emocionales y de comportamiento en los niños. 
 
Por otro lado, la Academia Estadounidense de Pediatría junto con la organización Prevención del Abuso Infantil iniciará un estudio longitudinal en agosto acerca de cómo los padres lidian con esta situación a lo largo de Estados Unidos. 
 
El Dr. Robert Sege detalló que se planea analizar en profundidad cuáles son las experiencias positivas que están recibiendo los niños, asimismo, cuáles son experiencias adversas y cómo cambian las prácticas de crianza durante toda esta situación. 
 
 “Todos los que nos preocupamos por los niños estamos muy preocupados frente a lo que sucedería si los beneficios adicionales, los subsidios por desempleo y todas esas cosas dejan de existir”, agregó Sege. 
 
Nalgadas incrementa la violencia en los niños
Los expertos advirtieron que se debe de asegurar que los estadounidenses no retomen el castigo corporal.  “El punto de disciplinar a un niño es enseñarle autorregulación cuando mamá y papá no están cerca. Las nalgadas no logran eso”, explicó Sege.
 
Se descubrió, mediante un metanálisis de 75 estudios sobre nalgadas, que esta acción contribuye a la agresión, los problemas de salud mental y de estima social, del mismo modo, como al comportamiento antisocial en los niños que se desarrollaron en la edad adulta.
 
Asimismo, otros estudios revelan que los niños que reciben castigos corporales experimentan problemas académicos en las escuelas y déficits cognitivos. Además, tienen más probabilidades de ser violentos hacia las mujeres posteriormente en su vida. 
 
Rebecca Ryan, psicóloga del desarrollo y profesora asociada de la Universidad de Georgetown, explicó a CNN mediante una entrevista que: “Lo que encuentras es una correlación positiva entre nalgadas y los niveles más altos de problemas de conducta. Si fuera efectivo, debería ser lo contrario”. 
 
El Dr. Robert Sege concluye indicando que tiene la esperanza de que estudios como estos convenzan a las personas de que las nalgadas y otros castigos violentos no son necesarios para criar niños bien educados. 
 

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